miércoles, 11 de agosto de 2010

La dictadura de la democracia

Posiblemente y a mi modo de ver, Sabino Fernández Campo ha sido el último hombre de Estado que ha dado España. Desde su puesto, privilegiado sin duda, ha sido mudo observador y firme influenciador de la política española desde lo que se ha venido en llamar la Transición hasta nuestros días.

No voy a apuntar en esta entrada su biografía, sino comentar su discurso de ingreso en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, el 28 de junio de 1994. Realizó un comentario del famoso texto de Maquiavelo, El Príncipe, que para los no versados, se trata de unos de los textos políticos más influyentes y más comentados de la Historia del Pensamiento Político.

Por poner en antecedentes, muy brevemente, se trata de un tratado de gobierno que el autor escribe para el prícipe de florencia Lorenzo de Médicis, allá por los inicios del siglo XVI, y es una de esas obras, y de ahí su magnificencia, que ha sido comentado desde entonces, por la actualidad de su contenido, a lo largo de la Historia. De él caben destacar los comentarios realizados por Federico II, con la corrección de Voltaire (eds Ibéricas, 1971)o Comentarios al Príncipe de Maquiavelo, de Napoleón Bonaparte (Espasa- Calpe, 1991. En él, se redacta un documento, por encargo y en poquísimo tiempo, en el que se propone un manual de comportamiento de aquél que manda en una nación. Además se puede decir que es uno de los primeros tratados nacionalistas que se conocen, pues todo el texto se encamina a conservar lo que para Maquiavelo era de la mayor importancia: la unificación de Italia, y en ello es capaz de desistir de sus ideales republicanos para ofrecer a quien está en condiciones de conseguirlo, la forma de obtener y mantener unida a Italia. Y para ello, sin ambages, establece las cualidades y formas de actuar del Príncipe para tal empeño, sometiendo la moral a la misión de gobernar, mediante el viejo tropo del fin justifica los medios.

El texto, como otros muchos clásicos, al leerlo produce la extraña sensación de la actualidad del tema que refleja, y en este caso, cómo actúan los actuales príncipes de las democracias modernas para el mantenimiento del poder: único objetivo válido hoy en política. Entre los consejos, uno de ellos, sobre el que quisiera incidir de cara al tema que propongo, es el de que el Prícipe debe procurar, por cualquier procedimiento, que los ofendidos sean pocos y dispersos. Así en nuestros sistemas democráticos actuales, nos encontramos que las elecciones se convierten en el imaginario campo de batalla de unos aspirantes que se dirigen, no a toda la sociedad, ni siquiera a la que vota, sino a esa pequeña minoría que, con su voto cambiante en cada batalla, da la vistorias unos o a otros. A ellos se dirigen las propuestas electorales, y a ellos se dirige la acción política. No a los convencidos de uno y otro signo, que seguirían votando a sus líderes, sea cual fuere éste, y haga lo que ésta hiciere. Para este alto porcntaje de votantes, no son las eleccciones, ni las propuestas, ni las promesas, ni después las medidas. Tan solo sus consecuencias, positivas o negativas, pero siempre defendidas si el vencedor es el tuyo o siempre menospreciadas si el vencedor no es el de tu preferencia.

De ahí que esa minoría es la que realmente da o quita el Gobierno, y una vez conseguido, se demuestra que más esfuerzo gastan los políticos en ganarlas que después en gobernar y siempre y como único objetivo para mantenerse en el poder y ganar la próxima contienda, la de dentro de cuatro años.

Decía Maquivelo (cap XVIII), que los hombres son tan cándidos y sumisos a las necesidades del momento que quien engañe encontrará siempre a quien se deje engañar, y, con los medios de comunicacion de masas existenten hoy en España predominando en la mentalidad española, la televisión, cabría decir que basta decir una mentira con un gran aparato mediático, repetirla cinco veces en la mentalidad del pueblo, para que éste la crea, y siete para el que la produjo la considere, fríamente, como cierta. Esta aseveración, si bien se le podr´ñia atribuir a Maquiavelo, es de Goebbels, aunque bien la podría suscribir cualquier mandatario español de las últimas décadas.

domingo, 25 de julio de 2010

España: hacia una especie de social democracia de mercado

En España, y mal que nos pese a algunos, o a muchos, nos dirigims directamente rumbo hacia la socialdemocracia de mercado. No encuentro mucha bibliografía, por no decir ninguna, lo que no significa que no exista, referente a lo que pueda significar la socialdemocracia de mercado. Con ella denomino a una forma de extraño rumbo ideológico hacia el que se dirigen aquellos que de forma más o menos directa, rigen la política de este país. Nos encontramos que, a diestra y siniestra, Alcaldes, Presidentes autonómicos y, como no, el inefable, el sancta sanctórum de esta mutación ideológica, el actual Presidente del Gobierno, ejercen las mismas políticas o muy parecidas carentes de cualquier escala diferencial de valores. En prácticamente cada administración debemos preguntar a qué partido pertenece el responsable correspondiente, porque, por sus resultados seríamos incapaces de saber a qué parte del espectro político pertenece el susodicho.

