jueves, 24 de abril de 2008

Sanidad Privatizada

Hoy desayunamos con la información de El País que nos anuncia que en 2006 la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid "privatizó"dos grandes ambulatorios de Madrid.
Para el que no haya leído más que el título, se habrá llevado la impresión de que en Madrid desde 2006 en dos ambulatorios de la Comunidad de Madrid, la sanidad es privada.
Desde luego, el titular, además de tendencioso es directamente falso. Falso porque la atención cumple los dos requisitos que en España cumple la Sanidad: gratuidad y universalidad, y gestión privada no significa sanidad privada y quien diga lo contrario miente o es un ignorante, al primero ni caso, al segundo habrá que enseñarle. Y es tendencioso porque la imagen que se quiere trasladar del equipo de Gobierno de Madrid es que existe una Sanidad para ricos y otra de para pobres.
No voy a evaluar el acuerdo, ni voy a criticar la "imparcialidad y profesionalidad" del periodista. Eso no me interesa. Sí me gustaría reflexionar acerca del modelo de financiación de la Sanidad pública, ésa que se supone que pagamos todos, pero que en realidad pagamos algunos y por duplicado.
A la sanidad en la Comunidad de Madrid, trasferida su competencia no hace muchos años, tienen derecho:
Con carácter general, todos los españoles y ciudadanos extranjeros que tengan establecida su residencia en el territorio nacional. Y para los extranjeros :
Si se encuentran inscritos en el padrón municipal en el que residen habitualmente, tienen derecho a la asistencia sanitaria en las mismas condiciones que los ciudadanos españoles.
Los menores de 18 años extranjeros aún cuando no tengan establecida legalmente su residencia en España y no estén incluidos dentro de una unidad familiar.
Las extranjeras embarazadas tendrán derecho a asistencia sanitaria durante el embarazo, parto y postparto.
En todo caso tienen derecho a la asistencia sanitaria publica urgente. Fuente: Consejeria de Salud de la Comunidad de Madrid
Es evidente que la financiación de la Sanidad proviene de los impuestos que pagamos, y más evidente es que no todos los que arriba se citan según fuentes de la propia consejería de Sanidad, pagan impuestos. Luego llegamos a la primera conclusión: La percepción de la Sanidad es universal, pero su financiación no.
Pasemos a otra reflexión. ¿A alguien le han pedido su DNI para comprobar si aporta mucho, poco o nada a la financiación de la Sanidad? Es claro que no. Y es igual de evidente que los facultativos, diagnosis, tratamientos, farmacología e instalaciones son las mismas independientemente de tu renta, posición social, si votas o no a Esperanza Aguirre, etc. Por lo que podemos llegar a la segunda conclusión: aunque no todos aportan en la misma cuantía, y aun existiendo personas que no aportan nada, la percepción de los servicios es la misma.
Tercera y última reflexión: la doble financiación por parte de algunas personas. Existen en España compañías privadas, éstas sí, que proporcionan, previo pago de su prima y aceptación del riesgo por parte de la compañía, servicios de salud. En concreto en España (no solo Madrid), por valor de 4.484 millones de euros durante 2005, con un crecimiento del 9.4% con respecto a 2004 (Fuente: Gracia Terrón. Consumer.es.Eroski). Esas cantidades son aportadas por personas que, además de pagar por la vía impositiva la sanidad pública, ejercen su derecho a pagarse una atención privada. Esto tiene tres consecuencias directas: la utilización de esta red privada asistencial libera de carga (coste operativo) a la sanidad pública, mejora por tanto el periodo medio de atención por descongestión en la atención sanitaria pública, y por último, por la vía impositiva a las empresas (impuesto de sociedades), el Estado vuelve a recaudar por la atención sanitaria, una de ellas sin prestarla. Con ello llegamos a la tercera consecuencia: algunas personas perciben un servicio de atención sanitaria, pero lo pagan dos veces.
Y con todo ello, ¿qué quiero proponer?
  • Sanidad pública gratuita y universal: rotundamente sí.
  • Deducciones en el IRPF para las personas que pagan un seguro de asistencia sanitaria privado.
  • Rebaja en el impuesto de sociedades a las empresas que prestan estos servicios, con un control del Estado acerca de las condiciones por las que estas empresas excluyen a determinados clientes (éstos sí son clientes) en función de su riesgo (edad, embarazo, situación de salud precedente, etc) de forma que la mayoría de ellos a los 65 años no pueden mantener la prestación y vuelven al sistema público o personas con tratamientos costosos y largos son excluidos, etc, de forma que estas compañías tengan la obligación de ciertas prestaciones independientemente de la edad o situación.
  • La factura médica: si bien la obligación de pago será cero, todos los usuarios del sistema público de salud deberíamos conocer qué nos hubiera costado una atención en urgencias, una consulta, una prueba diagnóstica, un tratamiento, una cirugía, etc, al menos para que se nos remueva la conciencia y se haga un uso responsable de estos servicios.
Con ello, ¿qué objetivo se persigue? Una mejora en el sistema público de salud. ¿Cómo se logra? A través de un sistema mixto de salud, por el que el sistema privado libera recursos de la red pública, que permiten mejorar la prestación pública. ¿Cómo se financia? Exactamente igual que ahora, mediante impuestos (pública) y pago directo (privada), pero con deducciones impositivas a los usuarios de la red privada en función de la renta, no del coste soportado, que sería una subvención y a las compañias una rebaja en el impuesto de sociedades a cambio e un mayor rigidez en la exclusión de pacientes

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