viernes, 29 de agosto de 2008

Nacionalismo y regionalismo: el cuento de nunca acabar

Durante la llamada Transición, que se sabe cuándo empezó, pero que parece más difícil ponerse de acuerdo acerca de cuándo terminó, si es que ha terminado, se retomó el debate sobre una antigua pretensión de la clase política de algunas regiones de España: Cataluña y Vascongadas.

Los denominados Acuerdos Autonómicos de primeros años de los 90, intentaron desarrollar lo que la Constitución Española, CE, no logró recoger debido a la falta de acuerdo en esta cuestión y que ponía en riesgo el objetivo último de dotar de un texto constitucional a España.

En este sentido, el Título VIII que recoge los artículos propios del desarrollo territorial, es probablemente la parte en la que se más se nota un resultado de mínimos, muy genérico, y que da rienda suelta a la imaginación del político de turno y de los miembros del Tribunal Constitucional.

Sin duda los partidos políticos y los dirigentes de entonces dejaron para más adelante la concreción de sus pretensiones, y ello cristaliza en dos momentos fundamentales: los acuerdos del 92 y las reformas estatutarias que actualmente se están llevando a cabo.

Parto de una premisa de partida: algunos pretenden mantener la unidad de España, a través de una visión holística del Estado, con evidentes deseos de descentralizar administrativamente el aparato estatal, y acercar la Administración al ciudadano. He de reconocer que yo me encuentro en esa tesitura.

Por otro lado, otros, apelando a supuestos deseos de la ciudadanía y aún más supuestos derechos autoproclamados históricos, desean romper su relación estatal con España, creando nuevos Estados. Esto ya lo intentaron políticos catalanes y vascos hace casi un siglo, y hoy sigue siendo el objetivo de los separatistas.

Y enmedio de ambas posiciones se mueve una escala de grises representados por políticos que llevan treinta años negociando transferencias competenciales del Estado a estas regiones, y que todavía no han acabado, precisamente por no posicionarse claramente en uno u otro bando.
La extraña organización del PSOE hace que la formación no pueda mantener coherencia en diferentes partes de España en su discurso, casi ultranacionalista en Castilla- La Mancha y Extremadura y casi separatista en Cataluña o Galicia donde no se reconocen ni las siglas del partido.
Esa extraña e incoherente posición la quieren trasladar al modelo de Estado, en el que si bien dentro de un partido, conviven (malamente) otros partidos, en un Estado, España, pueden convivir otros Estados.

Mientras, el PP vacila en su discurso, que no en sus principios, sobre cuál es su modelo de Estado en cuanto a las relaciones entre CCAA y Administración Central, cuál es el techo competencial de las CCAA, qué materias serán exclusivamente competencia del Estado y cómo recuperar, llegado el caso, competencias transferidas.

Entretanto el PP tiene muchos problemas de identidad en esas regiones, precisamente porque los ciudadanos directamente afectados no saben a qué atenerse. Los titubeos y vacilaciones en aspectos estructurales no caben en las coyunturas electorales y el modelo de Estado no debería ser objeto de negociación, sino de decisión de los españoles, de todos los españoles.

La lucha ahora se centra en la financiación autonómica, y los esquemas diferentes que se plantean, de forma que son las CCAA las que deciden cómo obtener financiación del Estado, y claro, cada una lo hace en función de sus intereses particulares, y todos apelando a criterios de justicia.

Enfrente un ejecutivo débil, esclavo del PSC por el rédito electoral conseguido y del PSV y PSG por las próximas elecciones vascongadas y gallegas, y un PP que debe estar a la altura y establecer un criterio único para todas las comunidades, donde primen los intereses de España y no de cada CCAA por separado.

Lo cierto es que este esquema autonómico español lo podemos considerar único en el mundo, y esta unicidad no es fruto de la originalidad organizativa española, sino fruto de la desastrosa capacidad política y negociadora tradicional de los dirigentes políticos españoles durante casi un siglo.
Las diferencias significativas en materias fundamentales en las vidas de los españoles hacen que sea necesario plantear seriamente qué competencias debe tener en exclusiva el gobierno de la nación y qué competencias deben tener las CCAA.