Se trata, en pocas palabras, de recoger vía impuestos el máximo que el cuerpo tributario aguante, para que, en una suicida carrera hacia el "quién da más", por el que aquéllos que pretenden volver a ser reelegidos, ofrecen servicios públicos a la ciudadanía, con más pena que gloria. En primer lugar porque ellos deciden, con esos recursos, lo que se hace, en qué orden se hace, y bajo qué criterio algo se queda fuera de la acción pública, y el criterio no suele ser ni el abstracto "interés general" ni la obligación del cargo, sino, por desgracia y en más casos de los que este sistema democrático debiera permitir, por el rédito electoral que produzca.

Desde la izquierda se argumentaba que había que quitar al rico para redistribuir la riqueza y dar al que menos tiene. Desde la derecha, se argumenta que los responsables son excelentes gestores capaces de ofrecer más con menos, y lo cierto es que, unos y otros, desean disponer del máximo de los recursos del ciudadano, es decir, del resultado de su trabajo o de su derecho (salarios, beneficios empresariales, pesiones, herencias, etc), para hacer de su capa un sayo. Eso sí, ninguno niega que se debe hacer en un entorno de mercado, pero eso sí, más o menos intervenido, pues no todo el mundo es capaz de convertirse en proveedor público en igualdad de condiciones, ¿verdad, Sr Camps, Sr Montilla, Sr Bono, Sr. Blanco, Sres Alcaldes del PP de Boadilla, Las Rozas, etc, etc?.

El problema es que, nuestros políticos, en general y con honrosas, honrosísimas excepciones, no son ni de izquierda ni de derecha, sino un atajo de vividores que tienen como única misión mantenerse en un sillón cueste lo que cueste, porque dejarlo es preguntarse ¿y ahora qué hago, cómo mantengo mi status por mí mismo? y el mecanismo legal más seguro para ello es la recaudación masiva de impuestos para la provisión de los más peregrinos servicios: desde viajes a las playas, hasta spas municipales.

Pondré varios ejemplos: los ayuntamientos, las administraciones más cercanas al ciudadano, los Alcaldes, quienes mejor conocen a sus representados. Ellos saben lo que de verdad interesa al ciudadano, y por ello, da igual que se presenten por el PSOE, el PP o cualquier sigla de partido independiente,todos hacen lo mismo y casi todos igual de mal, fundamentalmente debido a su escasa preparación y muy alto ego. Pero todos comparten una misma ideología: los vecinos les votan a ellos, no a sus ormaciones, y ellos saldrán elegidos si son capaces de hacer más cosas, por inútiles que éstas sean, la menor parte de las veces, hay que reconocerlo, pero el problema es que se convierten en la mayor amenaza a la iniciativa empresarial. Son los Ayuntamientos, sobre todo, los de tamaño medio (entre 5000- 50.000 habitantes) los que se convierten en el principal agente económico del municipio en más casos de los aconsejables.

Señores Alcaldes, ustedes no tienen que pagar instalaciones deportivas, ni subvencionar actividades deportivas, porque si lo hacen no dejan espacio a la gestión privada. Señores Presidentes autonómicos, si se empeñan en construir, dirigir y gestionar centros educativos de enseñanza no obligatotoria (sobretodo de educación entre 0-3 años) impiden a la iniciativa privada que ésta lo pueda hacer.

Y a partir de aquí, a diestra y siniestra, el mismo argumento: los precios públicos.Y que alguien del PSOE o de IU lo haga tiene un pase, por quello de la coherencia política, pero que sean Alcaldes del PP los que lo hagan, clama al Cielo, como si la oferta y la demanda no fueran capaces de regular el justiprecio del servicio. Y si de protección (yo diría intervención) de colectividades se trata, ahí tenemos al PP más feminista, más homosexual, más ecologista, más papista que el Papa (bueno, ahora más musulmán que Mahoma) cuando, oiga, ha sido el liberalismo quien más ha luchado por la igualdad de oportunidades indistintamente de la condición sexual o religiosa, la libertad de conciencia o el naturalismo (naturalismo, dónde quedó uno de los pilares del liberalismo clásico), para convertirnos en pancarteros de eslóganes vacíos de la izquierda, como el feminismo o el ecologismo.

Pero es que así, nos encontramos no con líderes políticos, sino con Mesías que vienen repartiendo dádivas, eso sí, no con su dinero, sino con el de todos nosotros, y ya lo dice el aforismo: El Estado somos todos, pero unos cobran y deciden qué cobrar, cuánto recaudar, en qué y cuándo gastar (el cuanto no hace falta: infinito), y otros pagan, pagan, pagan, y, cada cuatro años eligen al mismo o distinto Mesías pero siempre entre alguno de los siervos de las diferentes glebas políticas. Todo muy democrático, eso sí.

miércoles, 24 de febrero de 2010

La acumulación de cargos: una forma de burla a la democracia

María Dolores de Cospedal comenzaba ayer su andadura como senadora. Ahora ya tiene, como mínimo cuatro sendas por las que andar: diputada, senadora, candidata a presidenta de comunidad autónoma y secretaria general del partido político más grande de España (grande por afiliados y estructura, no por votos ni elecciones ganadas).

