martes, 30 de septiembre de 2008

Montesquieu no estaba muerto, estaba de parranda

Aún queda alguna esperanza. Montesquieu aún colea, pero no en Europa, sino en EEUU. Ayer el Congreso de ese país votó contrariamente al plan económico del Presidente Bush.

Ello infiere que sí existe separación de poderes en EEUU, y si bien los partidos políticos no son lo que aquí entendemos por el término, sí es cierto que los controles entre los diferentes poderes funcionan.

Lo importante no es que su propio partido haya sido el que haya votado en contra, sino que no existe disciplina de voto y por tanto, lo que el líder diga no tiene por qué sentar cátedra, como ocurre en España. ¿Nos imaginamos al PSOE votando en contra de lo propuesto por el Presidente Zapatero? Aunque, para ser justos la pregunta correcta sería ¿votaría cada miembro del grupo parlamentario mayoritario alguna vez en conciencia, aún en contra de lo que el Jefe del Ejecutivo establezca?

Lo cierto es que no debemos comparar ambos sistemas políticos pues las diferencias son tantas que la comparación estaría desvirtuada. Para comenzar, los congresistas se deben ganar sus propias elecciones, pues éstos se eligen mediante listas abiertas y no cerradas como ocurre en España. El ciudadano vota personas y no partidos.

Ello no está demostrado que sea ni mejor ni peor. Si estuviera demostrado todos los países tenderían a adoptar similares formas políticas, pero sí presenta una ventaja espectacular difícilmente compensable con una desventaja similar, y es que los controles políticos funcionan, y el Legislativo legisla, el Ejecutivo ejecuta y el Judicial juzga, y además los tres son votados por los ciudadanos (si bien mediante un sistema electoral totalmente diferente al español). Esto hace que cada miembro del Legislativo responda directamente, no ante su jefe, sino ante los ciudadanos. No existe, por tanto, disciplina de partido.

En cuanto al objeto de la votación, es muy difícil pronunciarse en un sentido u otro con el nivel de información disponible, pero teóricamente, en mi opinión la postura del Ejecutivo debería ser la de "que cada palo aguante su vela". Bancos dirigidos por gestores ávidos de riqueza rápida que creían segura, caen por errores en su gestión y el pagano se pretende que sea el que ha actuado con prudencia y correctamente.

Hay que entender que los ciudadanos americanos, y son muchos, ya han perdido mucho en esta crisis con el valor menguante de sus acciones, y ahora se pretende que, a través de imposición fiscal, ayuden a reflotar entidades que gestionaron mal.

Es cierto que las consecuencias serán terribles, pero lo serán para los incautos. Si se rescata a estas empresas, ¿qué impedira que esto vuelva a suceder?¿una agencia gubernamental o transnacional regirá el libre mercado?¿Queremos el socialismo cosmopolita?

Lo que sí debe ser legislado es la trasparencia en la información y el control ante el fraude que provoca que las empresas durante periodos largos de tiempo sean capaces de modificar y maquillar las cifras. Que cuando las empresas y particulares inviertan lo hagan sabiendo dónde, cómo y con qué riesgo lo hacen, y a partir de ahí, "que cada palo aguante su vela", y el regulador a controlar qué se hace, según unas reglas del juego preestablecidas y conocidas por todos, y por tanto jugadas por todos en los mismos términos.

No es posible que si te llamas John Smith y te arruinas, tu salida sea pegarte un tiro porque no le importas a nadie, pero si te llamas Lehmman Brothers, entonces se justifique la ayuda de los contribuyentes y la intervención estatal.

Y no debo ir muy desencaminado, porque si Zapatero piensa lo mismo que Bush en materia económica, es evidente que Bush se equivoca, esté por quien esté asesorado..., Bush se entiende.

lunes, 29 de septiembre de 2008

Y la política de signos llega a la Economía

Conocida la incompetencia del actual Ejecutivo en materia económica, ahora toca verificarla. Para ello, el Presidente Zapatero quiere invitar a Rajoy a hablar de Economía, que debe ser algo así como si yo invito a mi madre para hablar de cómo construir catedrales góticas.

En una nueva versión de la práctica de la política de signos vacíos de la izquierda, Zapatero pretende hacerse la foto con Rajoy para intentar trasladar la idea de que el desastre económico que padecemos no es consecuencia del Gobierno, que las causas son exclusivamente externas y que es necesario un pacto de Estado, en el que la izquierda decida y el PP transija, sensu contrario, el PP será un desleal que quiere obtener rédito electoral.

La inoportunidad de la invitación es tal que se realiza justo cuando el Vicepresidente económico ha presentado el borrador de Presupuestos para el próximo año en el Congreso. ¿No es ése el foro donde deben hablar de economía los dos líderes?¿ A qué viene entonces la invitación?¿Qué desprecio al resto de fuerzas políticas es el que se está representando?¿Qué falta de respeto se está preparando hacia las Cortes?

Sin embargo, no voy a caer en la tentación de comentar solo acerca del signo, como siempre vacío, hueco, sin propuesta, y con el único interés de presentarse ante la sociedad como un ser dialogante. Es la forma de tapar la ignorancia y la inoperancia.

En materia económica, es necesario fijar un escenario realista e incluso algo pesimista en el que se fijen claramente los ingresos esperados y el gasto corriente, de forma que no se eleve por encima del 1% del PIB el déficit del Estado.

Para ello, será necesario limitar las partidas superfluas como la publicidad institucional (500 millones de euros en 2007), fondos a determinadas ONG´s de dudosa eficacia y más dudosa solidaridad, ajustar la oferta de empleo público al mínimo imprescindible, mejorar los costes operativos de la Administración (teléfono, luz, papel, agua, gas, combustibles, viajes, materiales de oficina...), liberalizar la gestión de servicios públicos, como las Universidades y controlar el fraude fiscal. Existen muchas más medidas y todas deben ir encaminadas a fijar un escenario de duras dificultades, tipos de interés relativamente estables a lo largo de 2009 (cuando el IPC comience a bajar, es previsible que el tipo de interés baje entre 0.25 y 0.5 durante 2009), pero con aumento de la tasa de paro y descenso de la tasa de empleo, lo que implica disminución de ingresos por IRPF, Seguridad Social y aumento de las prestaciones por desempleo.

Sin embargo, la izquierda se ha demostrado incapaz de capear periodos de crisis económica, más bien los acentúan, porque su objetivo no es la correcta gestión de los fondos públicos, sino gestionar las expectativas de los ciudadanos, de forma que consigan mantenerse en el poder cuatro años más.

Ahora, pretenden que el coste político de la crisis sea nulo o moderado, trasladando la opinión de que ellos no son culpables de lo que pasa. Antes el barril de petróleo, ahora la crisis financiera americana, después ... Y es que no existen crisis económicas monocausales, ni se trata de fenómenos a los que se llega por contagio. Se participa de ellas, como también se participa de los periodos de expansión económica. En España, no tenemos los problemas que tiene en Estados Unidos. Su problema tiene que ver con la economía financiera, nuestro problema tiene que ver con la economía real: no somos competitivos y además hacemos lo que cualquiera es capaz de hacer. Afortunadamente el sol permitirá seguir abriendo bares y restaurantes, pero de eso solo no vive un país y el negocio de las casas no tendrá nunca más el crecimiento que ya ha tenido.

Como muestra, un botón. En todos los ránkings de universidades mundiales, la primera universidad española no aparece hasta prácticamente la posición doscientos. El país que se vanagloria de ser la octava potencia mundial tiene uno de los peores sistemas educativos del mundo. Nuestra capacidad investigadora es decreciente y nuestros buenos investigadores emigran en busca de mejores oportunidades a universidads extranjeras. Nosotros también emigramos. Nuestros médicos, ingenieros, economistas, arquitectos, se van fuera en busca de lo que España les niega. España está para importar ciudadoras, asistentes de hogar, albañiles, camareros, vamos, personal de muy alta cualificación (en verdad hay que decir que cada vez echo más de menos al auténtico camarero, el que de verdad conocía su profesión, y no esta legión de tiraplatos que no han conocido nunca lo que significa la palabra servicio, cliente, comensal o invitado).

El tejido empresarial de España, fundamentalmente está en manos de PYMES y autopatronos, a los que hay que sumar un elevadísimo número de funcionarios de todas las administraciones, lo que hace que no se generen las economías de escala suficientes para que las PYMES dediquen recursos a la I+D.