La educación, la gestión de recursos naturales, la energía, la administración de justicia son materias que deberían ser de competencia exclusiva estatal. Defiendo la descentralización administrativa y la cercanía de la administración al administrado, así como no establecer más burocracia que la que la igualdad de trato exige, defiendo la defensa del patrimonio nacional, su historia, sus lenguas, sus tradiciones, pero también defiendo la identidad de España como ente político y social indivisible, y abogo más por una mayor cuota de autogobierno municipal que autonómico, y esta postura siempre ha coincidido con la defendida por el PP, y esa postura es la que el PP seguirá defendiendo.

martes, 26 de agosto de 2008

El perfil de los Alcaldes

El Ministerio de Administraciones Públicas, map, ha publicado un estudio con la intención de hacer notar la presencia de las mujeres en la Administración Municipal (http://www.map.es/prensa/notas_de_prensa/notas/2008/08/20080825/text_es_files/file/20080825_Perfil_alcalde.pdf).
En este estudio sorprende ver, no el avance del papel de la mujer en las concejalías y alcaldías, sino el perfil medio de los regidores españoles, del que destaco que es hombre, entre 46 y 65 años y donde el 49% de ellos no han terminado el bachillerato.

Otro dato que no deja de sorprenderme es que casi el 7% no ha terminado los estudios primarios, en contra de lo que exige la Constitución, que en su art. 27.4 cita que la enseñanza básica es obligatoria y gratuita. Estaríamos ante el regidor analfabeto.

Bien, hasta ahí los datos. Ahora la reflexión: ¿ es necesaria una determinada formación para ser un buen Alcalde o Concejal?¿Son mejores Alcaldes o mejores concejales los que tienen mayores estudios?

Creo que todos tenemos experiencias directas de que el título universitario, per se, no otorga la capacidad de ser un buen Alcalde o concejal, pero sí creo obligatorios unos conocimientos mínimos para quienes se dedican a gestionar los recursos y expectativas de unos ciudadanos que confían en determinadas personas.

De ello, parte de culpa la tienen los propios partidos políticos que no establecen unos mínimos indispensables para acceder a las listas cerradas, como tampoco lo establece la CE ni la Ley de Régimen Electoral (LOREG). Hay que tener en cuenta que la mayoría de los municipios de España tienen menos de cinco mil habitantes, y que probablemente muchos de estos Alcaldes ni siquiera vean retribuida económicamente su dedicación. Para ellos, mi mayor respeto y admiración.

Sin embargo, tenemos en España algún President de Comunitat Autonoma, que no tiene estudios universitarios, como también hemos tenido Ministros en España en ese nivel intelectual demostrado y evaluado (recordemos a Corcuera o Montilla).

Con ello vengo a notar que en España, o los títulos universitarios sirven para bien poco, o los políticos son lo que sirven para bien poco, porque nadie sería capaz de establecer una relación directa entre títulación de estudios y capacidad política, y esto sorprende, ya que en la mayoría de dedicaciones profesionales, además de la siempre valiosa experiencia y de unas aptitudes personales, son necesarios unos conocimientos previos a la actividad, convenientemente reglados y superados, o ¿alguien se pondría en manos de un no médico, no arquitecto o no ingeniero o no electricista o no fontanero?

Pues curiosamente, no es necesario ser nada, intelectualmente hablando, para ser representante político. Hasta para conducir un coche o moto es necesario demostrar unos conocimientos previos que te habiliten al volante.

Como demuestra el estudio, sin leer ni escribir (0,34% de alcaldes y 0,47% de concejales) se puede ser nada menos (o nada más) que Alcalde de un municipio, es decir, 276 Alcaldes son analfabetos totales que dirigen, gestionan y deciden sobre los recursos de sus ciudadanos. Esto ocurre en España, en 2008, siglo XXI.

En mi humilde opinión, unos mínimos sí deberían ser exigibles. Para empezar, cumplir la Ley: todos los representantes políticos deben tener estudios obligatorios, y a continuación, y en función del tamaño del municipio, lo que infiere aumento de responsabilidades y competencias, ir incrementando el nivel de estudios mínimos exigibles. Así no parece aceptable moralmente que un analfabeto pudiera ser Alcalde de Madrid o Barcelona, ¿o sí?

jueves, 21 de agosto de 2008

El escaparate político: qué hacen los políticos en mitad de una catástrofe

Desde este rincón liberal he denunciado y criticado la potencia que demuestra el Presidente en lo que he venido en llamar "política de signos". Ese despilfarro de recursos políticos para parecer que haces algo, pero donde la falta de ideas o coraje le impide tomar decisiones, en muchos casos impopulares.


En el día de ayer, se produjo un accidente aéreo. Muchas personas murieron: niños, jóvenes, mayores, hombres y mujeres, de diferente condición social. Una catástrofe.


Rápidamente se pusieron en marcha los mecanismos de emergencia que existen para estos casos y los profesionales empezaron a trabajar: bomberos, sanitarios, policía, responsables y trabajadores aeroportuarios, y hasta voluntarios: todos ayudando en una misma dirección.


