jueves, 18 de diciembre de 2008

De los belenes y los crucifijos

La señora fiscala se sentía ofendida por observar cada día el belén en la sede de la Fiscalía General del Estado. El señor de Valladolid, amigo de terroristas, le molestaba que si hijo asistiera a una clase donde se encontraba expuesto un crucifijo.

Sin embargo ver por la calle a una musulmana cómo ostenta los símbolos de su religión favorece la multiculturalidad. Las cabalgatas de los Reyes Magos pasarán a ser cabalgatas laicas, como los bautizos. No queda mucho antes de que veamos en la Cabalgata de Madrid, carrozas de gays, lesbianas y transexuales, carrozas musulmanas, Reinas Magas laicas o Belenes con Niña recién nacida.

Y es que la religión de la izquierda es aún más intolerante que la musulmana y más peligrosa, porque no se ofrece como tal. Se impone, y no acatarla es sinónimo de retraso, idolatría o fascismo.

Se tergiversa el concepto de laicidad del Estado para acometer acciones que atentan contra la libertad religiosa de los católicos. Y la libertad religiosa implica que los católicos puedan celebrar el nacimiento de Jesús, pero eso sí, en la intimidad de tu casa. Eso ya lo hizo Franco con la homosexualidad ( que la permitía si concubinabas en el lecho del hogar) y ahora lo repite la izquierda con la religión católica (con la musulmana hoy por hoy no se atreve).

Desde la instancias estatales se permite que la opinión de la minoría se imponga, no es muy democrático, pero ésa no es la prioridad. Si un padre en un colegio se siente ofendido por un belén, se hace desaparecer aunque la mayoría de los padres y resto de comunidad educativa lo quieran, y la excusa es la misma. el Estado es laico. Oigan ustedes, el Estado no está pagando con los impuestos de nadie esos belenes, ni se discrimina a nadie por no ir a misa o por no ver un belén. Eso sí sería un Estado confesional. Lo que ocurre en España es simplemente la negación a los católicos de su libertad de culto.

Pero no es el único derecho conculcado. En el caso concreto del belén, se trata de una forma de expresión, aunque esta expresión sea religiosa y, mientras que el Presidente de la Federación Española de Municipios puede insultar impunemente a más de diez millones de españoles en el ejercicio de su libertad de expresión, los católicos no podemos expresarnos a través de un belén, salvo que lo tengas en tu casa. Curiosa protección del derecho a la libertad de expresión.

Esta dictadura de pensamiento se introduce en la sociedad con la aquiescencia de todos los partidos políticos porque electoralmente no interesa a ningún partido que se les pueda etiquetar como confesional. Craso error. No se trata de la confesionalidad de un partido o de una sociedad o de un Estado, es simplemente la defensa de un derecho preexistente al Estado lo que no se está ejerciendo por ningún partido político y, además de cobarde, es moralmente reprobable.

La caridad cristiana, sin embargo, nos obliga a perdonar a quien atenta contra nosotros, pero Santos, Santos, no hay muchos, y hasta la caridad es difícil de mantener.

martes, 16 de diciembre de 2008

Me muero de hambre: Feliz Navidad

Entramos en unas fechas muy propicias para llamar la atención de nuestras conciencias y hacernos sentir culpables de la suerte que tenemos y lo poco que hacemos por los demás.

Mientras el mundo llamado civilizado, se lleva las manos a la cabeza por el escándalo Madoff, mil millones de personas no pueden llevarse las manos a la boca porque no tienen qué comer.

Es difícil sustraerse a la demagogia, yo mismo la detesto, pero el hambre y la sed en el mundo son el más claro ejemplo de la injusticia que asola el planeta.

Con el dinero que cuesta celebrar una de esas cumbres inútiles de la ONU sobre el hambre en el mundo, muy probablemente comería mucha gente durante mucho tiempo. y ese dinero éstaría bien empleado si, en vez de para la búsqueda de decisiones conjuntas, todas ellas difusas y casi siempre insuficientes, se empleara de forma unilateral por cada país para acometer acciones directas Así, la ONU no tendría más remedio que coordinar las distintas acciones unilaterales para su optimización, pero serían reales. Nunca se cumple mejor que en este caso el viejo dicho de, lo excelente es el peor enemigo de lo bueno. Hagamos y después ordenemos en el caos de la acción, pero hagamos y no nos lamentemos.

En algunos de estos países de hambruna endémica no se puede hablar de democracia, de derechos civiles, de libertad, ni siquiera de guerras tribales o caciquismo presidencial, ni mucho menos de autoridad estatal en sentido westfaliano. Solo cabe hablar de intervención, incluso por la fuerza, de las potencias europeas y americanas, acometer inversiones en infraestructuras y tutelar el desarrollo a corto, medio y largo plazo de medidas que permitan, primero comer y vacunarse, después educarse y después disponer de la libertad para decidir y autogobernarse.