¿Sería muy complicado que el Estado pusiera de acuerdo a los investigadores y a las PYMES para mejorar la competitividad de la empresa española?¿Es posible que los institutos de FP formen a profesionales de calidad?¿Por qué exiten solo los números clausus de entrada en las facultades y no los números clausus de salida?¿Es lógico que alguien pueda ser médico porque ha tenido una alta nota en el examen de valenciano, inglés, filosofía o comentario de texto y le nieguen esa posibilidad a auténticas vocaciones?¿Por qué no se fomenta la competencia entre los alumnos y se exige un número máximo de titulados por promoción?¿Es posible que los exámenes de selectividad solo sean de las asignaturas que tengan que ver con las carreras a las que optan? Se supone que al aprobar segundo de bachillerato ya han demostrado sus conocimientos en las asignaturas comunes. Esto sí es responsabilidad del Gobierno y no dedicar los recursos del ICO a rescatar inmobiliarias en periodos preelectorales para que no se declaren insolventes, en suspensión de pagos o quiebra técnica.

La crisis financiera en EEUU pasará, y aprenderán y volverán a la senda del éxito, porque su economía real es fuerte, su estructura profesional es equilibrada, son competitivos, sus salarios adecuados, tienen un tejido investigador importantísimo, se valora la excelencia, el trabajo y el esfuerzo y el sentimiento de seguridad en sí mismos es grande. Lo mismo ocurre en Alemania, Francia (ese país que pronto será superado por España según Zapatero), Canadá, Japón, o países escandinavos.

En España, seguiremos a remolque de los acontecimientos. Venderemos cuando exista exceso de demanda, y dependeremos, aunque cada vez menos, del consumo interno, pero nos afectará más que a nadie nuestra debilidad competitiva, nuestro lastre funcionarial y nuestra picaresca del negocio rápido y sin esfuerzo, sin contar con la soberbia que supone no necesitar formación adecuada ni la investigación. Eso es pensar a largo plazo, y nosotros queremos rentabilidades a corto con profesionales escasamente cualificados y por ello primero el turismo y después el ladrillo han sido los motores de nuestra actividad.

Y mientras la Universidad y los centros de Formación Profesional, que son los que te capacitan para trabajar, no exijan mejor rendimiento, se reconozca la figura del investigador y la empresa española no sea consciente de la necesidad de pensar más allá de los próximos cinco años, cualquier constipado fuera será una pulmonía en España. Mientras tanto, que Zapatero y Rajoy hablen de Economía.

viernes, 26 de septiembre de 2008

Zapatero: un espantajo en la ONU

Ve el burro la paja en el ojo ajeno y no ve la viga en el propio. Zapatero está sembrando en Estados Unidos una de sus peores hazañas internacionales como político.

Primero, intentó, lo que es de alabar, convencer a los empresarios estadounidenses de la oportunidad que supone invertir en España. El problema es que su ignorancia en temas económicos le precedía, y los empresarios no mandaron a sus primeros espadas, sino a subalternos sin ninguna capacidad de decisión.

Y, por el resultado, la decisión fue acertada. El Presidente contó lo que ya sabían, no propuso ninguna medida para salir del atasco que sufre España, al borde de la recesión (claro, que eso hubiera tenido bemoles, porque aquí en España tampoco ha dicho cómo salir de ésta) y para colmo, y es lo peor que se le puede decir a un empresario, fue el típico vendedor de humo, nada creíble en su diagnóstico y totalmente incoherente en las propuestas.

La información económica de España, la conocen ellos mejor que el Presidente, y éste lo que debería haberse marcado como objetivo es ofrecer medidas concretas para facilitar la entrada de capital estadounidense. Medidas liberalizadoras, que fomenten la competencia y que eliminen barreras de entrada burocráticas. Eso es lo que se espera de un dirigente político, y no el esperpento que hizo en un hotel de superlujo ( Waldorf Astoria), con una puesta en escena patética donde en vez de presidir la reunión dos banderas, una estadounidense y otra española, el presidente tenía detrás los aparatos que controlaban el sonido de los micrófonos y altavoces. Memorable.

La siguiente azaña de este periplo lo constituye la agenda de España en el exterior. Seguimos siendo ninguneados por los países con lo que le gusta compararse al Presidente, y no tuvo reparos en anunciar que dentro de cuatro o cinco años la renta per cápita de los españoles superará la de Francia: muy opotuno, pero vista la capacidad del Presidente para hacer prediciones, creo que lo mejor hubiera sido no pavonearse por Estados Unidos. No está el horno para bollos.

Y por último, su discurso en la sede de la ONU. Acabar con la pena de muerte a partir de 2015(loable petición, utópica, pero loable, está muy bien), dedicar más recursos para acabar con la pobreza en el mundo (también muy loable, pero más utópica todavía que la anterior. Esto ya parece la carta a los Reyes Magos) y por último, la advertencia: que los países pobres no sean los paganos de la crisis internacional. Esto ya rayó la locura. Es decir, que no sabes cómo vas a hacer frente al problema que tienes en España para pagar las prestaciones por desempleo, hemos entrado en un déficit que supera el 1.3% de nuestro PIB, te estás cargando las reservas destinadas a presevar las pensionesy te atreves a pedir a los demás que sigan dedicando recursos a acabar con la pobreza, ¡claro que, tu aportación a la erradicación de la pobreza ha sido permitir durante casi cinco años la entrada masiva de ilegales en España!

Y es que Zapatero no se ha enterado de que los franceses son primero franceses y después europeos, y si queda algo después ciudadanos del mundo, los ingleses, estadounidenses, israelíes, autralianos, canadienses, alemanes, tres cuartos de lo mismo. Zapatero es que se considera primero ciudadano el mundo (por ello aspira a desempeñar un cargo en la ONU), después amigo de dictadores (Chávez, Mohamed VI, Castro) y siempre rojo y feminista, y para ello utiliza a España.

No es la política exterior lo mejor de este Gobierno, pero visto el nivel del resto casi, casi, me quedo con Moratinos (¿esto lo he pensado yo?).

jueves, 25 de septiembre de 2008

Me cargo la educación concertada

Desde este rincón siempre he sido contrario a la denominada enseñanza concertada y hoy quiero explicar por qué.

En España, tradicionalmente han existido dos modelos de enseñanza: público y privado. El sistema privado, casi siempre en manos de congregaciones religiosas, gozaba de mayor aceptación en la población por su calidad respecto al sistema público.

Fue el PSOE en la III Legislatura cuando creó el sistema de enseñaza concertado, fundamentalmente para acercar esa enseñanza de calidad a todos los ciudadanos que, por desgracia no podían hacer frente al coste que suponía.

Podía el PSOE haber optado por la inversión en enseñanza pública y elevar sus cotas de calidad, pero prefirió desinvertir en el sistema público en la enseñanza obligatoria, como también hizo en Formación Profesional. El objetivo era, que vía subvención el Estado interviniera en el ideario de los centros que se acogieran al concierto que, repito, en muchos casos estaba en manos del clero.

Desde entonces, y una vez finalizada la trasferencia de las competencias educativas a las CCAA, todo el que lo desea puede acceder a una enseñanza privada de calidad.

Parece la cuadratura del círculo: los padres tienen la enseñanza que quieren, el Estado interviene en el ideario del colegio, a los padres se les da voz y voto en la gestión interna del centro a través de las asociaciones de padres de alumnos, y el clero mantiene su cuota de clientes. Todos contentos.

El problema reside en que siguen existiendo centros privados que no han querido "prostituir" su ideario a cambio de dinero, y la Constitución reza, aunque torpemente, que la enseñanza básica es obligatoria y gratuita (vamos, que se paga entre los contribuyentes), por lo que ese 13% de padres que llevan a sus hijos a centros privados están siendo estafados por el Estado.

La respuesta no puede ser que existen centros públicos sustitutorios, pues, si mañana todos decidieran asistir a centros públicos, el sistema se vendría abajo, y además se limitaría el derecho de los padres a educar a sus hijos como crean oportuno y no como lo crea oportuno el Estado.

Por este motivo, estoy especialmente a favor de la medida propuesta por el PP de Madrid de que los gastos en educación sean desgravables. Ello supone una medida no inflacionista, como ocurre con el famoso y demandado cheque-educación, y permite asegurar la libre elección de los padres, y los centros no tiene por qué renunciar a su ideario.