Los medios de comunicación rápidamente dieron cuenta a la opinión pública de la noticia, y allí como buitres aparecieron rápidamente los políticos: era momento de hacerse la foto.


El Presidente, la Presidenta (no la mujer del Presidente), el líder de la oposición, la Ministra del ramo, el Alcalde, todos interrumpieron sus vacaciones y asistieron al aeropuerto y a la morgue instalada en el parque ferial de Madrid. ¿Para qué?


¿En qué pensaban estos políticos ayudar? Su presencia lo único que podía provocar era la interferencia en la labor de los profesionales y el dolor de las familias.


La ayuda de los poderes públicos debe venir de la investigación de las posibles negligencias humanas o empresariales y en facilitar los medios para el reconocimiento, traslado y gestión del accidente, y todo ello ya se estaba haciendo. ¿Qué más podían hacer los políticos?


Sin embargo, si no hubiera ido el Presidente, los dirigentes populares lo habrían criticado, y si no hubiera ido Rajoy, hubieran sido los socialistas los que criticaran a los líderes populares.


Aún me asombro al recordar a Soraya Saez de Santamaría, portavoz de un grupo parlamentario del Congreso en el lugar del accidente, como guardaespaldas de su jefe. ¿Qué pintaba ahí?


Es necesario denunciar lo miserable de la política de signos, vacía completamente de contenido, que pueden desarrollar algunas veces los políticos de bajo nivel. Eso es lo que han demostrado ambos partidos. No estar a la altura de las circunstancias ni siquiera en momentos de duelo. Simplemente patético.


Sí parece lógico que la Familia Real no esté de celebraciones en Pekín, cuando más de ciento cincuenta familias en España están de duelo, pero qué tiene que ver el terrible dolor de esas familias con las vacaciones de los políticos, las banderas a media asta o los crespones negros.

Por desgracia todos los días mueren españoles en accidentes y no son menos españoles que los muertos de ayer, y nadie se acuerda de ellos más que para recordar la estadística de los muertos en accidente y congratularse el político de turno por lo bien que funciona el programa de puntos.

¿Es el número de muertos lo que hace distintos a estos muertos frente a los demás? No debería ser así, pero la presencia de medios de comunicación es un reclamo demasiado goloso para estos políticos de bolsillo.

Yo no tengo ni familiares ni amigos entre las víctimas. No conocía a ninguno de los que han muerto, pero no dejo de pensar en el dolor de sus familiares y siento pena por ellos, y veo a los políticos más preocupados por quedar bien que por no molestar (la mayoría de las veces la mejor forma de no molestar es precisamente dejar a los profesionales hacer su trabajo) y eso me produce asco.

Señor Presidente, ¿interrumpió sus vacaciones cuando ocurrió el incendio de Guadalajara? Sí recuerdo que interrumpiera y boicoteara las comisiones de investigación política como consecuencia de las decisiones políticas que adoptaron los políticos incompetentes que se rigieron por parámetros políticos y no por parámetros profesionales para tomar decisiones. Demasiada política para un incendio.

Señor Rajoy, ¿le preocupaba que el Presidente le hubiera acusado de no interrumpir sus vacaciones ante este desastre?¿No hubiera sabido responderle?

Señora Presidenta ¿no estaban perfectamente coordinados los recursos que dependen de la Comunidad de Madrid y que estaban siendo pilotados por su Consejero?¿ qué más podía hacer allí?¿Enterarse de primera mano?¿Es que el Consejero no dispone de teléfono móvil o correo electrónico?

Naturalmente que los máximos dirigentes políticos deben estar al tanto de las acciones que se están llevando a cabo: el Presidente, la Presidenta, SSMM, el Alcalde, la Ministra, el líder de la oposición (lo de la portavoz parlamentario todavía no lo he llegado a entender), pero ello no implica y no requiere que estén presentes allí, porque lo único que puede suponer su presencia es estorbo, aunque solo sea por las medidas de seguridad que ello supone y el revuelo que provocan sus presencias.

Los técnicos del aeropuerto, los técnicos de la Comunidad, los profesionales sanitarios, los mecanismos de coordinación funcionaron, y ustedes en gran medida son responsables de que esa labor se haya podido llevar a cabo. ¿No les parece bastante?

No tengo duda que en los próximos días asistiremos a la cuelga de medallas por parte de todos los políticos. Para entonces los familiares estarán solos, con su dolor pero sin sus padres, hijos, hermanos, parientes o amigos. Cuando se hayan ido los medios ¿qué hará el político?