Enfermedades que en Europa y América están desterradas desde hace siglos, producen cientos de miles de muertos, sobretodo de niños, cuya única culpa ha sido nacer en el sitio y tiempo equivocados.

Pero somos cómplices de lo que pasa. Existen medidas concretas que la sociedad debe exigir, y no se trata de emplear el 0,7 % del PIB a ayudas de dudosa efectividad y aún más dudoso destino, sino de acometer acciones concretas por parte de estos estados en esos países. Estados Unidos ya hizo algo parecido en el Japón de la década de los cuarenta y cincuenta del siglo pasado, como hicieron también las potencias mundiales con Alemania, ¿por qué no es posible hacerlo en África o Asia?

Un magnífico estudio causal del hambre en el mundo lo podemos encontrar en el siguiente documento vaticano: http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/corunum/documents/rc_pc_corunum_doc_04101996_world-hunger_sp.html

Pero mientras pensamos en las causas, las analizamos y buscamos culpables, siguen muriendo inocentes.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Muera el Borbón, pero cuando Dios quiera

El dirigente de ERC, Tardá, no tuvo mayor ingenio que alborotar a las jóvenes masas izquierdistas catalanas pidiendo la "muerte del Borbón". No pidió la muerte de la Monarquía, petición legítima y más viniendo de un republicano, sino directamente la muerte del Rey.

Bien es cierto que, demostrando una valentía fuera de toda duda, rápidamente se excusó apelando a la razón histórica, y reclamó un grito que se rezaba a comienzos del siglo XVIII cuando Felipe V sancionó los Decretos de Nueva Planta que lesionarosn los derechos nacionalistas catalanes, pero lo cierto es que la proclama de Tardá nada tenía que ver con ese hecho y sí con el grito de fuera la Monarquñia y venga la República, el problema es que a un terrorista enseguida se le ve la vena tiránica, y le salió por su boca la muerte de la persona y no la de la Institución.

Más allá del argumento republicano que bien podría escribir Tarda, si supiera, para el sosegado y necesario análisis de la benevolencia de este tipo de régimen frente a uno monárquico, lo reseñable en este caso, es la imprudencia temeraria de un diputado a Cortes.

Tratar de soliviantar a una pandilla de majaderos incultos, más necesitados de aprender a leer y a escribir que de recibir adoctrinamiento callejero, es un ejercicio que desde luego no busca ni la concordia ni la convivencia pacífica, ésa que ellos mismos dicen defender.

Y lo peor de la cuestión es que esta ralea política tiene responsabilidades importantes de gobierno en una Comunidad Autónoma también muy importante por su proyección nacional e internacional, y el ínclito President aún no ha dicho esta boca es mía, seguramente porque comparte los puntos de vista de aquél.

Pedir la muerte del Rey, no puede salir gratis en España y otra vez asistimos a la aquiescencia cómplice de la Casa Real, más preocupada por la popularidad de sus Jefes que del interés de España.

Hablar de palabras desafortunadas, imprudencia o malas formas, no es más que una forma de disculpar al niño travieso de la Esquerra, ya se sabe, son así, pero se oculta la complicidad de pensamiento y la publicidad gratuita de un planteamiento que muchos aceptan y pocos se atreven a debatir.

No es miedo, es cobardía política lo que abunda en España.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

La violencia de género: herencia franquista

Sobretodo la realizada por inmigrantes. Cuando una mujer rumana, ecuatoriana o colombiana muere a manos de un rumano, ecuatoriano o colombiano, siguiendo las tesis científicas de la Ministra, esto esta relacionado con nuestro pasado franquista.

Franco murió hace más de treinta años, pero sigue muy vivo en las mentes de la izquierda. La guerra civil terminó hace setenta años, pero algunas mentes de la izquierda no lo desean y prefieren seguir luchando, y lo que es peor, pretenden que los jóvenes, nacidos todos en democracia, que no han conocido más que ocho años de gobierno del PP frente a veinte años de gobierno socialista, se unan a su lucha estéril, inútil y acomplejada.

Ha tenido que llegar Garzón para constatar que Franco había muerto, pero existen grupos que no lo aceptan: la extrema derecha falangista y la extrema izquierda del PSOE.

Iba a decir que, un análisis más serio de este tipo de violencia..., pero tengo que decir que, simplemente un análisis serio del tema nos lleva a que ni es la herencia franquista, ni es un machismo recalcitrante las causas de la violencia sobre las mujeres: es la falta de educación y el poder del fuerte sobre el débil.