Y el principal motivo por el que estoy en contra del concierto es precisamente porque los padres desconocen hasta qué punto el centro debe modificar ese ideario y hasta qué punto la Administración incide en el currículo del centro o en las decisiones del claustro. Esto es totalmente ajeno a los padres.

La alternativa es clara: volver a los dos modelos de enseñanza, público y privado, con deducciones (no desgravaciones) en la base por los gastos incurridos en la enseñanza privada obligatoria y desgravaciones en los gastos incurridos en la enseñanza privada no obligatoria, y en la que los padres solo hagan frente a los gastos de las actividades extraescolares, comedor, uniformidad y horarios ampliados, siendo el transporte, libros de texto, material escolar y la enseñanaza propiamente dicha a cargo de las CCAA en su etapa obligatoria, de 6 a 16 años.

No es justo que las Adeministraciones subvencionen la enseñanaza no obligatoria desde las escuelas infantiles de cero a tres años hasta la enseñanza universitaria, mientras existan padres que tengan que pagar la enseñanza obligatoria a sus hijos.

De esta forma, se deja a la iniciativa privada la apertura de centros de enseñanza en función de la demanda, y el Estado llegaría donde la enseñanza privada no llegue, para asegurar que todos los ciudadanos reciben la educación obligatoria, y no como ahora, que existe una presión de demanda sobre los centros concertados que está provocando, desde situaciones dantescas de padres que hacen lo que sea para que sus hijo accedan a un centro concertado, las medidas que adoptan algunos centros concertados para limitar el acceso de alumnos "no deseados", hasta la estéril discusión sobre el modelo público y el privado.

Al Estado le corresponde, por un lado, el establecimiento del currículo educativo, y por otro ser el agente subsidiario que llegue donde la iniciativa privada no lo haga, amén de soportar el coste de la enseñanza obligatoria como le manda la Constitución, lo que no ocurre hoy, como lo demuestra el hecho de que no existen plazas públicas suficientes en ninguna Comunidad Autónoma para todos los alumnos que actualmente están en el sistema privado.

Y todo esto es, en mi opinión, la visión liberal de la enseñanza: libre elección de los padres en la educación de sus hijos, libre acción a la iniciativa empresarial laica o religiosa sin tener que renunciar a su ideario educativo, y al Estado se le reserva el papel de unificador de la enseñanza en España, a través del currículo académico, el papel subsidiario donde la iniciativa privada no llegue, y el sostenimiento de la educación obligatoria.

Cualquier otra componenda es cualquier cosa menos liberal.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

La peor crisis que ha conocido Solbes

O es tonto o piensa que lo somos los demás. Este Ministro de Economía y Hacienda y Vicepresidente del Gobierno, ha pasado de plantear un escenario propio de los cuentos de hadas dos semanas antes de las elecciones a considerar esta crisis como la peor vivida por él.

Resulta evidente que la mentira tiene las patas muy cortas, el problema es que la memoria de los españoles es más corta aún.

Parece claro que esta crisis es internacional. El origen puede que se encuentre en la falta de liquidez de bancos de inversión muy importantes, pero es obvio que, una vez desatada la crisis, todos los países y todos los sectores se verán implicados en mayor o menor medida.

En el caso español han coadyuvado diferentes causas, siendo la principal el ajuste oferta demanda en el mercado inmobiliario. El exceso de demanda inmobiliaria se ha producido como consecuencia del aumento del plazo de amortización hipotecario, la disminución hasta niveles negativos de los tipos de interés y el acceso generalizado al mercado laboral de dos miembros de la unidad familiar. Esto ha permitido que, durante quince años, la oferta fuera menor que la demanda lo que hacía de la vivienda un bien susceptible de que su precio aumentara.

Entre los efectos colaterales del aumento del precio de la vivienda hay uno de especial relevancia: el aumento de la demanda de bienes de consumo, pues los propietarios de las viviendas incorporaban en el crédito hipotecario todo tipo de bienes propios de préstamos al consumo: coches, ajuar doméstico, muebles y hasta vacaciones.

Por otro lado, los ayuntamientos, dueños del suelo han aprovechado la coyuntura elevando el precio del mismo, lo que sin duda ha revertido en mayores y mejores servicios municipales (polideportivos, piscinas climatizadas, bibliotecas, festejos, programas sociales,...). Además, en tiempo de oportunidad de negocio rápido y seguro, las empresas se han dedicado a inversiones de rápida amortización y pingües beneficios.

Estos efectos han tenido las siguientes consecuencias: muy mala gestión de expectativas por parte de las Administraciones Públicas, sobretodo ayuntamientos, que cuando no ha habido suelo que vender porque no hay dinero para comprarlo, tienen ahora que desandar el camino recorrido porque no pueden mantener ni siquiera el gasto corriente de los servicios que habían iniciado.

Las empresas no son competitivas, no tenían porqué serlo y no dedicaron recursos para invertir en I+D, ni formación, ni estrategias empresariales que diversificaran el riesgo (por ejemplo como han hecho los grandes bancos con su amplia cartera industrial).

Además, se penalizó el ahorro familiar y se favoreció el consumo irresponsable, lo que ha creado unos hábitos de consumo que en la actualidad provocan desazón en las personas y familias, que ya no pueden pagar cinco euros por desayunar, o cien euros por unos vaqueros, o cincuenta euros por persona para salir a comer, o treinta euros mensuales por línea de teléfono móvil, ni coche para cada mienmbro de la familia con licencia o viajes anuales propios de antiguos viajes de bodas.

Y durante este tiempo, ¿qué ha hecho Solbes? Heredó un modelo económico basado en el consumo y la inversión como consecuencia de un periodo expansivo de la economía, que se tradujo en reducción de impuestos, austeridad presupuestaria y control del gasto público y una demanda creciente de mano de obra. El problema es que todos los indicadores incidían en el agotamiento de esta fase expansiva, y el Gobierno no hizo nada.

La mano de obra demandada no era cualificada o era de escasa cualificación, de ahí el fenómeno de la inmigración ilegal masiva: no se necesitaba titulación ni cualificación alguna para trabajar en España. No se alentó a los jóvenes a que se formaran adecuadamente, sobretodo los que se decantaron por abandonar los estudios, a los que no ofrecieron alternativas formativas a la ganancia de salario fácil. No quiso el Gobierno incitar a las empresas a que invirtieran en I+D+i. De hecho en España, desde que Solbes es Ministro, el 30% de las empresas de España tiene actividades innovadoras. En tiempos de Aznar fue del 35% y Europa está hoy en el 40%.

No tomaron medidas de flexibilización laboral, en un entorno económico donde no existía problema para encontrar trabajo, lo que hubiera favorecido la competencia entre profesionales y por tanto aumentar su empleabilidad.

Debió tomar medidas urgentes para reducir el déficit en nuestra balanza de pagos, que ya se sitúa en el 1.31% del PIB, de forma que podamos ser competitivos en el exterior. Necesitamos vender nuestros productos fuera, pero el problema es que nuestros costes laborales y operativos son más altos que en el exterior y como lo que hacemos fácilmente lo pueden hacer otros, nuestros productos no se venden fuera, ni siquiera dentro de España, por ello decae el PIB, no porque no se invierta, sino porque no se vende a esos precios.

Hemos asistido a la entrada masiva de productos españoles fabricados en China, verduras, frutas, pescado venido de fuera, porque en España es muy caro mantener la cadena de valor.

Han sido muchas las alarmas que este Ministro ha ignorado, unas veces por oportunismo político, como ocurrió antes de las pasadas elecciones, y ahora porque no quiere asumir el coste político de tomar medidas impopulares, esperando que sean los demás agentes económicos los que saquen a España de esta crisis y que la inversión y el consumo privados vuelvan a tirar de la Economía.

Este Gobierno se dedicará a politizar sobre iniciativas que no requieren recursos importantes (ley del aborto, memoria histórica, eutanasia, etc) y dará tiempo a que la tormenta escampe, para presentarse al final como el caballero salvador de la dama España, y como es imposible calcular el coste de oportunidad de haber tomado otras decisiones, salvo compararte con otros países que hayan tomado otra senda, siempre tendrá tiempo de inducir un estado de opinión que le favorezca gracias a su control de los medios de comunicación y grupos de presión.