No, no es una política de signos lo que estos familiares requieren. Necesitan eficacia en la organización y coordinación de la gestión del accidente y personal especializado para ayudar moralmente a estas personas. Y ese trabajo ustedes ni lo hacen ni lo saben hacer. Así que no lo intenten.

Mi más profundo cariño para los familiares y amigos de éstas y de todas las víctimas que cada día mueren en accidente, la forma más injusta para poner fin a una vida.

sábado, 16 de agosto de 2008

La importancia de la familia en el ámbito político

Desde un punto de vista sociológico, los grupos sociales se clasifican en grupos primarios y secundarios.

Las características principales de los grupos primarios son: el tamaño, pequeño para que sean posibles las relaciones cara a cara, el tipo de relaciones han de ser personales, próximas, íntimas y de conocimiento mutuo, en tercer lugar, es necesario que sus miembros se identifiquen como parte de un grupo delimitado, concreto, que permita hablar de "nosotros", y por último, el grupo es importante para todos sus miembros, lo que permite fijar objetivos y fines comunes.

A partir de ahí, es fácil identificar los grupos secundarios, como complemento a uno, de los grupos primarios, es decir, todas aquellas relaciones sociales que no cumplen estas características. Ejemplos de ambos tipos de grupos serían la familia y la opinión pública de una nación.

George Homans (El grupo humano) reflexiona sobre la correlación que existe en la decadencia de las diferentes civilizaciones y el fracaso de la organización de las formas de relación social básica. Su importancia es crítica en el desarrollo social de una comunidad.

En los últimos tiempos, estamos asistiendo indefectiblemente, a un ataque concienzudo a la familia, como vehículo de transimisión de valores, tradiciones, costumbres, a través de la sustitución del papel de la familia por parte del Estado.

Los valores predominantes hoy en España, están más cerca de lo que la opinión pública consiente y acepta que de lo que se establece en el seno familiar.

El escaso tiempo que los miembros de la familia comparten, fundamentalmente por los horarios laborales de los progenitores, impide que sea posible esta transmisión de valores, de forma que los medios masivos de comunicación y los centros educativos, se han convertido en los referentes morales de España.

El PSOE lo sabe, lo potencia y lo desarrolla a la perfección. De esta manera y no de otra controla la sociedad española, y lo que es más grave, aunque no gobierne, consigue que el PP o cualquier otro partido con responsabilidades de gobierno, lo haga de acuerdo a valores y parámetros claramente socialistas.

Un ejemplo paradigmático de lo que digo lo sitúo en la salida masiva de la mujer al mundo laboral. No es que esté en contra de que la mujer trabaje, ni mucho menos, nadie en su sano juicio lo está (ninguna sociedad puede permitirse el lujo de perder más de la mitad del potencial humano), pero cuando se tienen responsabilidades familiares, el desarrollo personal profesional, debería, como mínimo, ser una elección personal, frente al cuidado de la familia. Hombre y mujer deberían anteponer el cuidado de sus hijos y sus mayores, como principal unidad sociológica, al mero impulso de ganar dinero para mejor consumo.

En este sentido, la mujer ha sido esclava de sus propias reivindicaciones y hoy es muy difícil que una mujer pueda decidir trabajar para otros o trabajar para su familia. Mucho menos decidir sobre los horarios de trabajo, o sobre la posibilidad de dejar temporalmente de trabajar fuera del hogar (aplíquese de igual forma al hombre).

Así, el PP en muchos sitios donde gobierna, impulsa medidas, falsamente liberales, dirigidas a las madres trabajadoras, como la ampliación de los horarios lectivos en los centros educativos, de forma que niños de nueve meses, o tres años, o siete, pasan de diez a doce horas de lunes a vienes durante once meses al año en el centro escolar. Qué difícil es educar así a un hijo.

De ahí, que sean los centros de enseñanza los que se encarguen de la educación de los hijos, transmitiendo valores que no tienen porqué coincidir con el de los padres, pero éstos están indefensos ante ello, y lo mejor es cerrar los ojos y compartir esos valores: así la autoridad progenitora, como la ausencia de comunicación, como las reglas básicas de comportamiento en sociedad han dejado de ser tarea de los padres y convertirse en tarea de educadores.
¿Cómo puede un padre o madre "enseñar a comer" a un hijo, si normalmente come en el colegio o solo?

Cosas del día a día escapan del control de los padres porque ya vienen impuestos: la edad para llevar un móvil, el horario de vuelta a casa, la edad para empezar a salir, el número de horas para jugar con la videoconsola o qué programas ver en la televisión, o elementos de mayor trascendencia: la edad para iniciarse en las relaciones sexuales, o el tabaco, o el alcohol, la edad para sacarse un carnet de conducir, la supuesta intimidad de los jóvenes, en los que los padres son los últimos en enterarse de los posibles problemas que puedan acechar a los hijos. Todo ello, escapa al control de unos padres, más dedicados a conseguir un determinado nivel de vida impuesto, que a la preservación de la unidad familiar.