A esto se le denomina, en el argot político y de derecho político acumulación de cargos. Hay países en los que este fenómeno está prohibido, en España, no. Y no lo está porque se entiende que es una forma de que unas administraciones y otras puedan acercarse o coordinarse de forma más directa y eficiente para el ciudadano. El problema es el de siempre: el poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente. Esta estratagema que mi Secretaria General (a la que no he podido votar) está llevando a cabo con el pequeñísimo círculo de confianza (a los que no he podido votar) de mi Presidente (al que no he podido votar), intenta, en este caso, aunar esfuerzos para que el discurso se unifique, a la vez que los criterios de oposición en ambas cámaras.

No trato aquí de inmolarme, ni pretendo escupir hacia arriba. Escupo hacia afuera porque esta forma torticera de actuar no es única en el PP, ni mucho menos.

Veamos el ejemplo de la mujer del President de Catalunya: Ejemplo de mujer total: la esposa de Montilla: Regidora d'Urbanisme de L'Ajuntament de Sant Just Desvern- 1ª Tinent d'Alcalde de L'Ajuntament de Sant Just Desvern.- Presidenta de PROMUSA, empresa relacionada con el caso Pretoria.- Presidenta de PROECSA. Gerent del Consorci de la Colonia Güell,Consellera del Consorci del Parc Agrari del Baix Llobregat de la Diputació de Barcelona. Consellera de Foment de Ciutat Vella de la Diputació de Barcelona- Consellera del Tunel del Cadí, Concessionaria S.A. Consellera de la Comissió Catalana de Trànsit i Segureta Viària,Consellera de La Caixa.- Consellera del Consell Comarcal del Baix Llobregat. - Vocal del Consorci Sanitari Integral. - Vocal de la Fundació Caviga. - Consellera de L'Area de Salut de L'Area Metropolitana de Barcelona... Consejera, consejera, consejera ¿sobre qué puede aconsejar esta señora?

Por tanto hoy lo que denuncio con estrépito, lo que cuento con atraganto y asco es la impudia con la que los cargos políticos acceden a los cargos públicos y cómo son capaces de aglutinar cada vez más poder sin que nadie pueda hacer nada. A esto le llaman democracia: yo simplemente le llamo caciquismo endogámico. Dan pena, cuando no dan risa, cuando unos y otros se dan clases de democracia y se les llena la boca de lo demócratas que son, bla, bla, bla

Según estipulan los Estatutos del PP, y esos me los conozco muy bien, "el acceso a cargos electos se realizará atendiendo a criterios de mérito y capacidad". No voy a valorar los méritos de personas como la mujer de Montilla o como otras muchas personas de mi partido, pero ¿y la capacidad? ¿Son cada uno de estos cargos capaces de realizar las tareas y funciones propias de los cargos que detentan (y que no ostentan)? Si es que sí son capaces, es que sobran muchos cargos políticos y si no sobran los cargos, entonces estamos ante la mayor de las incapacidades. Claro, que todos sabemos para qué sirven los Estatutos de los partidos políticos.

Algunos criticamos y con argumentación razonada, la dictadura castrista, la de la familia Castro (con alguna honrosa excepción), y precisamente por ello, es por lo que denunucio que en España ya no hay pudor en acaparar cargos, acaparar poder, acaparar sueldos por el bien de España. España necesita que la mujer de Montilla aglutine consejos de administración, vocalías, delegaciones, y mi Secretaria General, por el bien de España, por supuesto, debe estar en el Congreso, en el Senado, en la Asamblea de Castilla- La Mancha y en Génova 13, séptima planta (o donde diablos esté su despacho).

No sé cuántos españoles estarán de acuerdo conmigo, seguramente algunos incluso alguno del PP, pero, la enfermedad que atenaza a España, esa que ya denunciara Ortega y otros muchos antes que él, la necedad propia de quien prefiere ver cómo John Cobra se toca los huevos a la salud de los multiculti progres en una televisión pública, o de quienes se acaloran con el gilipollas del árbitro de turno, o quienes se atreven,en la mayor de la ignorancia, a llamarse periodistas políticos y valorar y analizar los hechos políticos como expertos en todas las televisiones, mientras algunos se lo están llevando tieso, metiéndonos mano en los bolsillos para que, vía presupuestos Generales del Estado, unos pocos pueden acumular cargos como el que acumula arroz en su despensa. Mientras ocurre todo eso, muy pocos son los que denuncian la degeneración de un sistema político que tarde o temprano caerá. Ya lo hizo en 1678 en Inglaterra, y en 1789 en Francia,en 1917 en Rusia, en 1919 en Austria, en 1931 en España, y en 1945 en Alemania o Japón,y en 1949 en China, o en Cuba, o en Yugoslavia, o en Albania, o en Checoslovaquia. Esas cosas tarde o temprano pasan, pero mientras tanto, a seguir "en la brecha", por el bien de los españoles.