Si la culpa es de Bush y el capitalismo y haga lo que haga el Gobierno estamos en sus manos, cerremos el Ministerio.

martes, 23 de septiembre de 2008

El terrorismo: cobertura social y política

Hoy pocos están satisfechos. Pocos son los que jalean el éxito, pero son menos pocos los que comprenden, consienten y amparan el asesinato en nombre de la patria vasca.

No ha mucho tiempo, un Presidente del Gobierno hablaba de paz. El objetivo del Gobierno era conseguir la paz, no ofrecer seguridad, no preservar la libertad, sino negociar la paz. Junto a él, se encontraba otro presidente, el vascongado lehendakari, que le animaba, a cambio de dar su apoyo en diferentes iniciativas legislativas en las Cortes: eso costaba la dignidad de España.

Ése fue el detonante que hizo que Rosa Díez, socialista de pro, mandara al Presidente a hacer gárgaras. Eso fue lo que le quitó tantos votos en Madrid y en otras partes de España sin gobiernos independentistas, y por eso barrió en Cataluña y Vascongadas.

El recuento no le tuvo que ser favorable porque ayer hablaba el Presidente de libertad, y de paz ya solo habla el otro Presidente, el vascongado.

Entretanto, el PP se mantuvo firme en esa lucha, sin duda aprendida a costa de vidas como la de Gregorio Ordoñez, Miguel Ángel Blanco o el intento de asesinato de Aznar, sin menospreciar ni olvidar a todas las víctimas de cualquier índole, pero sin duda, esas muertes dejaron en el PP el convencimiento de que es posible perseguir y acabar con ETA con medios policiales, militares y judiciales.

El problema, más allá del retroceso qu supuso la anterior legislatura, es la cobertura social de ETA. En Vascongadas consideran que el resto de españoles no les comprendemos y que, aunque con medios reprobables, sus intenciones son loables. Y esto lo respalda la cúpula purpurada de la Iglesia vascongada, los dirigentes de los partidos políticos independentistas como el PNV, el rectorado de la Universidad vascongada y en definitiva las élites socioeconómicas y culturales y religiosas vascongadas.

Si a ello le sumamos el borreguismo característico de nuestra sociedad actual, es fácil comprender cómo jóvenes que apenas saben leer, que no han escrito jamás, y cuyo vocabulario no excede de cien palabras, apoyen a esta caterva de asesinos. No nos debe extrañar cómo los medios de comunicación extranjeros tratan el terrorismo de ETA, como movimientos independentistas, lo que les procura la situación de mártires de una casusa oprimida por el gobierno español.

En su día se criticaron, cada vez por parte del contrario, la existencia de negociaciones. Yo soy de la opinión de que deben existir negociaciones: a qué hora se van a entregar, dónde depositarán las armas, a qué cárceles ir, qúé trabajos harán desde la cárcel, son cuestiones que es necesario negociar.

Cada día después de un atentado, muchas personas claman por la cadena perpetua. En mi opinión, bastaría que cumplieran íntegramente las penas impuestas sin ningún tope máximo, salvo que se mueran antes. Pero la caridad cristiana me obliga a perdonar, por lo que, creo oportuno establecer cuarenta, o cincuenta años, como tope de estancia en la cárcel, sin límite de edad máxima.

Tendremos una posibilidad real, el día que los partidos políticos hablen de libertad y no de paz, el día que tras una ilegalización de actividades terroristas, la clase política contraria a las ilegalizaciones sea acusada de alta traición y podamos ver al lehendakari en el banco de los acusados, por contrariar las disposiciones juduciales y por atentar contra la Constitución que juró. Tendremos una posibilidad el día que impúberes prefieran leer a gritar proclamas, y para ello es necesario meter mano en ikastolas y universidades. Tendremos una posibilidad el día que el Papa a través de su Nuncio en España, eche del purpurado a Obispos que comprenden y amparan el asesinato por cuestiones políticas. Tendremos una posibilida mientras la sociedad vascongada no vote con la nariz tapada a formaciones políticas contrarias a la Constitución amparadas en la libertad de pensamiento. Yo me puedo permitir el lujo de pensar lo que quiera, el lehendakari no.

Pero mientras llega esa posibilidad, nos queda la esperanza. La esperanza de que el Presidente del Gobierno diga a la sociedad: me equivoqué, la esperanza de que el Fiscal General del Estado cese por incompetente, la esperanza de que el Obispo de San Sebastián desaparezca de la diócesis y lo manden a alguna parroquia de la provincia de Jaén (perdón por los jienenses, mis padres allí nacieron y por ello lo pongo de ejemplo), la esperanza de que Gotzone Mora pueda dar clase en la Universidad del País Vasco sin escolta y el día que los jóvenes se junten para asistir a un concierto de rock o para ver al Bilbao (la Real en su defecto), y no para destrozar las calles o para amedrentar a los ciudadanos.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Reclamo mi derecho a pensar

Durante este fin de semana he asistido como compromisario al congreso regional del PP de Madrid. He participado en la ponencia política a través de diferentes enmiendas con relativa fortuna, pues la gran mayoría de ellas fueron aceptadas.

En palabras de la Presidenta, salimos de allí con las pilas cargadas en lo ideológico. Yo no diría tanto, porque en escasas 36 horas, poco se puede debatir, y sí mucho que escuchar.

Lo cierto es que las diferentes ponencias han sido, en general, de mucha calidad. A mi entender, la denominada Servicios Públicos de calidad es la que más se acerca, en lo ideológico, a lo que entendemos los liberales que debe ser el papel que deben cumplir los servicios públicos. Recomiendo vivamente su lectura, siempre que los responsables del PP de Madrid tengan a bien publicarlas en la web del partido (http://www.ppmadrid.es/).

Sin embargo, resulta curioso que, de los muchos discursos que se hicieron, el que más ha llamado la atención a los medios de comunicación ha sido el realizado por Pablo Casado, presidente de NNGG de Madrid. Su alegato liberal, con evidentes tintes populistas (la ocasión lo requería), consiguió levantar al auditorio como solo lo había conseguido poco antes Rodrigo Rato.

Parece que el PP, al menos en Madrid, tiene claro cuál es el papel del liberalismo en la sociedad actual. Ideológicamente, los liberales no debemos temer el debate en ningún tema propuesto por la izquierda, no porque, como aseguraba Casado, nuestra ideología sea mejor, lo cual es empíricamente, demostrable sincrónicamente y diacrónicamente, sino porque es hora ya que la opinión pública pueda atreverse a confrontar diferentes modelos sociales.

Si tuviéramos que resumir la principal diferencia entre ambos modelos, el modelo de izquierdas hace del Estado el principal protagonista de la sociedad española. Se da la impresión de un Estado paternalista y dadivoso, donde la sanidad y la educación son gratuitas, donde el Estado estará presente en las principales decisiones de las personas y donde el "interés general" queda por encima de los intereses particulares. Eso sí, ellos definen qué es el interés general.

Para el liberal, el interés general existe (a diferencia de lo que se establecía en el liberalismo clásico), pero no viene definido desde el Estado, sino desde la propia sociedad en el pleno uso de su libertad de pensamiento. El papel del Estado se subordina a la acción de la sociedad, y éste es el facilitador (seguridad, justicia, legislación mínima) para garantizar la igualdad de oportunidades, de personas, a través de la educación y de las empresas través de la libre competencia, el sometimiento de todos al imperio de la Ley y el respeto de los derechos de cada uno con los solos límites de la Ley y los derechos de los demás.

Sin embargo, hoy por hoy, el discurso de la izquierda prevalece al de la derecha ( o centro como ahora gusta llamarse), de forma que el PP en muchos casos utiliza términos que son manipulados desde la izquierda y que el PP todavía no termina por desterrar, como falso adagio.

Me refiero a la "gratuidad" de los servicios que presta el Estado. En la citada ponencia de Servicios públicos de calidad se dice claramente que no existen servicios públicos gratuitos. Existen servicios públicos soportados por todos los contribuyentes (ni siquiera por todos los españoles). Sin embargo, la propia Presidenta no duda en decir " a troche y moche" que mientra ella sea Presidenta de la CAM, la Sanidad será universal, gratuita y de calidad.

Otro ejemplo, lo podemos leer en la propia Constitución, que afirma que la educación básica será obligatoria y gratuita.

