martes, 30 de septiembre de 2008

Montesquieu no estaba muerto, estaba de parranda

Aún queda alguna esperanza. Montesquieu aún colea, pero no en Europa, sino en EEUU. Ayer el Congreso de ese país votó contrariamente al plan económico del Presidente Bush.

Ello infiere que sí existe separación de poderes en EEUU, y si bien los partidos políticos no son lo que aquí entendemos por el término, sí es cierto que los controles entre los diferentes poderes funcionan.

Lo importante no es que su propio partido haya sido el que haya votado en contra, sino que no existe disciplina de voto y por tanto, lo que el líder diga no tiene por qué sentar cátedra, como ocurre en España. ¿Nos imaginamos al PSOE votando en contra de lo propuesto por el Presidente Zapatero? Aunque, para ser justos la pregunta correcta sería ¿votaría cada miembro del grupo parlamentario mayoritario alguna vez en conciencia, aún en contra de lo que el Jefe del Ejecutivo establezca?

Lo cierto es que no debemos comparar ambos sistemas políticos pues las diferencias son tantas que la comparación estaría desvirtuada. Para comenzar, los congresistas se deben ganar sus propias elecciones, pues éstos se eligen mediante listas abiertas y no cerradas como ocurre en España. El ciudadano vota personas y no partidos.

Ello no está demostrado que sea ni mejor ni peor. Si estuviera demostrado todos los países tenderían a adoptar similares formas políticas, pero sí presenta una ventaja espectacular difícilmente compensable con una desventaja similar, y es que los controles políticos funcionan, y el Legislativo legisla, el Ejecutivo ejecuta y el Judicial juzga, y además los tres son votados por los ciudadanos (si bien mediante un sistema electoral totalmente diferente al español). Esto hace que cada miembro del Legislativo responda directamente, no ante su jefe, sino ante los ciudadanos. No existe, por tanto, disciplina de partido.

En cuanto al objeto de la votación, es muy difícil pronunciarse en un sentido u otro con el nivel de información disponible, pero teóricamente, en mi opinión la postura del Ejecutivo debería ser la de "que cada palo aguante su vela". Bancos dirigidos por gestores ávidos de riqueza rápida que creían segura, caen por errores en su gestión y el pagano se pretende que sea el que ha actuado con prudencia y correctamente.

Hay que entender que los ciudadanos americanos, y son muchos, ya han perdido mucho en esta crisis con el valor menguante de sus acciones, y ahora se pretende que, a través de imposición fiscal, ayuden a reflotar entidades que gestionaron mal.

Es cierto que las consecuencias serán terribles, pero lo serán para los incautos. Si se rescata a estas empresas, ¿qué impedira que esto vuelva a suceder?¿una agencia gubernamental o transnacional regirá el libre mercado?¿Queremos el socialismo cosmopolita?

Lo que sí debe ser legislado es la trasparencia en la información y el control ante el fraude que provoca que las empresas durante periodos largos de tiempo sean capaces de modificar y maquillar las cifras. Que cuando las empresas y particulares inviertan lo hagan sabiendo dónde, cómo y con qué riesgo lo hacen, y a partir de ahí, "que cada palo aguante su vela", y el regulador a controlar qué se hace, según unas reglas del juego preestablecidas y conocidas por todos, y por tanto jugadas por todos en los mismos términos.

No es posible que si te llamas John Smith y te arruinas, tu salida sea pegarte un tiro porque no le importas a nadie, pero si te llamas Lehmman Brothers, entonces se justifique la ayuda de los contribuyentes y la intervención estatal.

Y no debo ir muy desencaminado, porque si Zapatero piensa lo mismo que Bush en materia económica, es evidente que Bush se equivoca, esté por quien esté asesorado..., Bush se entiende.

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