y espero que si algún cargo de mi partido lee esta entrada y decide hacer algo, ojala que actúe y no sea para "sancionarme", y si lo hace, al menos que me traten como a Cobo o Costa.

lunes, 22 de febrero de 2010

Un Rey que ni reina, ni gobierna

Un Rey que ni reina, ni gobierna, pero que se mueve entre lobbys como pez en el agua. Fuera de nuestras fronteras (tendré después que matizar dónde están nuestras fronteras), no cabe duda de que el Rey conserva un halo de superioridad que le permite situarse en posiciones de franca ventaja ante sus interlocutores. Hay pocos dignatarios mundiales, como puedan serlo Obama o Benedicto XVI, que puedan comparárseles, o incluso superarle, pero no cabe duda de que el Rey fuera, lo que se dice fuera de España, es un personaje sacado de un cuento que consigue llegar allí donde el inefable Presidente no llega ni llegará nunca.

Pero dentro, lo que se dice dentro, la cosa cambia. Para la gran mayoría de españoles, aquéllos que juran ver los documentales de la 2 pero que no hay sesión del Sálvame o del Gran Hermano de turno que no se pierdan, para quienes la Familia Real es algo así así como el objeto de envidia nacional. ¡Quién fuera Rey o Reina! Y la verdad sea dicha, y por mucho que intenten convncernos de lo contrario, el trabajo de Rey nunca ha sido especialmente ni duro, ni complicado, sino más bien todo lo contrario, para ellos, el Rey sigue despertando pasión. Para los que ya hemos aprendido a leer, unos se cuestionan su idoneidad y los que no nos la cuestionamos sí le exigimos un cambio de actitud.

Se trata de una figura, la del Rey, que tenemos que encontrarla en las comunidades postromanas y previsigóticas, aunque fue durante el periodo visigodo cuando la figura real cobra la importancia, unas veces más intensa que otras, que perduró hasta la Segunda República, vamos nada más que unos catorce o quince siglos. Pero el caso es que para este neosocialismo la Historia de España, la más antigua del mundo con varios siglos de diferencia sobre la francesa o la inglesa, parece que empezó con la Segunda República, Franco o la Transición según se trate en cada momento.

Al Rey, nuestra actual Constitución, le relega a papeles de representación del Estado, pero no tomado aquí el Estado como Administración, es decir, por debajo de la jerarquía del Presidente del Gobierno, sino del concepto de Estado como nación, como única nación de España. Aquí empiezan los problemas; algunos creen que en España existe más de una nación, y por tanto el Rey no les representa, esas otras naciones no son España, aunque sí se consideran parte del Estado español. Es algo así como un Estado de naciones, es lo que llaman Estado plurinacional.

En otra ocasión comentaré acerca de lo plurinacional. Hoy me centro en el papel del Jefe del Estado de España, que es pitado, insultado y vilipendidado en Vasconia o en Cataluña y que en vez de trabajar para que parte de los españoles no insulten al resto, para que en vez de proteger el himno de España exigiendo que éste sea repretido hasta que no se guarde la debida compostura y mientras tanto no se inicia el partido de marras, para que en vez de eso, repito, se instala debajo del ala presidencial y actúa como mamporrero de lujo del Gobierno, exigiendo un pacto en materia de Economía. Y el Rey sabe perfectamente que la Constitución no le permite participar en la lucha política de los partidos y los grupos parlamentarios. Si España requiere pactos, que se requiera mayorías cualificadas en las Cortes, pero el responsable de esta deriva económica es únicamente el Presidente del Gobierno y el Rey no puede ni debe ni se le debe permitir que intente este Pacto, infame, inconstitucional, y que hurta al verdadero portador de la soberanía, cada ciudadano, la necesidad de discernir al responsable de la acción del Gobierno, para que en las próximas elecciones podamos decidir quién debe representarnos.

Y usted, Majestad, y con el debido respeto, ni debió esperar cuarenta y cinco minutos a que los jugadores del Barcelona les saludaran cuando ganaron la Copa de Europa de fútbol, cada uno con la bandera de su país excepto la de España, ni debía haber permitido el ultraje a España (no a usted) que se hizo ayer. Ésa era su obligación y prefirió llevar puestos unos tapones; eso sí, supongo que le agasajaron como a usted y su estirpe les gusta. Pero, en Cataluña, además de ir a esquiar y colocar a una hija, hay que trabajar mucho más por España y mucho menos por su familia.