Esto le interesa al PSOE. Es la forma de inducir un pensamiento único conforme a los valores que ellos definen como buenos y desterrar lo que ellos consideran malo. De esto, lo peor no es la definición en sí de bueno o malo, sino la privación de libertad que ello supone. Y ésta debe ser la moderna ideología liberal, no abrir doce horas al día, once meses al año una escuela infantil, sino la libre elección del modo de vida que se quiere llevar, la libre elección del tipo de educación que se quiere transmitir, el libre pensamiento sobre lo que es bueno o malo. Un padre o madre no deberían sentirse culpables por pensar que la homosexualidad, bisexualidad, o las relaciones sexuales a edades tempranas, o la promiscuidad, o el divorcio a las primeras de cambio, o el aborto, o la eutanasia son buenos o malos, consentirlo o no. Esa es una decisión personal, dentro del ámbito de la responsabilidad familiar, y a eso los socialistas no están dispuestos a renunciar.

Son valores denominados morales, en los que los socialistas no tienen prejuicio en entrar e imponer sin ambages, mientras el PP considera que en ello no debe interferir, y mucho menos desde el Gobierno. Correcta visión, pero sí debe denunciar que otros lo hagan y facilitar la libre elección.

Señores políticos liberales, han perdido unas décadas preciosas para transmitir una ideología clásica demostrada progresista, adecuada a los tiempos modernos. Han dejado el control de la educación y los medios de comunicación en manos socialistas y lo peor de todo, han consentido que los valores socialistas sean los impuestos en la sociedad como buenos sin ni siquiera haber intentado contraponer otro modelo social.

miércoles, 13 de agosto de 2008

Sí existen diferentes modelos económicos

Es el momento de que los dirigentes políticos demuestren si están o no a la altura de las circunstancias. La crisis económica se agrava, los datos macro y microeconómicos, así lo atestiguan. La confianza de los ciudadanos desciende rápidamente y las empresas (patronos y asalariados)perciben cómo descienden los rendimientos de su cada vez más escaso trabajo.

En este escenario los ciudadanos necesitan de sus dirigentes, por un lado, percibir que quienes tienen la posibilidad de inducir un cambio en la tendencia económica tienen claro en qué aguas navegamos y qué medidas están dispuestos a tomar, qué riesgos asumir y qué sacrificios tendrá la ciudadanía que soportar.

En este sentido, y apelando a la responsabilidad política de los dirigentes, existen diferentes formas de enfrentarse a esta situación: podríamos hablar de una visión socialista o más intervencionista, y una visión liberal o más confiada en el mercado.

El PSOE, nefasto en sus predicciones o muy mentiroso, rápidamente achacó el origen de la crisis en el voraz capitalismo de Estados Unidos y la crisis del petróleo. En cuanto a España, la política desarrollada por el PP en sus ocho años de gobierno supusieron la peor política posible para España, lo que ha provocado que la crisis se cebe especialmente con nosotros.

Eso es precisamente lo que no necesita España: demagogia barata, no asunción de responsabilidades y deformar la realidad.

El PSOE insiste en profundizar en lo que denominan gasto social, pero que no terminan de concretar. Si por gasto social se entiende sanidad o educación, esas competencia están transferidas a las CCAA, y los resultado no pueden ser más desalentadores para los socialistas: las CCAA gobernadas por el PSOE están a la cola en esas competencias.

Si por gasto social se entiende lo que atañe a las prestaciones contributivas y no contributivas del Estado, solo faltaba que éste no cumpliera con sus obligaciones legales.

Las famosas políticas sociales en materia de igualdad, infraestructuras o seguridad no dan los resultados esperados y las políticas sobre agua o transportes son titubeantes en el mejor de los casos.

Para lo único que ha quedado el Estado es para distribuir el resultado de nuestro trabajo, los impuestos, y parece que la prioridad es apaciguar el apetito voraz e insaciable de los políticos independentistas del PSC, CiU o ERC.

Frente a ello, considero necesario contraponer otro modelo político y económico: favorecer a las empresas el camino para que sean ellas las que salgan de la crisis.

Serán la competittividad y productividad de nuestros trabajadores las que amortiguarán las distintas fases del ciclo económico. La política de la subvención, muy extendida por Andalucía y Extremadura, ha demostrado ser ineficaz en términos económicos y rentable en términos electorales.