Yo he de confesar que mi concepto de gratis es otro. Gratis es lo que no cuesta nada, no lo que se paga entre todos ( o casi todos), y lo cierto es que para parte de la sociedad, la educación y la sanidad son gratis, pues nada aportan a la caja única, pero para la mayoría, estos servicios no son gratuitos, más al contrario, suponen más de la mitad del rendimiento de nuestro trabajo.

Así, entre IRPF, IVA, trasmisiones patrimoniales, impuestos especiales, tasas e impuestos municipales y autonómicos, más de la mitad de los salarios se destinan a pagar esos servicios gratis. Insisto que mi concepto de gratis de otro. Debo estar equivocado.

Por ello, el PP reclama bajar la presión fiscal a personas y empresas, no influir en su libertad de pensamiento , agilizar la acción de la administración de justicia para dar seguridad física y jurídica, favorecer el desarrollo personal y profesional de las personas y la libre actividad de las empresas, proteger a los desfavorecidos asegurando unos niveles de protección que permitan el pleno desarrollo y proteger una identidad nacional que promueva la necesaria solidaridad entre personas de los diferentes territorios.

No ocurre lo mismo con la izquierda, para la que el Estado es el instrumento que permite adoctrinar a la sociedad en base a sus principios. Un ejemplo de ello lo podemos observar en el debate del aborto o de la eutanasia, en la que el derecho a la vida de la persona no nacida, se subordina a un supuesto derecho dado a la mujer de que pueda decidir libremente sobre su cuerpo. En vez de poner los medios para que las personas desesperadas sean capaces de encontrar vías de sosiego, se les dice que tienen derecho, nada menos que a morir dignamente. Imbuidos de un falso espíritu de valores constitucionales, la izquierda pretende definir modelos sociales, familiares y religiosos correctos e incorrectos a través de la asignatura de EpC.

Confunden laicidad del Estado con el derecho a las personas a ser o no laicas, confunden derecho a vivir con el derecho a matar o ser muerto, confunden servicios pagados entre todos con servicios gratuitos, confunden igualdad con discriminación positiva, confunden igualdad de oportunidades con igualdad de resultado, confunden esfuerzo con conformismo, confunden mérito con elitismo. Son la plena plasmación de la inducción a una determinada forma de pensamiento único.

Reclamo mi derecho a que la homosexualidad no sea objeto de parámetro distintivo ni a favor ni en contra, como ser mujer o inmigrante sin ser tildado de machista, intransigente a racista. Reclamo mi derecho a ser ecologista sin necesidad de anteponer la seguridad de las personas a la de los árboles. Reclamo mi derecho a no ser tildado de racista ni xenófobo por exigir que los inmigrantes se adapten a la sociedad de acogida, lo que conlleva respetar los usos y costumbres de España (fuente ésta del Derecho español). Reclamo mi derecho a no ser yankee porque no me gusten las películas de Almodóvar. Reclamo mi derecho a no ser retrógrado por tener creencias religiosas, aunque éstas sean católicas y sean contrarias al aborto y la eutanasia. Reclamo mi derecho a no ser autoritario por hacer de padre de mi hijo y no su amigo. Reclamo mi derecho a no ser clasista por llevar a mi hijo a un colegio privado (como hace Pepiño Blanco con los suyos). Reclamo mi derecho a educar a mi hijo y no a que lo eduque el Estado. Reclamo mi derecho a no ser excluyente por no querer llamar matrimonio a la unión de homosexuales. Reclamo mi derecho a ser y sentirme español en cualquier lugar de España y esperar que el Rey de España pueda visitar Vascongadas sin necesidad de ser invitado por el lehendakari. Reclamo mi derecho a utilizar el español como lengua común de todos los españoles (como muy acertadamente explicó Jon Juaristi en el pasado congreso del PP de Madrid), sin que se me etiquete como atacante a otras lenguas regionales.

Y es que, es tanta la perversión de la izquierda en la forma de ser y sentirse de los españoles que, casi sin darnos cuenta, terminamos por aceptar términos y conceptos inducidos como normales y socialmente aceptados de forma unánime y que creo que deben quedar en el exclusivo ámbito personal sin que por ello debamos pedir permanentemente perdón.

jueves, 18 de septiembre de 2008

El nacionalismo recalcitrante: la esclavitud del idioma

Seguimos a vueltas de unos políticos que, más preocupados por su "ombligo" de poder que por el bien y progreso de la sociedad que representan, siguen obsesionados por el adoctrinamiento colectivo.

Cuando en un territorio español se junta un nacionalista temerario y un izquierdista "más papista que el Papa" el resultado no puede ser otro que la destrucción de los cimientos morales de la sociedad. Esto es lo que está ocurriendo con Cataluña.

Cataluña, amén de la población oriunda, está formada por muchos andaluces y extremeños. Personas que pensaron que las oportunidades que brindaba Cataluña presagiarían un futuro mejor que en sus regiones de nacimiento. Así, el tejido poblacional de Cataluña conformaba una interesantísma mezcla de orígenes españoles que hizo de esta región el auténtico motor de la sociedad española, por su excelente visión empresarial y su equilibrado mercado laboral, que les llevó a disfrutar de unas cotas de bienestar desconocidas en el resto de España, y solo ellos eran comparables a otras regiones europeas objeto de sana envidia.

Pero llegaron los políticos, llegó la España de las autonomías y con ella las cuotas de caciquismo regional. Era necesario acaparar cuotas de poder y para ello nada mejor que la política (con minúsculas) para acceder al poder, ya que de otra forma, politiquillos como el incompetente Carod, el adbenedizo y atitulado Montilla o el impúber profesional Saura a los que no se les conoce mayor éxito que sus ascensos en política (con minúsculas), que ninguno de ellos goza de la formación necesaria y que ninguno tiene la más mínima experiencia profesional, éstos, estos sabios del peloteo, la trasgresión, el uso torticero de las normas son los que han conseguido que Cataluña hoy no sepa qué es y a dónde quiere ir.

La forma con la que estos parásitos sociales han destrozado los cimientos políticos de España, y por tanto de Cataluña, ha pasado por esclavizar a las nuevas generaciones a que desconozcan su propio idioma. Dificultan así que los catalanes puedan relacionarse con el resto de españoles, para que los nexos sociales se vayan, poco a poco pero irremisiblemente, diluyéndose.

No seremos nosotros quienes lo veamos. Lo empezarán a sufrir nuestros nietos, y será probablemente la siguiente generación la que sea la víctima de la esclavitud a la que esta caterva de inútiles están llevando.

Sin embargo, ser inútiles intelectuales e incompetentes profesionales no les hace tontos. Ya se encargan ellos de que sus hijos estudien en los mejores colegios privados y bilingües que les eviten los grilletes que están asiendo al resto de la infancia y juventud catalanas.

Sin embargo, ya son patentes los primeros resultados de esta política (con minúsculas) irresponsable: la inversión empresarial huye de una región políticamente inestable en cuanto a la preservación de la iniciativa privada, las universidades catalanas se ven privadas de investigadores de prestigio que se niegan a investigar en catalán, el aumento de funcionarios " a dedo" de nula valía profesional abundan, de forma que hoy es Cataluña unos de los aparatos administrativos más ineficaces de España, eso sí, todos hablan perfecto catalán. Han conseguido que el resto de españoles identifiquen a los catalanes con sus politiquillos, lo que es falso e injusto, como lo demuestra que la propia sociedad catalana, mucho más sabia que sus politiquillos, pasan de ellos y su política (con minúsculas) y son una de las regiones con menor participación electoral y con el menor respeto a su biblia (con minúculas): el Estatut.

No es la preservación del patrimonio catalán (es decir, español) como el idioma, las tradiciones (incluso las políticas y administrativas), la Historia (es decir Historia de España), lo que éstos pretenden. Es algo tan simple y tan antiguo como el poder. Solo en política (con minúsculas) estos personajes obtendrían semejantes cuotas de poder, y ahí están.

Podemos asegurar, sin temor a ser exagerados, que Maciá hay sería un moderado al lado de esta ralea política que asola Cataluña y que tanto está afectando a la convivencia entre españoles.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

A vueltas con el aborto: mitos y mentiras

Según datos del Ministerio de Sanidad, en 2006, últimos datos conocidos, que no son los reales, hablan de algo más de cien mil abortos en ese año. Cabe destacar que el perfil de la abortante que desde la izquierda se quiere dar es el de una niña preadolescente que no puede continuar con el embarazo porque psicológicamente le supera. A ello hay que sumar las violaciones y las malformaciones físicas o cromosómicas del feto.