Existieron otros tiempos, y no fueron muy leanos, en que sus antepasados veraneaban en San Sebastián. Hoy no puede ir si no le invitan y a esta situación en la que nos encontramos, en parte, ha contribuido su dejación y su conformismo. Usted, Majestad, es un servidor de España, y debe arriesgar,pero no podemos consentir que a mí y mi familia nos insulten en su presencia y usted no haga nada, pero al día siguiente se ponga el mono rojo de trabajo.

martes, 9 de febrero de 2010

El orgullo de ser frances

Nicolas Sarkozy ha decidido que es el momento de fomentar el orgullo de sentirse frances. Con medidas concretas, como que en todos los centros educativos se ice la bandera francesa o que todos los franceses puedan cantar su celebre himno almenos una vez al año, y con medidas economicas que incentiven el estudio de la Historia Francesa, es decir y en pocas palabras, fomentar el sentido de pertenencia e identidad a una nacion.
Mario Caciagli afirma que Francia, que siempre ha pasado por ser el Estado mas centralizado de Europa, esta pasando por un proceso general que ocurre en toda Europa, denominado "devolution", por el que los Estados pasan de la descentralizacion a la regionalzacion y de ahi a la federacion, como una forma de acercar las instituciones publicas, sean estatales o no, como partidos y sindicatos, al ciudadano, y que este proceso es paralelo al de integracion europea.

Por diferentes motivos no estoy de acuerdo con su tesis, lo que intentare refutar en el ambito academico, pero aqui quisiera reflexionar sobre la necesidad o no de fomentar el sentimiento de pertenencia a una nacion. Y en esas observamos posiciones particularistas, que opinan que se sienten de tal o cual pueblo o ciudad, o en el mejor de los casos de tal region, y quienes opinan que son ciudadanos del mundo y que los regionalismos y estatalismos son artificios del "hombre blanco" caducos hoy en dia.

Sintiendome como me siento andaluz ( y no porque naci en Sevilla, ciudad que apenas conozco, sino porque tengo una rama familiar toda ella andaluza, sobretodo de Cordoba y Jaen), no puedo negar que tambien me siento alicantino, mas por deuda y gratitud que por sentimiento, porque Alicante me lo dio todo, me siento madrileño, aunque sea de adopcion, me encanta y me enorgullece decir que vivo en San Lorenzo de el Escorial, que mi hijo es gurriato por derecho propio y que me gustaria que me permitan sentirme gurriato, pero mi etiqueta principal ante todos, andaluces, madrileños, alicantinos, gurriatos y franceses es que soy, me siento y me alegra ser español, que mi mujer y mi hijo sientan como yo y tambien se sean y se sientan españoles y comprendo que otros no nacidos en España quieran ser españoles. Y tambien debo reconocer que comprendo menos a quien siendo español quiere negarse ese sentimiento.

No voy, ahora, a entrar en la discusion del nacionalismo reional dentro del Estado, que sin duda acometere. Prefiero meditar acerca del sentimiento nacional y de su necesidad; de por que, Sarkozy decide que es necesario intervenir con recursos publicos para fomentar ese sentimiento.

Y estoy de acuerdo con el Presidente frances. Fomentar en la conciencia nacional es invertir en futuro porque son esos sentimientos compartidos los que hacen que todos puedan compartir otros sentimientos, como el de lealtad o el de solidaridad cuando, como ahora, vienen mal dadas.

En España, si todas las regiones fueran tan nacionalistas como la catalana o la vascona, unas, como Madrid o Valencia podrian no ver con tan buenos ojos que, con el esfuerzo y el trabajo de los madrleños o los valencianos, se dediquen recursos economicos para los andaluces o extremeños, y es en el ambito del sentimiento españolista donde madrileños y valencianos permiten que el resultado de su trabajo se dedique a personas "como ellos", o sea españoles, y es en el ambito de España donde los soldados mueren y donde otroa paises ayudan a España, y es en ese ambito en el que empresas, personas (incluso futbolistas), y tambien mafias y delincuentes deciden venir a España, sea Madrid, Albacete o Cadiz. El futbolista de primera viene a la liga española, el investigador viene a una universidad española (eso es un sueño, pero espero que no quede mucho tiempo y pueda verlo en vida); Es en España donde el actor, escritor, pintor, musico y cualquier otro exponente cultural viene a dejar su impronta (en el caso de las empresas, tambien su dinero y los puestos de trabajo)

Por tanto, no son razones bucolicas, ñoñas o historicistas, sino puro pragmatismo lo que demuestra el Presidente Sarkozy al fomentar el sentimiento frances. Se trata de compartir una identidad, un sentimiento comun, y se elige Francia como unidad de sentimiento nacional, precisamente por razones historicas ya que, historicamente en toda Francia han compartido, ademas del sentimiento de pertenencia a una nacion, un idioma, unas estructuras politicas y administrativas, una cultura y, si se quiere, una seleccion de futbol. (Mis referencias al futbol, vienen porque es este deporte de lo poco que desata el orgullo de sentirse de una nacion)

Y ya me gustaria que mi Presidente del Gobierno estuviera por esas cosas en vez de por la Alianza de las Civilizaciones, o por cambiar la historia de España, porque en pocos sitios como en España se necesita de ese fomento de sentimiento de identidad nacional. Pero hay que ser realista: eso no ocurrira e inebitablemente debo mirar a quien espero y deseo sea la alternativa al peor Presidente que ha tenido España desde Godoy, y ... ahi tengo dudas. No quisiera tenerlas, pero las tengo, y las tengo porque me dan motivos para tenerlas, por lo que hace el PP en Galicia, lo que defiende en Cataluña y lo que permite en Vasconia. Ojala, me equivoque, pero mucho me temo que sera otra generacion politica la que defienda esos principios. Esta esta muy preocupada, demasiado, por llegar al poder.

