jueves, 11 de septiembre de 2008

Medidas que ayudan a conciliar roles familiares y profesionales

Existen dos funciones que para las personas son inexcusables: trabajar y criar. Sin trabajo no se vive y sin hijos la especie desaparecería.

Todos los esfuerzos de la Humanidad en ciertos momentos de la Historia para regular los índices de natalidad no han conseguido la eliminación del instinto animal que poseemos de perpetuar la especie, y por ello, la Naturaleza nos anima a tener descendencia.

Por otro lado, nuestra sociedad se ve abocada a que toda la capacidad productora actúe, y por tanto, todo el que esté en edad de trabajar debe hacerlo.

Sin embargo estas dos funciones entran en colisión en diferentes momentos de las vidas de las personas, y es la propia sociedad, por su propio beneficio y progreso, por lo que debe poner los medios para que esta colisión se produzca de la forma menos dañina para los que la padecen.

Y digo bien cuando hablo de la sociedad. Estas situaciones no son responsabilidad de los políticos o de las personas o de las empresas o de la opinión pública o de los llamados agentes sociales, sino de todos ellos, de toda la sociedad, porque a todos afecta y a todos incumbe, aunque uno no trabaje o no tenga hijos. Otros trabajarán para que todos dispongamos de los medios que compartimos y otros tendrán los hijos que en el futuro, con su trabajo, mantendrán el sistema, incluida la manutención de los que entonces serán mayores. Por tanto, esto debe ocupar a todos.

A continuación citaré algunas medidas que, a mi entender, podrían ir en la dirección de evitar situaciones dolorosas que supongan decisiones en contra de la libertad de las personas que deben compatibilizar los roles profesionales y familiares.

Entiéndanse todas las medidas tanto para nacimientos como para adopciones, y que los nacimientos o adopciones múltiples verían incrementados los tiempos de estas medidas temporales.
  • Obligación de susupensión temporal de los contratos de trabajo por nacimiento de hijo para los dos progenitores, en caso que existan: con esta medida se pretende hacer notar a los empresarios y empleadores que la suspensión temporal no incide únicamente sobre la madre, sino también sobre el padre, de forma que expresiones tales como ¿tiene ud pensado ser madre en breve?, deberán hacerla también a los hombres.
  • Incremento paulatino del tiempo de suspensión temporal del contrato de trabajo hasta las veinticuatro semanas: actualmente es de dieciséis semanas, que si es compartido implica que a las once semanas, un recién nacido, debe quedar al cuidado de.... y ahí empieza el problema.
  • Posibilidad de excedencia con reserva de plaza de trabajo para progenitor con hijos menores de cuatro años o indefinida si el hijo o un mayor a cargo presenta enfermedad o minusvalía, mientras ésta perdure. Esta medida debería llevar implícita una capacitación de vuelta al puesto de trabajo.
  • Posibilidad de formación a distancia para progenitores en periodo de excedencia: hoy día e-learning es un concepto ampliamente utilizado y evolucionado, por lo que los padres podrían no caer en la obsolescencia profesional.
  • Posibilidad de reducción de jornada: cualquiera de los dos padres podría acogerse a una reducción de jornada con un mínimo del 25% de la jornada y un máximo del 75% de la misma, siempre que tengan hijos o mayores a cargo.
  • Posibilidad de teletrabajo: para aquellas actividades en las que sea viable, la posibilidad de cualquiera de los padres se pueda acoger a esta modalidad de trabajo que exigiría un 33% de la jornada presencial.
  • Subvención del 100% de los periodos de incapacidad temporal por enfermedad o accidente por hijos menores de ocho años o mayores dependientes a cargo: todos conocemos el prblema que supone que un hijo se ponga enfermo, y en estos caos, o se le envía en ese estado al colegio porque no se tiene otra opción, con el riesgo en muchos casos de contagio, o se inventa una "excusa" difícilmente mantenible en el tiempo para no asistir al trabajo.
  • Permiso retribuido al 100% para asisitir a las pruebas médicas o tratamientos de hijos o mayores depencientes a cargo que supongan "gran esfuerzo": me refiero a tratamientos especialmente dolorosos física y psicológicamente, que pueden ser crónicos. En estos casos, especiales, son los progenitores los que deben estar al lado de su hijo o su mayor.
Éstas y otra medidas se pueden aplicar si toda la sociedad está de acuerdo en asumir que nadie está a salvo de tener un hijo con cáncer o un padre con alzehimer, una mujer en diálisis o un marido con isquemia cerebral, o simplemente un hijo de escasa edad con una enfermedad contagiosa. Y no todos tienen a unos abuelos sanos, jubilados, cercanos y con ganas de ciudar a nietos. Además esa no es la tendencia, ya que los nacimientos se están produciendo cada vez con mayor edad de los padres, por lo que evidentemente afecta a la edad de los abuelos, que cada vez son menos jóvenes y cada vez con mayores necesidades de atención, las mismas que nosotros demandaremos de nuestros hijos llegado el caso.

Como decía, esto no puede ser responsabilidad únicamente de la clase política. El empresario debe cambiar su mentalidad de preferir tener al trabajador mucha horas en la oficina aunque sea perdiendo el tiempo a tenerlo motivado y trabajando eficientemente. El trabajador debe cambiar su mentalidad del "escaqueo" (el absentismo laboral se sitúa ya en el 6%) porque no solo no beneficia al empresario, sino que perjudica y mucho al resto de compañeros que llegado el caso necesitan de este permiso.

En este sentido los Comités de Empresa y las Direcciones empresariales tienen mucho que decir, y la clase política sí puede facilitar esa relación, como poner al servicio de trabajadores y empresarios las prestaciones por incapacidad temporal o suspensión temporal del contrato por nacimiento de hijo. Esto es progreso, porque incide en el beneficio de la sociedad. Esto es liberal porque deja la posibilidad a la persona de decidir sobre su fel ciudado de su familia y educación Esto es económico porque empresarios y trabajadores se sentirán más comprometidos con el objetivo común. Esto es, simplemente humano porque antepone los intereses de los más indefensos a los propios.

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