Pues bien, según estos datos, más del 50% de las abortantes tenía entre 20 y 30 años, y abortan diez veces más mujeres con más de cuarenta años que niñas menores de quince (5.213 frente a 496), por lo que estamos hablando de personas con cierto nivel de madurez y el mito de la falta de información sexual no parece la causa principal de los embarazos no deseados.

Por si esta mentira no fuera suficiente, ahí va el otro mito de lo mal que lo pasa la abortante: el 30% repite la experiencia, pero además, de esas más de treinta mil mujeres, 6.149 mujeres abortaron por tercera vez, 1.816 por cuarta vez, 636 por quinta vez y 604, por sexta vez.

Efectivamente debe ser una experiencia muy frustrante y por ello hay mujeres que abortan al menos seis veces.

Tercera mentira: las causas. De los algo más de cien mil abortos, trece declararon haber sido violadas, el 0,00013 % de los abortos son por el supuesto de la violación. 181 mujeres alegaron razones que no se ajustan a ningún supuesto legal (supongo a estas será a las que le venga muy bien el proyecto de ley de la Ministra), y el 98% de los casos suponían riesgo físico o psíquico para la madre. Es decir, o las españolas son muy débiles mental o físicamente, o la Sanidad española es tan deficiente que no asegura en casi cien mil embarazos al año que la madre pueda seguir viviendo.

Como conclusión, el perfil de la niña ígnorante, o la pobre violada o la madre que no quiere arriegar su vida son extraordinariamente minoritarios. El perfil más generalizado es el de una mujer en plenitud de madurez que, por razones sociales, económicas, profesionales o de otra índole (por ejemplo, el estudio no habla de las prostitutas que abortan), deciden abortar simplemente porque "ahora no es buen momento para tener un hijo".

Para rematar el despiporre, se pretende que se practiquen abortos a cargo de la Sanidad Pública, incluso si las abortantes desean repetir experiencia (más del 30% de los casos), pero sin embargo si una pareja no puede tener hijos, la Sanidad Pública solo les permite un embarazo mediante tratamientos de fecundación asistida. Eso es progresismo y lucha por la vida.

Según el Estudio Colaborativo Español de Malformaciones Congénitas (ECEMC), los niños con síndrome de Down, han descendido más de la mitad desde 1980 (un 56%), no porque la raza mejore, sino porque quienes detectan que su futuro hijo será mongólico, deciden mayoritariamente matarlo. Es un supuesto, cromosómico, permitido para ello. Hitler no podría haberlo hecho mejor.

La izquierda, con falsos argumentos y muchas mentiras posee una ideología de muerte. Solo se permite una sociedad bajo sus parámetros, donde las personas con Síndrome de Down no tengan las mismas oportunidades de vivir que el resto, donde los malformados sean objetivo de aborto, donde la irresponsabilidad de muchas mujeres sea soportada por la sociedad a costa de recibir más votos, y donde los que clamamos por la vida y sus oportunidades seamos tachados de ultraortodoxos, retrógrados o simplemente "pobres retrasados mentales".

Lo mínimo que podemos exigir a este desGobierno es que no intente engañarnos. Si ustedes quieren legalizar algunos supuestos de asesinato, díganselo así de claro a la sociedad, pero no nos envuelvan en falsos argumentos y hagan de la mujer las víctimas del aborto.

Las víctimas son aquéllas que son muertas por sus madres.

jueves, 11 de septiembre de 2008

Medidas que ayudan a conciliar roles familiares y profesionales

Existen dos funciones que para las personas son inexcusables: trabajar y criar. Sin trabajo no se vive y sin hijos la especie desaparecería.

Todos los esfuerzos de la Humanidad en ciertos momentos de la Historia para regular los índices de natalidad no han conseguido la eliminación del instinto animal que poseemos de perpetuar la especie, y por ello, la Naturaleza nos anima a tener descendencia.

Por otro lado, nuestra sociedad se ve abocada a que toda la capacidad productora actúe, y por tanto, todo el que esté en edad de trabajar debe hacerlo.

Sin embargo estas dos funciones entran en colisión en diferentes momentos de las vidas de las personas, y es la propia sociedad, por su propio beneficio y progreso, por lo que debe poner los medios para que esta colisión se produzca de la forma menos dañina para los que la padecen.

Y digo bien cuando hablo de la sociedad. Estas situaciones no son responsabilidad de los políticos o de las personas o de las empresas o de la opinión pública o de los llamados agentes sociales, sino de todos ellos, de toda la sociedad, porque a todos afecta y a todos incumbe, aunque uno no trabaje o no tenga hijos. Otros trabajarán para que todos dispongamos de los medios que compartimos y otros tendrán los hijos que en el futuro, con su trabajo, mantendrán el sistema, incluida la manutención de los que entonces serán mayores. Por tanto, esto debe ocupar a todos.

A continuación citaré algunas medidas que, a mi entender, podrían ir en la dirección de evitar situaciones dolorosas que supongan decisiones en contra de la libertad de las personas que deben compatibilizar los roles profesionales y familiares.

Entiéndanse todas las medidas tanto para nacimientos como para adopciones, y que los nacimientos o adopciones múltiples verían incrementados los tiempos de estas medidas temporales.
  • Obligación de susupensión temporal de los contratos de trabajo por nacimiento de hijo para los dos progenitores, en caso que existan: con esta medida se pretende hacer notar a los empresarios y empleadores que la suspensión temporal no incide únicamente sobre la madre, sino también sobre el padre, de forma que expresiones tales como ¿tiene ud pensado ser madre en breve?, deberán hacerla también a los hombres.
  • Incremento paulatino del tiempo de suspensión temporal del contrato de trabajo hasta las veinticuatro semanas: actualmente es de dieciséis semanas, que si es compartido implica que a las once semanas, un recién nacido, debe quedar al cuidado de.... y ahí empieza el problema.
  • Posibilidad de excedencia con reserva de plaza de trabajo para progenitor con hijos menores de cuatro años o indefinida si el hijo o un mayor a cargo presenta enfermedad o minusvalía, mientras ésta perdure. Esta medida debería llevar implícita una capacitación de vuelta al puesto de trabajo.
  • Posibilidad de formación a distancia para progenitores en periodo de excedencia: hoy día e-learning es un concepto ampliamente utilizado y evolucionado, por lo que los padres podrían no caer en la obsolescencia profesional.
  • Posibilidad de reducción de jornada: cualquiera de los dos padres podría acogerse a una reducción de jornada con un mínimo del 25% de la jornada y un máximo del 75% de la misma, siempre que tengan hijos o mayores a cargo.
  • Posibilidad de teletrabajo: para aquellas actividades en las que sea viable, la posibilidad de cualquiera de los padres se pueda acoger a esta modalidad de trabajo que exigiría un 33% de la jornada presencial.
  • Subvención del 100% de los periodos de incapacidad temporal por enfermedad o accidente por hijos menores de ocho años o mayores dependientes a cargo: todos conocemos el prblema que supone que un hijo se ponga enfermo, y en estos caos, o se le envía en ese estado al colegio porque no se tiene otra opción, con el riesgo en muchos casos de contagio, o se inventa una "excusa" difícilmente mantenible en el tiempo para no asistir al trabajo.
  • Permiso retribuido al 100% para asisitir a las pruebas médicas o tratamientos de hijos o mayores depencientes a cargo que supongan "gran esfuerzo": me refiero a tratamientos especialmente dolorosos física y psicológicamente, que pueden ser crónicos. En estos casos, especiales, son los progenitores los que deben estar al lado de su hijo o su mayor.
Éstas y otra medidas se pueden aplicar si toda la sociedad está de acuerdo en asumir que nadie está a salvo de tener un hijo con cáncer o un padre con alzehimer, una mujer en diálisis o un marido con isquemia cerebral, o simplemente un hijo de escasa edad con una enfermedad contagiosa. Y no todos tienen a unos abuelos sanos, jubilados, cercanos y con ganas de ciudar a nietos. Además esa no es la tendencia, ya que los nacimientos se están produciendo cada vez con mayor edad de los padres, por lo que evidentemente afecta a la edad de los abuelos, que cada vez son menos jóvenes y cada vez con mayores necesidades de atención, las mismas que nosotros demandaremos de nuestros hijos llegado el caso.