(NOTA: Un problema en el teclado de mi ordenador me ha impedido escribir las tildes de las palabras. Lo siento y ruego me disculpen)

jueves, 4 de febrero de 2010

¡Y dale con el diálogo social! Yo no voté a los sindicatos y patronales

Hay políticos que se presentan a las elecciones y no gobiernan (socialistas zapateristas), hay políticos que no se presentan a las elecciones y gobiernan (sindicatos). Yo, como la mayoría de españoles, no voté ni a sindicatos ni a patronales y exijo que los que tienen la responsabilidad de gobernar, simplemente que lo hagan.

Estare más o meno de acuerdo con lo que este Gobierno estipule, posiblemente estaré en desacuerdo en muchas cosas, pero cuando llegue el momento de rendir cuentas, la decisión más importante en términos políticos de la legislatura: la reforma laboral, no podrá ser objeto de evaluación por parte de los votantes porque, hete ahí, es una reforma pactada, y si no llegara producirse el pacto, pues no habrá reforma, y por tanto no hay evaluación posible.

"España es uno de los países de la Unión Europea con menos trabajadores afiliados a los sindicatos (sólo el 15% del total) y con un mayor número de empresas inscritas en las patronales (el 72%), según un informe sobre las relaciones industriales en los Veintisiete publicado hoy (el 9/02) por la Comisión. Pese a este desequilibrio, el 83% de los trabajadores españoles están cubiertos por convenios colectivos". (Fuente literal: Europa Press). Estos convenios colectivos se firman por trabajadores de las empresas que normalmente no están afiliados, pero que se apoyan en los sindicatos para aprovechar su estructura y experiencia, pero lo cierto es que priman los intereses de los sindicatos a los de los propios trabajadores (y lo digo por experiencia, que he participado con CCOO y UGT en diferentes mesas de negociación como asesor de la mesa)que, para empeza prestan sus recursos no por apoyar al trabajador sino para que ese Comité de Empresa se presente con sus siglas, con lo que ello supone, entre otros, económicamente.

Si los trabajadores no se quieren afiliar, ¿por qué han conseguido los sindicatos esas cuotas de poder y por qué el gobierno es incapaz de tomar decisiones sin su aquiescencia? Simplemente porque los sindicatos se conforman también como la principal cantera de candidatos políticos de los partidos de izquierda, y como la izquierda ha gobernado tanto desde la reinstauración de la democracia, esas consecuencias vivimos.

Pero lo cierto es que ha habido varias huelgas generales en diferentes gobiernos y con diferentes Presidentes(principal arma perturbadora de los sindicatos) y ninguna de ellas tuvo influencia alguna en los resultados electorales posteriores.

Y esta cantina tiene su escaso sentido cuando gobierna la izquierda (que es casi siempre y así nos luce el pelo), pero lo pierde totalmente cuando lo hace la derecha. Es en este momento cuando debo decir, ¿y yo qué haría si tuviera esa responsabilidad? Desde luego, oír a las partes, a los sindicatos, a las patronales y patronales de autónomos, pero desde luego movería la maquinaria gubernamental (CIS, fundamentalmente) para averigüar el sentir de los ciudadanos, y a partir de ahí, decidiría con mi equipo de Gobierno, le guste al que le guste y le siente mal al que le siente mal, y que en las próximas elecciones sean los ciudadanos, que fueron los que me votaron, los que decidan nuevamente con su voto el resultado de mi gestión.

Ésa sería la forma (que, por desgracia, hoy tiene al gobierno totalmente paralizado, pero ¿y el fondo, qué reformas emprendería? En este caso tendríamos que distinguir lo que se debe hacer de lo que por desgracia hoy solo se puede hacer. Las famosas reformas estructurales, las más importantes, solo se pueden hacer con menos tasas de paro para poder financiarlas, en estos momentos caben, sobre todo acciones paliativas. La primera asegurar una pensión mínima de subsistencia a todo aquél que se quede sin prestación por desempleo (o comenzarán los problemas de inseguridad ciudadana, como el caso del robo de ayer en una farmacia con una pistola de juguete), poner toda la maquinaria inspeccionadora a perseguir el delito fiscal y reducir la economía sumergida tanto como se pueda con los recursos que se tienen. Bajar la carga impositiva al trabajador, de forma que la cuota máxima de IRPF no supere el 40% y que para la mayoría de los trabajadores de este país no supere el 25%, y al empresario reducirle el IAE del 35% actual al 25%, o al 15% si está en proceso de inversión´, y reducir las cuotas de la seguridad social un 50% al empresario que contrate, durante tres años, devolviendo el empresario esta reducción en caso de despido posterior durante tres años adicionales o durante el ejercicio. En materia formativa, desde luego no incrementaría un 20% los precios de matriculación en las escuelas oficiales de idiomas, como ha hecho el PSOE este año, para que los desempleados puedan aprender otros idiomas, entre ellos el español, y gestionaría mucho mejor, vamos simplemente mejor, la formación empresarial y la formación profesional, la gran olvidada y menospreciada de la izquierda.