El clientelismo y el desarrollo de políticas electoralistas en momentos en los que se requiere rigor presupuestario y medidas no siempre populares, puede producir efectos fatales en las empresas y las familias.

La formación, la identificación de ventajas competitivas son tarea de los empresarios. Favorecer el comercio exterior allí donde somos competitivos, donde nuestros productos y servicios son demandados es tarea compartida con el Gobierno, por ello no consigo entender los viajes al extranjero de nuestro Ejecutivo en estos meses.

Reducir las trabas burocráticas a las PYMES es prioritario, favoreciendo una financianción especial y temporal para que los emprendedores tengan estímulo a la inversión.

Fomentar la competencia para que las empresas apuesten por el trabajo de calidad y no por la mediocridad es fundamental para la supervivencia de las empresas y sus trabajadores.

Evitar la subvención sin control y sin pedir cuentas sobre el resultado de la subvención, y que el despilfarro sea sustituido por el rigor empresarial, los planes de negocio realistas y la puesta en marcha de nuevos negocios de forma creíble y solvente.

Ajustar la carga fiscal para favorecer la actividad económica, disminuyendo los impuestos sobre resultados económicos y contrataciones, para estimular la actividad económica.

Perseguir el fraude fiscal y laboral, el trabajo sumergido, la contrtación irregular, para evitar el sangrado que supone sobre las arcas públicas.

Favorecer la movilidad laboral nacional e internacional, sobre todo entre los jóvenes, que normalmente no tienen responsabilidades familiares, en materia formativa y fiscal, lo que les permitirá, además de conocer otras formas de dirección empresarial, obtener una experiencia laboral y personal que será de utilidad en el futuro.

Establecer rigor en el aparato estatal, como ejemplo de austeridad necesaria en estos tiempos, evitando el clientelismo político con las administraciones autonómicas por la proximidad de elecciones, aunque sean en Cataluña, Galicia o País Vasco.

Son todas ellas medidas que se pueden adoptar desde una perspectiva diferente de la empleada por los socialistas, porque sí existe otra forma de hacer las cosas.

viernes, 8 de agosto de 2008

Los Juegos Olímplicos: la perversidad política en estado puro

Hoy comienzan en Pekín los Juegos Olímplicos de Verano, y lo hacen en medio de una controversia más propia de la política que del deporte.

Desde luego no se puede negar la relación que el Olimpismo ha tenido desde siempre con la política, la religión o el poder, y lo que se pretendía en la era moderna de los Juegos era precisamente hacer un paréntesis en esta relación entre Estados, más propios de la política, para dejar paso a la relación entre deportistas, más propio de las naciones culturales.

Así, se pretendía incluso que las guerras existentes en los momentos de los Juegos pasaran por una especie de tregua mientras fueran disputados, para enfatizar el carácter de hermanamiento entre los pueblos del mundo.

Sin embargo, hemos asistido a toda una sucesión de perversiones en este espíritu y los aparatos estatales se han apoderado de las mentes y acciones de los deportistas, fundamentalmente porque sus resultados dependen de ellos.

El colmo ha llegado cundo les han instado a los deportistas que en estos Juegos eviten hablar de política, para no "molestar" a los anfitriones. ¿Ello implica que no se pueda hablar de deporte? Lo comento porque pocas cosas quedan menos polítizadas que el deporte.

Los diferentes boicots de Estados Unidos y Rusia, las reivindicaciones de los negros, los secuestros de Munich, o las actuales actuaciones de la dictadura China, no son más que manifestaciones políticas en el deporte.

Y el Gobierno español, no ha podido resistirse a esa tentación y también ha conminado a los deportistas a que no hablen de política, pero se lo ordena un político, encabezado por el Ministro de Asuntos Exteriores y continuado por el Secretario de Estado para el Deporte y los Presidentes de las Federaciones correspondientes, y es que los deportistas dependen económicamente de ellos y a ellos deben subordinarse.

Otro elemento digno de mención es el carácter identitario de los Juegos. Pocas veces como en el deporte se pone de manifiesto y de forma unánime el carácter nacional. Cada país quiere el mayor éxito deportivo. Los dirigentes, como escaparate de la apuesta que hacen por el deporte, los ciudadanos por el orgullo de ser y sentirse parte del éxito deportivo de sus conciudadanos, y los deportistas porque, de esa manera, se reconcilian con sus conciudadanos por el hecho de pagar impuestos y fijar su residencia donde fiscalmente les interesa, y de paso aprovechar el tirón publicitario que pueda suponer y aumentar así el precio sus derechos de imagen.