Siguiendo con la violencia en el entorno afectivo, son las mujeres las que en mayor medida maltratan a menores y mayores, ¿es eso violencia de género? tal vez sí, porque son las mujeres las que en mayor medida la ejercen.

Si nos quitáramos algunos prejuicios de encima y nos acercáramos al tema con un espíritu científico, observaríamos que el perfil del agresor, hombre o mujer, es el de una persona de escaso nivel cultural y educacional. No hemos conocido en los medios de comunicación que muchas mujeres con estudios universitarios hayan muerto consecuencia del maltrato.

Por otro lado, parece que un aliado común de este tipo de situaciones viene dado por el fenómeno de la desestructuración familiar. Suelen ser las víctimas ex lo que sea de los agresores (exnovios, exmaridos, examantes, excompañeros, y e´x lo que quieran).

No parece que esta sociedad camine hacia la solución en origen: una mayor y mejor educación que permita a las mujeres independizarse económicamente y familiarmente de personas de dudosa racionalidad, y una mayor y mejor protección del entorno familiar.

El hedonismo imperante, el egoísmo, la falta de educación que provocan falta de oportunidades y solvencia económica, la promiscuidad reclacitrante, son los orígenes del problema.

El problema no es el machismo o la inmigración o los medios económicos. El objetivo no es el hombre ni el inmigrante ni el indigente. Señora Ministra, usted conoce el perfil del agresor o agresora. Tergiversar, además de poner en duda su capacidad científica, le hace caer en pecado mortal.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Hacia la reforma constitucional: un recorrido inaplazable

Treinta años hace que los españoles en edad de votar decidieron aprobar la actual Constitución Española, la que más tiempo de vigencia ha tenido.

Resultaría tedioso recordar aquí el proceso constituyente, pero es importante resaltar que nuestra Constitución, la norma que actualmente rige nuestro ordenamiento jurídico, nos ha acompañado prácticamente desde que vivimos nuestra última época democrática.

Esta norma suprema fue el resultado del denominado consenso (que yo prefiero llamar negociación) imbuidos del también denominado "espíritu de la transición". En aquel momento, sin duda y amén de ciertos errores de bulto, como bien citan Sánchez Agesta o Torres del Moral, el resultado solo lo puedo calificar de muy satisfactorio.

Sin embargo, y andados ya treinta años de recorrido constitucional, parece oportuno plantear mejoras sustanciales a la CE y aprovechar la coyuntura para subsanar esos errores de bulto (p.e. el del art 61, en el que se afirma "El Rey, al ser proclamado ante las Cortes Generales, prestará juramento de desempeñar fielmente sus funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes y respetar los derechos de los ciudadanos y de las Comunidades Autónomas", como si las CCAA tuvieran derechos).

Son muchos los cambios que creo necesarios, y casi todos ellos a partir del Título II, precisamente el de la Corona, ya que, considero que la parte más lograda del Texto son los Titulos Preliminar y I, pero considero inaplazable el debate acerca de la llamada España de las Autonomías y nuestro modelo de Estado.

Los españoles del 78 nunca dieron consentimiento, como nación, a la deriva autonomista que las vías estatutarias han abocado a España. Los Estatutos de Autonomía y las Sentencias del Tribunal Constitucional han sido los principales instrumentos de las instituciones para modificar, no solo el espíritu, sino el corpus y el fondo de la CE, y a eso, los españoles no han dado su consentimiento; es la llamada mutación constitucional.

Por ello, reclamo un debate serio, sincero, responsable, sin hipocresías y a ser posible, primero en ámbitos académicos y profesionales, y después en ámbitos políticos y sociales, acerca de qué tipo de nación queremos ser, recordar de dónde venimos para acordar a dónde queremos ir y asegurar que las modificaciones sustanciales del modelo de nación son aprobadas por el conjunto de los españoles, o ¿alguien piensa que en 1978, los españoles sabían y dieron consentimiento a la situación de descentralización política, administrativa, cultural y social por la que hoy pasa España?

Dos son, a mi humilde entender, las cuestiones principales a debatir:
  • El grado de descentralización que queremos, lo que implicaría un adecuado catálogo de competencias por administración y la necesaria reforma de la segunda cámara ( o su disolución)
  • El modelo de jefatura de Estado, hasta ahora resuelto a través de guerras o pronunciamientos, hasta la presente Constitución, pero que debería ser revisable cada cierto tiempo.
Debemos ser conscientes de que el consentimiento que los ciudadanos realizan en un momento dado, no puede ser perpetuo, por la simple razón de que esta decisión no puede ser una hipoteca de futuro, sino que debe afectar a los ciudadanos que dieron su consentimiento y no a sus sucesores. Los que en su día no pudimos decidir reclamamos el derecho a decidir nuestro presente y no ser esclavos de nuestro pasado.