A escala educativa, que los padres de alumnos de centros públicos o concertados y que hayan repetido curso por segunda vez, paguen la totalidad de la escolaridad (la Constitución no dice nada de pagar la educación a vagos eternamente o malgastar recursos económimcos en alumnos y padres que no desean aprender), por supuesto, manteniendo la obligatoriedad de terminar sus estudios. En caso contrario, tendrán que responder ante el juez por no cumplir el precepto constitucional.

A los empresarios, obligarles a dedicar un porcentaje de los recursos (variable según el tamaño de la empresa y el número de traajadores y su especialización)a formación.

Y, por supuesto, llega el delicado tema de la cuota a liquidar en caso de despido (¿45, 33, 22?). Pues ni una ni otra. Dependerá de la edad del trabajador, de los años de antigüedad y del riesgo de permanecer más o menos tiempo en paro en caso de despido. No es lo mismo despedir a un trabajador menor de treinta años con tres años de antigüedad en la empresa, que a un trabajador de cuarenta y ocho, con veinticinco años de antigüedad en la misma. Al primero, aproximadamente cuarenta o incluso cincuenta días por año trabajado y al segundo, aproximadamente veiticinco o veinte por año trabajado, pero a éste último el empresario que quiera volver a contratarlo dispondrá de mayores rebajas fiscales para su contratación que si contratara al primero.

Seguramente, los expertos en cuentas públicas se llevarían las manos a la cabeza con estas cifras, pero si seguramente los datos requirieran ajuste, la dirección de las medidas, considero que es la adecuada para mejorar el ritmo de creación de empleo en España y acabar con el paro, la verdadera esclavitud del siglo XXI.

lunes, 25 de enero de 2010

¿Nuclear? Sí, gracias, pero no aquí

El debate Nuclear sí, Nuclear no, existente en España, prácticamente desde que se reinició la democracia, siempre se ha movido en el ámbito político y en el de los grupos de presión, sin embargo sus consecuencias, son sufridas por todos los españoles.
Por tratarse de un asunto tremendamente técnico, y por tanto objetivo, los políticos han decidido hurtar este dabate a la opinión pública general, y han preferido que sean los grupos de presión los que, bajo soflamas catastrofistas y apocalípticas, influyan en la percepción que los ciudadanos tienen de esta forma de energía.

La energía nuclear es la gran desconocida entre las desconocidas. Si ya es un enigma el proceso de generación, transporte o tratamiento de los residuos generados en cualquier tipo de energía que se consume, más obscuro es el proceso en el caso de la energía nuclear. Las imágenes de Chernobil y la relación entre nuclear y bomba atómica hacen que en el subsconsciente popular esta fuente de energía no goce de especial popularidad, frente al bucolismo de la energía solar, eólica o las llamadas energías renovables. Ese sol, ese viento proporcionando calorcito, frente a ¿fusión de átomos, fisión nuclear? ¿de qué rayos me está hablando?

Pero pocos saben que esta energía en España se consume, por supuesto se produce, se transporta, se compra porque somos deficitarios, por decisión propia, y se paga porque no queremos ni oír nada acerca del tratamiento de sus residuos. Preferimos, que en nuestra factura de la luz se incluya el pago a otros países que sí han decidido tratar los residuos nucleares en su patio. Así estamos tranquilos.

Claro que, ojos que no ven, en este caso, ignorancia que campa a sus anchas, corazones que no sienten y bolsillos que adelgazan. El hecho de que Francia trate estos residuos donde lo hace, no aleja el posible riesgo que dicho tratamiento pudiera tener, además de los puestos de trabajo que esta tarea requiere, tanto especializada como no especializada que España se pierde, esta energía que tanto nos cuesta generar, por culpa de la falta de inversiones en nuevas plantas generadoras (no voy a entrar en el bochorno de la central de Garoña), tenemos que importarla a buen coste (habría mucho que contar sobre cómo se subasta la energía y los ciclos de compra), consumirla, generarla en poca cantidad y pagar por los residuos generados para que otros nos lo pongan en nuestro patio trasero (utilizo el término típico ecologista de "sí, pero no en mi patio trasero".

Pero, mira por donde, aparece en el debate público si hay algún municipio que quiera enterrar los residuos y empiezan los políticos a retratarse. Los del discurso populista y frágil lo tienen fácil, pero los que tienen que gobernar (cuando además han tenido la responsabilidad en la energía de nuestro país y gobiernan junto a los que están en contra) o cuando a priori están a favor de este tipo de energía, éstos, salen movidos en la foto.