Como decía, esto no puede ser responsabilidad únicamente de la clase política. El empresario debe cambiar su mentalidad de preferir tener al trabajador mucha horas en la oficina aunque sea perdiendo el tiempo a tenerlo motivado y trabajando eficientemente. El trabajador debe cambiar su mentalidad del "escaqueo" (el absentismo laboral se sitúa ya en el 6%) porque no solo no beneficia al empresario, sino que perjudica y mucho al resto de compañeros que llegado el caso necesitan de este permiso.

En este sentido los Comités de Empresa y las Direcciones empresariales tienen mucho que decir, y la clase política sí puede facilitar esa relación, como poner al servicio de trabajadores y empresarios las prestaciones por incapacidad temporal o suspensión temporal del contrato por nacimiento de hijo. Esto es progreso, porque incide en el beneficio de la sociedad. Esto es liberal porque deja la posibilidad a la persona de decidir sobre su fel ciudado de su familia y educación Esto es económico porque empresarios y trabajadores se sentirán más comprometidos con el objetivo común. Esto es, simplemente humano porque antepone los intereses de los más indefensos a los propios.

martes, 9 de septiembre de 2008

Montesquieu murió: Viva el neoabsolutismo

Habemus CGPJ. Los dos partidos mayoritarios han salido a la palestra a decir a los impávidos españoles que entre ellos han cocinado, horneado y ventilado el órgano de control de los Jueces y Magistrados. Y lo cuentan como el que ha conseguido un logro, que llevaba más de dos años sin producirse. Desde la infausta Ley Orgánica del 85, en la que un exultante Alfonso Guerra confirmó el fallecimiento de Montesquieu y por la que este órgano era íntegramente formado por el poder político, nadie ha tenido interés en que eso cambie.

El nombramiento de los miembros del CGPJ lleva asociado el nombramiento del Presidente del Tribunal Supremo, órgano a su vez encargado de juzgar, llegado el caso, a los aforados, vamos a los mismos que lo han nombrado.

El liberalismo nació en Inglaterra a mediados del siglo XVII, en contra del poder absoluto del monarca. Sus primeras manifestaciones fueron las realizadas por los niveladores (levellers) y su principal lucha se basaba en limitar el papel del monarca en las vidas de las personas, limitando su poder y salvaguardando sus derechos.

Posteriormente, en 1689, John Locke en su obra Dos Ensayos sobre el Gobierno Civil, propone limitar el poder separándolo y asignándolo a diferentes órganos. Así propone la división del poder en legislativo, ejecutivo y federativo.

Ya, en los prolegómenos de lo que sería la peor puesta en acción por parte de la sociedad de los mejores pensamientos que el hombre ha dado, la Revolución Francesa, Montesquieu depuraba el concepto de Locke y propuso la separación de poderes que conocemos en la actualidad: legislativo, ejecutivo y judicial. El objetivo de éste no era tanto separar como que los poderes se pudieran controlar entre sí. Este concepto se basaba en la total independencia de unos sobre otros.

Y por fin llegamos a la España actual. Y aquí nuestro sistema político se basa en una seudodemocrácia débil, por la que los ciudadanos, mayores de edad, eligen a unos representantes para que sean éstos los que elijan al Presidente del Gobierno, es decir, se trata, la elección del Presidente, de una elección indirecta, delegada por los ciudadanos.

Después este Presidente tiene libertad absoluta (en la acepción política del término absoluto) para decidir quiénes y cuántos conformarán el poder Ejecutivo, el Gobierno. Esta elección queda fuera del alcance de los ciudadanos.

Por último nos queda la última esperanza, el Poder Judicial, cuyos órganos más importantes están representados por el Tribunal Constitucional, Supremo y Consejo General del Poder Judicial. Pues bien, la totalidad de estos Jueces y Magistrados están actualmente nombrados por las élites políticas, en este caso, por los líderes del PSOE y el PP.

A este sistema en España lo denominamos Democracia (¡Si Pericles levantara la cabeza!). El sistema de nombramiento no es lo peor del sistema, si efectivamente cada poder después fuera independiente. El principal problema es que los diputados deben su puesto, no a los ciudadanos, sino al líder de su partido por el carácter de lista cerrada de las candidaturas, los Ministros al Presidente del Gobierno y los Jueces, como se ha demostrado, deben pertencer a una Asociación Profesional afín a uno de los dos partidos mayoritarios. Y los ciudadanos a verlas venir.

Éstos son los que, sin cortarse un pelo, se autoproclaman demócratas. Nosotros, los demócratas, se llaman a sí mismos.

Es difícil conseguir que el Poder Legislativo se dedique a lo que le corresponde, que es legislar, porque para eso ya se encarga el Gobierno. Pero que además de legislar y ejecutar lo legislado, poseer la potestad reglamentaria, también nombren a los Jueces que, llegado el caso, les deberían juzgar a ellos o pronunciarse sobre las leyes que producen raya en lo inmoral.

Montesquieu ha muerto, pero el Absolutismo ha resucitado, ¡ Viva el neoabsolutismo!

viernes, 5 de septiembre de 2008

Nueva Ley de Aborto: progresismo en estado puro

¿Qué puede haber más progresista que dar cobertura legal al asesinato? El Gobierno de España está estudiando, nada menos que con ocho sabios (qué barata es hoy día la consideración de sabio), la modificación de la actual ley de aborto.

Lo primero que choca es la cobertura científica que se le quiere dar al asunto: ginecólogos y psicólogos entre los sabios. Entonces, ¿por qué no depende esta ley del Ministerio de Sanidad? Es bien sencillo: política de signos. Una mujer joven, en edad de abortar si lo desea, debe estar al frente de esta ley, y nadie mejor que la Ministra de igual da. ¿Qué tiene que ver el aborto con la igualdad entre hombres y mujeres? Por desgracia, la única respuesta que se me ocurre es que morirán igualmente niños que niñas y serán obligados igualmente médicos y médicas a asesinar.

¿Por qué soy tan crítico y, sin ambages califico de asesinato el aborto? La clave está en qué considero vida humana. Considero que la vida humana comienza cuando se ha formado un embrión, es decir, cuando existe un organismo celular real con material genético humano que queda implantado en el útero de una mujer. Acabar a partir de ese momento con esa vida constituye el mismo asesinato que si se acabara con esa vida una vez nacido.

Para los que consideren que la vida empieza con el alumbramiento entiendo que no quieran oír nada de plazos legales ni supuestos hipócritas, y veo coherente que pidan aborto libre.

El resto se mueven en la incoherencia y el funambulismo moral. Plazos de dieciséis semanas para poder abortar libremente. ¿Qué significa eso clínicamente, moralmente y socialmente? ¿Qué ginecólogo del mundo es capaz de determinar con exactitud la fecha de concepción? Digamos que es una fecha de común acuerdo, un convenio, supongamos desde la fecha de la última menstruación. Con lo que las dieciséis semanas bien podrían ser dieciocho o veinte, bastará que la mujer diga otra fecha de menstruación o el médico así lo certifique, total, quién lo va a saber. No existe ninguna prueba clínica que certifique la fecha exacta de inicio de embarazo.

Desde un punto de vista fisiológico, ¿por qué dieciséis semanas? ¿qué ocurre en ese momento? ¿El feto ya es persona y un día antes no lo era? ¿Ayer sufría y hoy no? ¿Qué órgano existe a las dieciséis semanas que no exista a las quince y que además sea el determinante para decidir qué es o no es vida?

Desde un punto de vista moral, ¿corresponde únicamente a la madre decidir sobre la vida de su hijo? Sra. Ministra de igual da ¿no debería poder decir algo el padre?¿Es moral, por otro lado, que un ser de dieciséis semanas no tenga derecho a la vida y a las diecisiete sí?

La vida no es un derecho político, ni siquiera es un derecho (sí lo es el derecho a conservarla y protegerla) y por tanto no deberían ser los políticos los que limiten, anulen o coharten ese derecho.

La vida es un don, nos es dada, y no existe ningún ginecólogo del mundo, ni siquiera esos tan sabios que rodean a la Ministra, que tengan la más pajolera idea de por qué se inicia la vida, por qué unos óvulos quedan fecundados y otros no, por qué unos embriones se desarrollan y otros no, por qué unos nacen y otros no. ¿Y tienen que ser los políticos los que vengan a decidir quién sigue viviendo y quién no?

