miércoles, 16 de julio de 2008

Sobre la ponencia política del PP

Muchos dimes y diretes se han escrito, leído o escuchado acerca de la ponencia política del PP en el último Congreso Nacional. Parece que lo único que importaba era el morbo suscitado por las referencias de María San Gil acerca del papel del PNV en la lucha contra ETA.

Más allá del morbo comprensible, mi obligación como "casi" politólogo que además es afiliado al partido y miembro de un Comité Ejecutivo local, era leer y analizar el resultado de dicha ponencia.

Mi análisis me ha producido cierta desazón, y he querido en esta breves líneas explicar porqué. En primer lugar aparecen errores de bulto que no consigo imaginar cómo han podido pasar desapercibidas. En el punto 23 sobre Principios y valores del PP se dice: " La igualdad que defendemos es la ausencia de privilegios y discriminaciones entre españoles de cualquier tipo por razones de credo, raza, discapacidad, lugar de nacimiento y residencia." ¿Dónde queda la discriminación por razón de sexo?¿Ya la hemos superado?

De la misma forma en el punto 25 se expone: "Defendemos la Constitución, sus instituciones y los símbolos que establece. " La CE no tiene instituciones, si acaso las establece o las configura.

El punto 39 me ha parecido estremecedor, reza así: "Defendemos la ejemplaridad de los comportamientos políticos como la fórmula más idónea para restablecer el prestigio de la democracia" ¿La democracia está desprestigiada o son los políticos los que se afanan en desprestigiar el sistema representativo con el sistema electoral que tenemos y que nadie parece interesado en cambiar?

Nos definimos como un partido de centro reformista y liberal. El liberalismo lo heredamos de la Constitución de Cádiz, ¿Y el centro y el reformismo se atiene a alguna herencia anterior o nos hemos redefinido en este Congreso?

Pero, ¿qué es España para este PP? Una nación fuerte de compatriotas a los que el Gobierno debe asegurar idénticas oportunidades a los españoles. ¿Pero no estábamos a favor de la integración de los no españoles en nuestra gran nación acogedora?¿Podemos definir claramente qué pensamos acerca de los que vienen a vivir a España y no son españoles?

Podría seguir así eternamente, y es que técnicamente me parece una ponencia floja en lo conceptual, políticamente correcta pero ausente de definiciones y estrategias clarificadoras, no solo para la sociedad sino incluso internamente para los que trabajamos en el Partido Popular.

Es explícita la dirección hacia la moderación, lo que me lleva a plantear la siguiente pregunta: ¿El PSOE ha vuelto a ganar la batalla de los conceptos y efectivamente el PP en la pasada legislatura era tan radical o exaltado en sus planteamientos, que ahora requerimos moderación?

La moderación, además de ser un término políticamente inexistente es socialmente confuso. En la pasada legislatura, como bien indica la Profesora López Nieto, fue Rodríguez el encargado de cargarse toda política de pactos entre los principales partidos con representación que había venido produciéndose desde la Transición. (Cuadernos FAES, nº 19: La política de consensos)

El PP no tiene, no debe arrepentirse de hacer lo que hizo, aunque es cierto que es necesario explicar mejor qué supone el proyecto popular y lo que es más importante, hacia dónde nos lleva el proyecto del actual Presidente: una deriva absoluta en el concierto internacional, un acercamiento a posiciones ideológicas radicalsocialistas, una permanente lucha para dividir a los españoles, y una dolorosa transición por un modelo económico equivocado, pero todo ello, con el suficiente barniz, han sido capaces de volverlo a vender mejor que los populares.

Creo que se ha perdido una buena oportunidad para clarificar ideológicamente al partido, dotarlo de significado para los inicios del presente siglo, presidido por indiscutibles cambios que está sufriendo la estructura del Estado, qué debe ser y que será, cuáles son las competencias que de forma exclusiva debería ejercer el Estado unitaria y descentralizadamente, las funciones del Senado, qué papel deben jugar los estados autonómicos, la independencia de la Justicia, o nuestro papel en Europa y el Mundo o nuestras propuestas para la modificación de la Ley electoral o la propia Constitución, si es que pensamos que deberíamos actualizarla.

La oportunidad era ahora que no tenemos la responabilidad de gobierno, pero hemos sido recatados, prudentes en exceso, lo único que nos ha preocupado ha sido fortalecer al líder tras no haber ganado las elecciones, y no nos hemos dado cuenta de que las elecciones son un medio necesario pero no un fin en sí mismo, como sí es para el PSOE. El líder es necesario, pero no es suficiente. También se requiere equipo y se requiere proyecto, y ésta era la oportunidad perfecta aprovechada en lo primero y totalmente inacabada en lo segundo.

No podemos ser un PSOE edulcorado, entre otras cosas porque no sabemos serlo, pero sí podemos ser Populares auténticos, sin complejos, con ambición, con principios y con mucha, mucha cercanía a la gente.

Tenemos que esforzarnos por conocer a la gente, no solo sus problemas como se harta de decir Rajoy, también hay que conocer sus anhelos, sus expectativas, sus ilusiones, que van más allá de que España gane la Eurocopa o de quién va a fichar tal equipo de fútbol, o si Nadal volverá a ganar otro torneo.

Hay que hacer ver que las cosas no ocurren por sí solas, que para ello es necesario el esfuerzo, el estudio, el mérito fruto del trabajo bien hecho, saber a qué se está dispuesto a renunciar por conseguir otras metas, qué supone dejar la educación fuera de la decisión de los padres, qué supone que nuestros jóvenes escuchen versiones de la Historia convenientemente interpretada por la izquierda, que los ídolos sociales sean siempre de la misma cuerda, y no vender falsas expectativas más propias de Alicia en el País de las Maravillas, que es donde últimamente pasa más tiempo este Presidente Rodríguez.

Esta ponencia política desde luego no pasará a los anales de la doctrina política, pero no parece que fuera ése el objetivo. Parece más la Carta a los Reyes Magos de Rajoy que un verdadero documento en el que los populares podamos sentirnos identificados.

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