Montilla por un lado, y Cospedal por otro, qué recital de talento político. El primero no sabe o no responde, táctica del avestruz, meter la cabeza y esperar a que escampe (espero que no se dé un golpe con la testuz de Rajoy), la segunda (que se siente con posibilidades de gobernar en Castilla la Mancha), amenaza a los alcaldes populares con expedientarlos como si el PP fuera suyo, pero ¿es que van, estos alcaldes, en contra con alguna directriz del partido?¿Es que el Partido Popular estaba posicionado y se lo había comunicado a sus alcaldes o jefes de oposición?¿Es que el partido Popular está por encima de los intereses de los ciudadanos que los alcaldes deben, deben defender?

Ver para creer, y ahora encima ¡ Sale Arenas con el debate de la cadena perpetua! Esto es demasiado para esta casta política.

miércoles, 20 de enero de 2010

PIGS: Portugal, Italy, Greece and... Spain

España pluraliza tan despectivo calificativo que la Europa desarrollada provee a esos países que, de alguna forma y a su juicio, lastran el deseo de disputa de la primacía política y económica a Estados Unidos, China y Japón. Curiosamente no existe un término similar para otros "socios comunitarios" con, digámoslo, menos capacidad contributiva, o para cualquier otra región del mundo, pero estos países, entre los que se encuentra España, merecen ser llamados "cerdos".

Me gustaría centrarme en el caso de España, por aquello de que soy y me siento español y, quisiera analizar si tenemos, o dejamos de tener, lo que se necesita para pertenecer a tan selecto grupo.

España, desde hace días y porque no toca,preside la Unión Europea. Nuestro Presidente se ha creído que se trata de un honor concedido, y no se percata de que simplemente se trata de una obligación por turno. Durante esta presidencia, como era de esperar, nuestro Presidente tiene el mejor escaparate para darse a conocer. Con sus propuestas, pretende aparecer en foros y reuniones que, de otra forma que no fuera por turno, hemos sido excluidos, y el colmo es que, para hacerse el ocurrente, el interesante, el imaginativos, pretende tomar medidas y, claro, ante los resultados que sus medidas han obtenido en España, los europeos, vamos, los centroeuropeos, han pasado de la perplejidad a la carcajada, y de ahí al enojo y el insulto. Alemania todavía trina por las medidas salvadoras en materia económica que Zapatero quiere impulsar.

Miremos, pues hacia adentro, hacia España, y qué encuentro. Una amalgama de disparates nacionales. Empecemos por el último discurso del Rey para felicitarnos la Navidad (dentro de poco nos felicitará las fiestas de invierno), en el que instaba a los partidos mayoritarios a que pacten, ente la grave crisis en la que nos encontramos. El Rey no debe haber leído la Constitución o ya no la recuerda, pero la obligación de la oposición no es proponer medidas ni pactar, sino decir qué haría si estuviera en el poder y controlar la acción del Gobierno y además hacer oposición (será por eso que la llaman así). Teniendo en cuenta que, durante los años en que Zapatero es Presidente, hasta por escrito (Pacto del Tinell) el PSOE se niega a pactar con el PP en cualquier parte de España y que sistemáticamente el PSOE se ha negado a admitir ninguna propuesta del PP, se hace incomprensible o, peor, indignante que, el Jefe del Estado llame a consenso. Por otro lado, si se quiere que para los asuntos importantes pacten los principales partidos, tan fácil como exigir mayorías cualificada en el Congreso (dos tercios, tres quintos, etc), pero ni en Educación, ni en la Ley de Presupuestos, ni la Ley electoral se requieren mayorías cualificadas... ¿Pacto, qué pacto? Yo ya me he pronunciado a favor de que deteminados temas sean de obligado consenso, por ejemplo la educación, y sacarlo de la lucha electoral, pero no del debate político. Tan fácil como exigir que las reformas educativas requieran mayorías cualificadas. Igual que la Ley electoral, las leyes de financiación autonómica, las leyes de recursos naturales y energéticos, las leyes en materia de seguridad social, etc. Solo la reforma constitucional,que tanta falta hace, requiere esa facultad de pacto.

Precisamente en materia de medidas económicas, el Gobierno y el partido que lo sustenta deben gobernar, la oposición controlar y el pueblo decidir si está de acuerdo o no con la política desarrollada. En materia laboral, el Gobierno se afana en hablar con "los agentes sociales": sindicatos y patronal. ¡ Hala, a la mierda la oposición y el debate parlamentario!

Pero creo,que en Europa nos tienen esa tirria porque ven cómo lideramos las relaciones exteriores en España: con Marruecos, América Latina, los piratas senegaleses... Bueno, y ahora a ayudar a Haití. mientras se ponen de acuerdo en qué foto hay que sacar y cuál es el perfil bueno de Zapatero, Estados Unidos ya ha actuado y ya está salvando vidas; directamente, sin tapujos ni milindrerías, asuminedo su rol en el mundo. Ése que el resto del mundo le ha dejado tener en tantas otras ocasiones.

Al menos podemos mejorar nuestra imagen en Europa con el festival de Eurovisión. ¡Oh, no, Karmele Marchante! ¿En qué país vivimos? ¿Será cierto que somos PIGS?