Un buen negocio, donde lo que menos importa es el espíritu olímplico y donde la política y el businness se imponen. Derechos de televisión, de imagen, escaparate para futuras inversiones en el país organizador. Ése es el objetivo. ¿A quién le importa el deporte, el espíritu de superación, el hermanamiento entre pueblos, la competitividad, el esfuerzo?

Se puede pensar que es una visión bucólica del deporte, pero es que es eso precisamente una Olimpiada. Ésa era precisamente la intención, y hoy asistimos a un teatro de títeres en el que los Estados manejan los hilos de unos deportistas que se dejan manejar a cambio de dinero y con unos espectadores engañados pero contentos imbuidos de espíritu nacional.

lunes, 4 de agosto de 2008

Crisis en UPD: El triste destino de los partidos alternativos

Parece que andan revueltas las aguas en UPD. Algo similar se vivió en Ciudadanos, y podemos buscar antecedentes en el partido de Ruiz Mateos hace algunas décadas cuando salió elegido europarlamentario.


Si bien, los líderes de estos tres ejemplos presentan trayectorias muy dispares, sus formaciones políticas presentan un denominador común: el carácter mediático de sus líderes, que les permite una exigua representación pero que quedan ensombrecidas y terminan por hacer desaparecer el proyecto político.

El personalismo dentro de un partido político es algo muy peligroso, para el partido, claro, no para su dirigente estrella, porque se tiende a confundir el mensaje del líder con el proyecto político, y eso es antesala de muerte del partido.

Un partido político es una organización que agrega intereses en torno a una ideología de base que, en función de la coyuntura política establece un proyecto y que requiere de un equipo relativamente complejo.

Ese proyecto es necesario mostrarlo a la sociedad, comunicarlo, y a través de la conquista del poder, intentar llevarlo a cabo, y para ello es conveniente que el partido político cuente con un equipo encabezado por una persona con caracterísiticas concretas, que venimos denominando liderazgo.

El problema de estas formaciones tan personalistas es que ni tienen un proyecto global, por lo que no pretenden alcanzar el poder y por tanto no pueden llevarlo a cabo y que, desaparecido el líder, desaparecido el proyecto. Se conforman más como un grupo de influencia sobre la opinión pública que como un partido político.

Sin embargo estas personas, solas, no pueden conformar un partido. Requieren de apoyos, no solo de intención, sino económico, de dedicación exclusiva de personas que no son representantes y por tanto no reciben pecunio por lo que hacen, y por lo que parece las personas que dedican de forma desinteresada su tiempo y dinero en el proyecto, acaban por abandonar, porque no encuentran la recompensa esperada.

Los casos de Ciudadanos, que ha hecho bandera de la política lingüística, o de UPD, que a su vez la ha hecho de la polìtica antiterrorista, son similares, y el problema reside en que fuera de esos símbolos, la opinión pública no conoce posición sobre otros temas, como los económicos, política exterior, defensa, fiscalidad, inmigración o medio ambiente por citar algunos ejemplos, ni más equipo que sus líderes. es decir, logran representación por ellos solos y no por sus proyectos, y eso no es mantenible.

Y es que Rivera solo aparece en los medios cuando habla del catalán y el castellano, y Rosa Díez cuando solo habla de ETA, y esas banderas tienen las patas muy cortas porque los medios de comunicación, agentes indispensables en la transmisión del mensaje político, no puede mantener como noticiable siempre el mismo tema de discusión.

Rosa Díez, es una persona de pensamientos de izquierda, nacida, crecida y educada en la doctrina marxista leninista que tiene, por otro lado, un componente nacionalista claro dentro del orden constitucional. Pero al fin a la postre, de izquierdas, con esquemas de izquierdas y pensamientos de izquierdas, y que abraza la socialdemocracia: ésa es su ideología de base.

Hay que recordar que UPD surge como rechazo a los actuales dirigentes socialistas sobre la política antiterrorista llevada a cabo por este Gobierno, y tampoco se puede olvidar que Rosa Díez disputó la Secretaría General del PSOE a Rodríguez Zapatero. Es decir, es una socialista convencida que, derrotada ha optado por fundar una nueva formación que seguir la deriva en política antiterrorista de su expartido.

De ahí mi sorpresa cuando muchas personas cercanas ideológicamente al PP piensan en UPD como alternativa al PP. Yo les digo, que es alternativa a determinadas políticas del PSOE, pero no al proyecto del PP. Ven en Rosa Díez una caacterísiticas que no encuentran en Rajoy, pero eso es precisamente lo que hace que el PP sea un partido y UPD un embrión.

Pensar en UPD como "tercera vía" no es que sea prematuro, es que es directamente suicida. Rosa Díez, a la que se le debe reconocer coraje político, en un partido o fuera de él, influye con su opinión. Para hacer lo que está haciendo no necesita un partido, y por tanto no necesita de más personas, y eso es lo que parece que le están recordando desde sus filas.

viernes, 1 de agosto de 2008

Ley de Libertad Religiosa: la nueva realidad de España

Lo reconozco: no consigo salir de mi asombro. Conocía la capacidad de Rodríguez para hacer volar su imaginación por el país de Alicia. Un artículo de el País de hace un par de días de Anabel Díez resulta revelador de hasta dónde está dispuesto a deformar la realidad este Presidente con tal de hacernos creer el tipo de país en qe quiere convertir una España, que decididmente no es el que desea y que intenta cambiar a su antojo y según su gusto.

El artículo en cuestión de la opinadora política, que no periodista Anabel Díez, tiene una frase lapidaria que reza así: "...está en marcha la reforma de la Ley de Libertad Religiosa, que recogerá la realidad de la España de hoy con la existencia de otras creencias religiosas con un arraigo notable."

Efectivamente existen muchas personas en España que profesan otras confesiones, y esas personas tienen el derecho a profesar su fe, dentro de la Ley, con el mismo nivel de protección de cualquier católico. Pero esto ya está reconocido desde hace treinta años en la CE, para ello no es necesario una Ley que proteja a estas personas.

La reforma prevista pretende, más que otra cosa, incidir en la opinión pública creando una nueva confución por la que estar en contra de esta reforma será tanto como estar en contra de los derechos de las personas a pertenecer o profesar otras confesiones.

Y esto no es así. España es católica mucho antes de los tiempos de Recaredo, que vio cómo en España ya había entonces (13 de enero de 587) millones de católicos y solo algunos miles de arrianos.

Para ello, Recaredo tras reunirse con Obispos de ambas confesiones, optó ese día por abrazar la fe católica, lo que no impedía a los arrianos continuar con su fe.

Sin duda, los españoles son católicos fundamentalmente por dos motivos fundamentales: el primero la labor pastoral de la Iglesia, y el segundo por su legado cultural romano.

No voy a entrar en la Historia de las Religiones en España, pero es obvia la intención de la opinadora y del Presidente de deformar una realidad: España es histórica, social y religiosamente católica. Y al decir España, me refiero a la comunidad de españoles, y no al aparato estatal, que ya sabemos que es aconfesional. Es decir, la nación cultural española es mayoritariamente católica, y eso a Zapatero, simplemente no le agrada.

Querer equipar los derechos de los creyentes es inútil, porque eso ya está garantizado. Que España acepta que otras personas profesen una fe diferente es un hecho que se lleva produciendo en España desde hace siglos: judíos, moros, protestantes, budistas, shintoistas y, perdón por la burda equiparación, hasta cienciélogos, conviven muy minoritariamente en paz con los católicos desde hace tanto tiempo que resulta ridículo que este Gobierno se dedique a estos menesteres, con la que está cayendo en España en estos momentos.

No cabe duda que, esta sociedad española actual, que en los últimos treinta años de último constitucionalismo, ha dependido de gobiernos socialistas en veintidós, asiste a una ausencia de valores religiosos que, por mor de su número, afecta en mayor medida a los católicos, y a eso sí se ha dedicado el esfuerzo socialista.

De esta forma, el hedonismo, el individualismo, la solidaridad hipócrita, la falsa defensa de derechos fundamentales, inciden en la conformación de una sociedad, más preocupada de ver dónde puedo abandonar al abuelo torpe este verano que en reflexionar solo o en comunidad sobre su fe y la escala de valores que merece ser defendida.

Los supuestos derechos de la mujer a decidir sobre su cuerpo (y de paso sobre el de su hijo), de los enfermos inútiles "a morir dignamente", a considerar el divorcio como una decisión personal y no familiar, los derechos de los jóvenes a decidir sobre sus opciones de diversión, lo que incluye el consumo de determinadas drogas, socialmente bien aceptadas, son pasos en la dirección de borrar de la conciencia de las personas su propio fundamento, que desde diferentes perspectivas, las religiones pretender transmitir.

Y la estrategia es clara, ataquemos a la Iglesia, a través de su Conferencia Episcopal, esa institución de gente vieja, carca, alejada de la realidad, con leyes de este tipo, para eliminar cualquier sustrato identitario de España, y de paso, instaurar el ateísmo como forma de pensamiento único.

Frente a la supuesta rigidez de conducta de la Conferencia Episcopal, la libertad de acción permisiva convertida en libertinaje que propone el socialismo. Si usted fuera joven e inmaduro, ¿qué elegiría?