Los políticos únicamente deberían decidir en el caso de que una vida ponga en riesgo otra vida, cualquier otra cosa es una escandalosa intromisión en el Derecho Natural. La vida, como la libertad, no la otorgan los poderes públicos y por tanto no la pueden quitar.

Y por último, desde un punto de vista político. ¿Qué tipo de debate es el que está abriendo la Ministra? Directamente se trata de no debatir, sino de dirigir a la opinión pública hacia el consentimiento tácito. Se trata de mostrar a los proabortistas como víctimas de un sistema anquilosado y mediatizado por la Iglesia y a las organizaciones provida como esclavos intelectuales de los movimientos ultraortodoxos católicos, y sobre todo, convencer a la opinión pública de que esto afecta a los demás no a cada uno.

Por otro lado, nos encontramos con la necesidad del Gobierno de que se hable de otra cosa y no de lo que acucia a los ciudadanos. Hoy no interesa hablar de empleo, no interesa hablar del fabuloso papel que están desempeñando los sindicatos ante la crisis (esto es irónico, qué vergüenza), no interesa hablar de política exterior, no interesa hablar de seguridad ciudadana, no interesa hablar de los pactos bilaterales, a espaldas del resto, del Gobierno de España y el de la Comunidad de Cataluña.

La agenda política, ahora, marca hablar de aborto, eutanasia y relaciones Iglesia- Estado, darle la forma de derechos y confundir e inducir una forma de pensamiento en la sociedad.

Por su parte, el PP no debería caer en la trampa. Exigir que se traten los problemas urgentes de los ciudadanos no excluye hablar de los asuntos importantes de una sociedad. Lo urgente no puede ni debe anular lo importante. Espero que el PP coja el guante y provoque un debate moral en la sociedad, porque de moralidad se trata y la moral es personal e intrasferible, a pesar de lo que el PSOE quiera, y los poderes públicos no deberían legislar sobre asuntos que son propios del Derecho Natural, preexistente al Estado, los políticos y el propio Derecho.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Conciliar vida laboral y familiar o el secuestro de la infancia

Desde hace relativamente poco tiempo, se ha introducido en la opinión pública un término que, a mi modo de ver, no solo es inapropiado sino perverso: la conciliación familiar y laboral.

Este término hace referencia a las diferentes acciones que las Administraciones Públicas y algunas empresas, a través de sus direcciones y representantes de los trabajadores realizan con el fin de compatibilizar el horario laboral con las obligaciones que unos progenitores tienen con sus dependientes, hijos, mayores o enfermos de cualquier edad.

La primera reflexión que me hago es si una persona o pareja que no tenga lo que indecentemente se llaman "cargas familiares" no pueden o deben conciliar su vida laboral con la personal. Supongo que muchos solteros emancipados tendrán padres, hermanos, familiares, amigos, necesidades de relación fuera del ámbito laboral, tiempo para el ocio, etc, y sistemáticamente quedan fuera de las acciones públicas.

La segunda reflexión que hago es si se trata de dos vidas distintas, la laboral y la familiar, o de una sola vida vivida desequilibradamente, haciendo incompatibles distintos roles sociales que las personas ejercemos.

Estas dos reflexiones hacen que tilde de inapropiado el término conciliación de la vida laboral y familiar. La siguiente reflexión hace que lo califique como perverso.

Supuesto válido (que no comparto) el esquema básico sobre el que se asienta el concepto, es decir, familia con hijos menores a cargo, las Administraciones Públicas han realizado una serie de acciones para hacer compatible el desarrollo profesional de la persona con las cargas familiares. Es decir, a un lado de la balanza, el logro personal, la realización profesional, el éxito social. A otro lado hijos pequeños a los que educar y ciudar, tareas ingratas de nulo reconocimiento social, económico y, por desgracia personal.

Mi tercera reflexión es por qué la sociedad española asocia el éxito social a la mujer "trabajadora" frente a la fracasada social al "ama de casa", que no debe trabajar porque a la otra se la denomina trabajadora. Expresiones como "quedarte en casa con la pata quebrada" o "esclava del hogar" son términos utilizados inicialmente por movimientos feministas y últimamente aceptados por todos. No creo que existan términos más machistas que esos. La defensa de derechos profesionales para las mujeres no es óbice para atacar a la familia a través de los más indefensos. De esta forma el derecho al trabajo de la mujer, la sociedad lo ha transformado en una obligación hasta moral. Eso es una demostración de perversión.

Pero creo oportuno distinguir situaciones familiares distintas que requieren acciones distintas. En primer lugar, el nacimiento (adopción) de un nuevo miembro en la familia. En esta situación coadyuvan elementos clínicos (propios del parto, hormonales, etc), afectivos (un nuevo miembro en la familia, nuevos roles) y fisiologicos (el bebé no es capaz de realizar las mínimas funciones vitales sin ayuda). Los poderes públicos han establecido en dieciséis semanas (para partos unitarios) el periodo para solventar estas situaciones, amen de recibir 2500 euros (supongo que para celebrarlo o para la compra de los utensilios propios del bebe). A partir de ahí, que cada familia se las averigüe, pero siempre teniendo presente que ninguna mujer, después de ese periodo, estará bien vista profesionalmente o socialmente si decide no dejar en manos de los jóvenes, cercanos y saludables abuelos, en manos de desconocidos recién contratados o de guarderías a sus niños.

Otra situación distinta es la provocada por las enfermendades de algún miembro de la familia. Este trance es mucho peor si la enfermedad o el tratamiento es crónico. Directamente aquí los poderes públicos se lavan las manos y que cada palo aguante su vela. Disponemos de bajas médicas por enfermedades propias, pero si el enfermo es tu hijo, menor o tu padre viudo dependiente, la sociedad nos muestra su cara más egoísta: para eso están las enfremeras geriátricas o los centros adecuados. Aquí el vínculo afectivo no es importante. Si lo que tiene es la desgracia de tener un hijo minusválido, o enfermo, dése por jodido o jodida. Pasará usted a ser un condescendido social, y se tendrá que acostumbrar a las expresiones del tipo, "fíjate en el pobrecito, pobrecita, qué pena que tiene un hijo enfermo y no puede trabajar y tiene que estar todo el día cargando con el niño". A poca gente se le ocurre pensar "dentro de la desgracia, qué suerte tiene ese pade o madre de poder estar siempre junto a su hijo que sufre".

Todas estas situaciones y otras muchas, son habituales y escasamente solventadas por la Administración, y vienen causadas por la ineficiencia operativa de los trabajadores españoles. Somos los profesionales que más tiempo perdemos en nuestro trabajo, lo que nos lleva a horarios interminables incompatibles con cualquier otra actividad fuera de las vacaciones y el fin de semana.

Por otro lado, las coberturas por enfermedades o situaciones de indefensión en el ámbito familiar son nulas, lo que hace que los más pudientes se puedan permitir el lujo de cuidar a sus enfermos, y los menos pudientes tengan, a su pesar, que mirar a otro lado, engañar en el trabajo o directamente dejar de trabajar, lo que en algunos casos deja de ser una opción válida.

Esto tiene reflejo en el desapego familiar, la educación de los hijos, el incremento del egoísmo personal, el cambio en la escala de valores donde los profesionales y económicos están por encima de los familiares.

Los sufridores de este esquema social: lo más indefensos, niños, ancianos, enfermos. Niños de escasa edad en guarderías durante diez y doce horas diarias estén o no enfermos aunque su padre o madre puedan estar de baja semanas por un dolor de espalda. Enfermos que quedan al ciudado de extraños durante sus tratamientos médicos crónicos (oncológicos, neurológicos, hepáticos, etc). Mayores con necesidades de atención médica permanente, afectiva por lo que supone encontrarte al final de tu vida solo ante extraños, dejar en manos de extraños tareas íntimas sin que éste pueda siquiera rebelarse.

Y los poderes públicos, mientras tanto, gastando recursos para tener abierto más tiempo los colegios y guarderías o abrir centros de día (guarderías para abuelos). Ésa es toda su imaginación.

La próxima entrada estará dedicada a citar algunas medidas que, en dirección contraria a la que se está adoptando, reequlibrarían la única vida que tenemos.