miércoles, 2 de julio de 2008

Crisis económica: inflación o más salario

Hoy se ha conocido que el paro ha aumentado en el mes de junio, por primera vez desde que se realizan estas estadísticas en 1974. El dato se mire como se mire es muy malo, pero es el resultado del ajuste que el mercado está haciendo frente a la caída de la actividad comercial.

Sin embargo el aumento de la tasa de paro, que seguirá creciendo, es el resultado de un ajuste provocado por la subida de los precios de bienes primarios (energía y alimentos) que ha hecho que descienda el consumo fundamentalmente interno.

Por otro lado, la subida de los tipos de interés hace que decaiga la inversión, tanto de las familias como de las empresas y administraciones, como consecuencia del coste que supone el endeudamiento nuevo.

Además, la tasa de ahorro sigue descendiendo como consecuencia del encarecimiento de nuestra deuda por el aumento de los tipos de interés lo que reduce la renta bruta disponible.

Y por otro lado, el tipo de cambio que actualmente tiene el euro frente al dolar, si bien ayuda en el caso de la adquisición de petróleo, es muy malo para nuestra balanza comercial, que en los últimos años ha sido espectacularmente negativa como consecuencia de las nulas acciones llevadas a cabo sobre el lado de la oferta agregada.

Todo ello provoca que nos encontremos ante una situación que, no por compleja, no deja de tener diferentes soluciones, pero que en el caso de España se está presentando en su máxima crudeza, a diferencia de lo que el Persidente quiere trasladar.

Una posible solución podría llegar a través del fomento del consumo a través de las subidas salariales. Si bien es una medida inflacionista, permite rápidamente estimular la actividad económica, que es posiblemente el peor de todos los valores macro actuales, aumentarían la tasa de ahorro y el consumo interno y, además, fomentaría la competencia con profesionales de otros países que, ahorá sí encontrarían estímulo para trabajar en España, lo que provocaría de forma natural el aumento de nuestra competitividad.

El porqué de esta medida viene dado por nuestra introducción en el sistema euro. Los tipos de interés los fija el BCE, las empresas comercian con otros países con mayor poder adquisitivo, mientras los españoles, con uno de los menores índices de Renta Neta Disponible de la UE, no pueden hacer frente a los bienes de primera necesidad.

Es decir, somos europeos en la parte del gasto y tipos de referencia, pero somos españoles en la parte de los ingresos por salarios. Nuestros salarios son muy inferiores a los homólogos europeos, lo que provoca que tengamos más dificultades para hacer frente a la escalada de precios como consecuencia del coste de la energía, el descenso de la actividad como consecuencia del descenso del consumo interno, lo que provoca el necesario ajuste en el mercado de trabajo.

Esta medida se debería complementar con un descenso de tipos que permitan estimular la inversión a medio y largo plazo, segundo lastre de nuestra economía que afecta a empresas y administraciones públicas, que han dejado de ingresar grandes cantidades de dinero como consecuencia del IVA, impuestos de transmisiones patrimoniales y otros impuestos de actividad económica, lo que provoca que hagan un "crowding out", es decir, dejen de ser agente económico activo a través de la ejecución de la obra pública.

Y ésa es la decisión a adoptar: elegir entre más inflación a corto plazo o más paro a corto y medio plazo.

Por supuesto, no he comentado nada sobre el lado de la oferta agregada: mejora de la competitividad, mejora de la formación, mejora de la productividad, más control administrativo y fiscal sobre mala praxis empresarial, flexibilizar el mercado de trabajo, disminuir las prestaciones por desempleo, sobre todo en el tiempo de percepción, etc, pero ésas son medidas que ya deberían haberse puesto en marcha hace años para, en estos de crisis, haber competido con nuestros competidores europeos en mejores condiciones.

No hay comentarios: