miércoles, 30 de abril de 2008

La lengua y la crisis de identidad

Esta mañana abundan las noticias que hacen referencia a un mismo aspecto: la política lingüística en determinadas CCAA.
Por un lado, en Baleares, el español desaparece como lengua de la Administración para relacionarse con los administrados. Por otra parte, parece que el PP de Galicia edita su "website" solo en gallego (no vaya a ser que el resto de los españoles entiendan lo que quieren decir) mientras, en Andorra se puede elegir la lengua vehicular entre el catalán, el castellano y el francés.
La lengua es el mecanismo más antiguo, además de los gestos, que permite a las personas relacionarnos. Habida cuenta que el ser humano es un ser social ("zoon politikon" parafraseando a Aristóteles), es fácil deducir la importancia que el idioma tiene en la conducta humana.
Cuando en una comunidad, la lengua es la misma, ésta se convierte en su signo identitario primario y más importante. Si alguien ajeno a la comunidad quiere relacionarse con ella es necesario que comparta su lengua.
Por tanto, la lengua se convierte en un elemento integrador entre las personas que la comparten y un elemento de exclusión de quien no la comparte.
Estamos asistiendo a un ejemplo de integración idiomática con el caso del aprendizaje del inglés. La razón de por qué en España se están haciendo esfuerzos importantes por parte de las familias sobretodo y de los poderes públicos cada vez en mayor medida, de que los niños crezcan aprendiendo inglés surge de la necesidad actual de relacionarnos con la comunidad internacional, que en ámbitos como el científico y el económico utiliza el idioma de Shakespeare. Se trata de integrarnos en una comunidad en el que las relaciones son cada vez más numerosas y complejas, en forma de red, y esto induce la conducta de los españoles.
Cada vez más las empresas se internacionalizan, cada vez más se establecen flujos comerciales, financieros y de capital humano, y cada vez más existe la necesidad de que todos los integrantes de la comunidad internacional compartan un mismo idioma, ya que los costes de aprendizaje de este idioma son muy inferiores al mantenimiento de diversos idiomas, en sistemas informáticos, administraciones públicas, empresas, etc. Esto no es nuevo: la comunidad científica tuvo hace siglos la necesidad de dotarse de un lenguaje propio, de ahí que existan reglas de formulación y nomenclatura de compuestos químicos o se siga utilizando el latín como idioma de clasificación de los seres vivos.
Si esta fuera la única causa por la que deberíamos aprender inglés, ¿para qué necesitamos el resto de idiomas?Olvidemos el castellano, el catalán, el vascuence o el gallego. Todos a aprender inglés y problema resuelto.
Sin embargo, el idioma además de un vehículo de comunicación es un signo de identidad de una comunidad. No es el único, hay otros, como la historia, un espacio geográfico, unas tradiciones comunes y, en definitiva, todos aquellos signos que son capaces de diferenciar a las diferentes comunidades. Es lo que en términos de ciencia política denominamos "nación cultural", a diferencia de la "nación política".
Y ¿qué es lo que ocurre en España para que determinadas CCAA discriminen al español frente a otras lenguas locales? Sencillamente, mientras el castellano coexista con el resto de lenguas, no se producirá una escisión cultural de las naciones, y así Cataluña segurá siendo parte de la nación cultural de España mientras no deje de utilizar el castellano, y por ende el resto de CCAA. se trata de conseguir la nacionalidad cultural, ya que la política ya la han conseguido.
Según la mayoría de los politólogos, las naciones culturales dan origen a las naciones políticas. En este caso, el proceso se produce al contrario. El desarrollo autonómico en España ha sido liderado desde instancias políticas; han sido las diferentes administraciones las que han pilotado que les sean reconocidos determinados vínculos culturales propios para identificarse de forma única. De ahí que desde hace más de un siglo, los catalanes y vascos, pretendan dotarse de una historia propia, de líderes intelectuales, políticos, artísticos propios, de una lengua propia y de símbolos propios (banderas, himnos, fiestas, bailes, comidas etc).
El proceso es artificial, puesto que lo cierto es que las comunidades catalana, vascongada o gallega, no son ajenas a la comunida española. Muy al contrario, son parte importante de ella. Es gracias a ellas, como a Castilla, Valencia, Andalucía y al resto de comunidades por lo que existe España, existe el castellano, existen las tradiciones y símbolos españoles, compartimos idioma, historia, tradición, todos somos parte de una comunidad que es España y España se compone de todas sus partes, y por ello, por mucho que los políticos pretendan crear vínculos de exclusión artificiales, como es la exclusión del castellano por vía administrativa, lo cierto es que la nación cultural española es la principal garante de la nación política española.
Lo que debe hacer, en este caso, el PP, es velar porque esto sea así, porque el sentido de pertenencia a una comunidad requiere un sentido de identidad común, y soslayarlo, es vaciar a las personas de aquello que nos diferencia de los animales.
No parece lógico que, mientras en el extranjero, el Instituto Cervantes intente potenciar el uso del castellano, la misma Administración intente discriminarlo dentro de España. Esto es, sencillamente, el mundo al revés.
¿Y qué se debe hacer con las lenguas locales? Protegerlas, sin duda. Son parte del patrimonio de España. El catalán es de todos los españoles, no de los catalanes. Las tradiciones vascongadas los son de todos los españoles, no solo de los vascongados, la historia de Andalucía lo es de toda España y no solo de los andaluces, los artistas valencianos son artistas españoles.
Y la mejor forma de protegerlos es fomentar su aprendizaje, su reconocimiento y, por parte de la Administración, velar por su conservación y difusión, pero sin excluir al los símbolos identitarios que nos unen (lengua, bandera, historia, tradiciones, arte...), porque eso es empobrecer a las comunidades, y se trata de todo lo contrario.
Por tanto, en mi opinión, no se trata de elegir el idioma vehicular, y mucho menos excluir el castellano de las aulas o la Administración. Cada familia decidirá libremente el idioma "materno", el sistema educativo debe proteger tanto el castellano como el resto de lenguas, porque es nuestro patrimonio, el de todos y a todos nos corresponde protegerlo.
En las escuelas, deben poder convivir el castellano, la lengual local, si existe y el inglés. No parece lógico que la oferta educativa ofrezca la posibilidad de aprender idiomas como el francés o el alemás salvo para aquellas personas que quieran mantener vínculos con esas comunidades, cuando franceses y alemanes, como el resto de Europa, hablan inglés o intenta hablar español, ya que ellos, antes que nosotros, están haciendo los mismo esfuerzos que ahora hacemos de integrarnos de forma más natural en la comunidad internacional. Después del inglés, es el español el idioma que en más países se habla.
Gracias al español, no al alemán ni al francés, las empresas españolas se han podido internacionalizar, empezaron todas por Latinamérica (ahí están los ejemplos de Telefónica, BBVA, Santander, Endesa,Repsol, etc). Si no hubiera sido por el idioma castellano estas empresas no serían lo que son hoy.
El mundo hace esfuerzos por aprender inglés y español, no chino, ni francés, ni alemán. Los japoneses antes que los chinos aprendieron inglés, como lo harán los chinos, pero no me imagino a los chinos, franceses, alemanes o hindis renunciando a su idioma como lo quieren hacer comunidades políticas españolas.
Estimados políticos: protejan nuestro patrimonio cultural. Tengan un sentido holístico del mismo y tengan en cuenta que sus decisiones no les afectarán a ustedes, a salvo de sus decisiones, sino a sus hijos y a los hijos de sus hijos.

martes, 29 de abril de 2008

Democracia y Medios de Comunicación

Parece evidente que un sistema democrático no es aquél caracterizado tan solo por la celebración periódica de elecciones de los cargos representativos.
Además de aquéllas, el sistema debe proporcionar las mismas posibilidades a todos los ciudadanos en plenitud de derechos políticos a que puedan presentarse a esos comicios, acceso a información veraz, etc. Esto desde luego no ocurre en España, y tiempo tendré en ir desgranando las cuestiones propias de un sistema democrático, las carencias que presenta el sistema español y propuestas de mejora.
Hoy me voy a detener en un aspecto fundamental en todo sistema político, democrático o no: la relación de las élites dirigentes con los medios de comunicación, autodenominados independientes.
Se han venido produciendo recientemente situaciones políticas en España que recuerdan otras situaciones pasadas durante el Gobierno Aznar, y si bien cada una de ellas es distinta, sí presentan similitudes que permiten su comparación a los efectos de política comunicativa.
La primera de ellas, por reciente, es el desarrollo del conflicto del secuestro de un barco pesquero español en aguas internacionales. Esta situación la voy a comparar repito, salvando todas las distancias, con el intento de asalto marroquí a la isla de Peregil. Las similitudes vienen dadas porque en ambos casos, fuerzas hostiles acechan la soberanía nacional (hay que recordar que en aguas internacionales, un barco con pabellón español es territorio nacional) y en ambos casos se requirió la presencia de tropas españolas, tratándose por tanto de operaciones militares, y la verdad es que poco más tienen en común, ya que en el caso del secuestro del barco, se encontraban en peligro las vidas de ciudadanos españoles, mientras que en Peregil, solo algunas cabras podían verse afectadas, en un caso, el Estado ordenó las acciones y en el caso del secuestro, las acciones eran decisión no gubernamental. Pero mi interés reside en cómo se han gestionado ambas situaciones con los medios de comunicación, es decir, cómo los poderes públicos han explicado a la ciudadanía las acciones llevadas a cabo.
En el caso de la isla de Peregil, la persona encargada de resolver el conflicto fue el Ministro de Defensa, sin duda ayudado por el Ministro de Asuntos Exteriores. En el caso de los piratas somalíes, se trata de vulgares delincuentes armados deficientemente en un barco que difícilmente aguantaría un mal golpe de mar. Nuestra Ministra de Defensa envía una fragata de la Armada, y ¿cree alguien que estuvo al frente del operativo? No, se encontraba viajando de Afganistán a Líbano resolviendo problemas no menores que diría Mariano, como es el acceso de las tropas a determinados contenidos de internet.
Sin embargo, es el Ministro de Asuntos Exteriores, que no sé con qué Estado ha estado negociando, y la Ministra de Medio rural, que no sé qué banco de pesca protegía, al frente de la resolución del conflicto. No se trataba de un problema diplomático, ni de un problema pesquero. Se trataba de un asunto militar, de seguridad, pero eso no es compatible con el buenismo de este Gobierno, y no podía ser la titular de este Ministerio la que apareciera ante los medios rindiendo cuentas de las gestiones realizadas.
Otras situaciones similares han sido el problema de la carne de ternera en época de Ministerio de Celia Villalobos y el actual despropósito del aceite de girasol, o el problema del Prestige y del barco encallado en la costa malagueña, o la presencia de las tropas españolas en Iraq, en época Aznar, y la presencia de tropas españolasen Afganistán, Líbano, Kosovo, Haití, etc actualmente.
La gran diferencia en la gestión de las crisis estribó en la política de comunicación. Y es que, para este Gobierno, la gestión de las crisis es la gestión de la comunicación.
El control de los medios de comunicación por parte de las élites dirigentes, perjudica gravemente las posibilidades de evaluación de los ciudadanos. Éstos toman sus decisiones en base a una información controlada, que se suministra al antojo del dirigente y que suele llevar aparejados los que podríamos llamar "resortes de defensa política", es deir, presuponer cuál será la postura de la oposición, y tomar medidas que contrarresten estas posiciones antes de que ésta se pronuncie.
Ayer pudimos sistir a un ejemplo de ello. El presidente del Gobierno, no solo no afirmó ni negó el pago del rescate, per exigió de la oposición que no se opusiera. Apeló a que en el resto de países la oposición en situaciones similares siempre está con el Gobierno... ¿Estuvo ud con el Gobierno durante el conflicto de la isla Peregil, o en la del Prestige, o en la presencia en Iraq? No solo no lo estuvo sino que, previamente se hizo una foto con el presidente del Gobierno marroquí delante de un mapa en el que las Canarias pertenencían a Marruecos, junto con Ceuta y Melilla.
Durante otro momento, en un ejercicio de desparpajo impresionante, apeló a la responsabilidad del PP para llegar a un acuerdo en la renovación de los órganos de Justicia (CGPJ), de forma que si no hay consenso, éste se produce por la irresponsabilidad del PP, y así se podría seguir indefinidamente.
Es conocido que una de las principales "armas políticas" de un Gobierno es que fija la agenda política, es decir, fija los temas que serán objeto de evaluación, y lo más importante, deja fuera lo que considera que le puede perjudicar. El papel en este caso de la oposición debería ser justo el contrario, contrarrestar esa agenda contraprogramando asuntos de interés de la ciudadanía que quedan voluntariamente excluidos.
Un ejemplo de esto sería la evaluación de la gestión realizada por el Gobierno Rodríguez con respecto a la violencia en el entorno doméstico. ¿Cuál sería la evaluación de las medidas llevadas a cabo por parte de este Gobierno para combatirlas? ¿Cuál ha sido el rendimieto de las leyes contra este tipo de violencia?¿Cómo están funcionando los juzgados especiales que se crearon para tratar de forma rápida este tipo de casos?¿Por qué ningún medio habla de ello? No es que haya desaparecido el problema, pero sí que se ha amortiguado el interés de la ciudadanía, y por tanto la posibilidad de crítica.
Los ciudadanos evalúan la gestión del Gobierno en función de la información que reciben. Si se controla la información, se controla el sistema. Pero ello implica controlar al informador, y en esto, el PSOE hay que reconocer que es único, no cabe más que recordar quiénes son los Secretarios de Estado de Comunicación para darnos cuenta de que no son políticos, ni siquiera buenos comunicadores: son controladores de medios, y fundamentalmente de medios televisivos.
Hoy por hoy, y aunque Internet ofrece muchas oportunidades para contrastar información, prensa, radio y los medios digitales todavía están muy lejos de tener el impacto que tiene la televisión. la razón es sencilla. En el caso de la televisión, los ciudadanos son consumidores en actitud pasiva, mientras que la búsqueda de información en Internet requiere una actitud proactiva, que casa poco con la idiosincrasia española. De ahí el esfuerzo del PSOE en el control del resto de medios, fundamentalemente televisivos.
El PP, en este tema, ....En fin.

viernes, 25 de abril de 2008

Educación Concertada: la coacción del Estado

Alla por los primeros ochenta, cuando las competencias en materia de Educación no estaban transferidas totalmente a las Autonomías, el equipo de Gobierno del PSOE instauró la educación concertada.
El objetivo estaba claro: acercar a los obreros la educación de calidad, que entonces la tenía por el profesorado, medios y mayor prestigio en general, la educación privada.
Esta educación privada, era por tanto elitista. Ante esto cabían dos posibilidades: o se apostaba por dotar de recursos, infraestructuras y profesorado a la educación pública o se llegaba a un acuerdo con los colegios existentes privados, la mayoría religiosos, de forma que el coste de la educación obligatoria quedara soportado por el Estado. Nacía la llamada educación concertada.
La práctica totalidad de la población aplaudió la idea: las clases medias de creencia católica podía acceder a una educación de calida y prestigio, las clases más humildes podían codearse con las clases medias y asegurar una educación de calidad para sus hijos, las congregaciones religiosas se aseguraban un buen número de alumnos, más de los que podían sosportar (aún recuerdo en mi colegio de los Salesianos de Alicante como éramos más de cincuenta alumnos por clase, los profesores no se estresaban, nosotros no nos traumatizábamos y éramos capaces de leer, escribir sin faltas de ortografía y teníamos un vocabulario que sueraba ampliamente los cincuenta vocablos ininteligibles de los jóvenes de hoy; siento la injusta generalización y exageración). En fin, todos contentos.
Pero y el Gobierno, ¿qué buscaba el gobierno de hace treinta años? Sin duda, acercar la clase obrera a la educación de los "cuellos blancos".
Han pasado treinta años y la situación es bien distinta. Vivimos en una España donde, en términos de Ronald Inglehart, uno de los "cleavages" que dividen nuestra sociedad es la religión. Frente a la práctica homogeneidad de entonces, hoy existe un amplio sector que rechaza a la clericalidad católica frente a su exacervamiento por parte de otro amplio grupo de población. Por otro lado, las competencias en esta materia han sido totalmente transferidas a las Comunidades Autónomas, uno de los mayores logros del nacionalismo en España, y por tanto el control de la educación ahora queda en manos de los diferentes signos políticos.
Sin embargo, en todas las CCAA existe una fuerte presión de demanda de plazas concertadas, y las diferentes administraciones, muy en la labor de responder a las demandas sociales, por un lado deben dotar de recursos para aumentar la calidad de la enseñanza pública para una parte del cleavage y por otra deben ofertar limitadamente las plazas concertadas, ya que fuera de la educación obligatoria, ésta pasa a ser privada y en muchos casos, los padres se ven obligados a incluir a sus hijos en el sistema público. Hasta aquí la descripción. Ahora, mi opinión.
El vocabulario hasta aquí utilizado es nauseabundo: educación pública versus educación concertada y privada. Educación para élites y para obreros. En fin, la Educación debería ser única, igual y de la máxima calidad que seamos capaces de financiar, desde los 3 a los 80 años.
Para ello, propongo el siguiente decálogo de medidas:
  1. El Estado debe recuperar la competencia exclusiva en materia de profesorado y de currículo educativo en todos los niveles: infantil, obligatoria, bachiller, universidad y educación de adultos, para asegurar una educación única en España en un 80% del currículo, el resto fundamentalmente en materia lingüística y geográfica se completaría por parte de la Comunidad Autónoma.
  2. Dejar a las CCAA la gestión de los recursos físicos y económicos, a excepción del profesorado y de la educación universitaria, incluida la financiación de la investigación universitaria, que seguiría siendo estatal.
  3. Eliminar la educación concertada, para que el gobierno de turno no interfiera en el ideario del centro, que será totalmente libre y solo sujeto a la ley (es decir, no caben idearios terroristas, que fomenten el delito, y este tipo de cosas).
  4. Aplicar deducciones en el IRPF por gastos derivados de la educación: colegios, universidades, escuelas infantiles, libros, actividades extraescolares, transporte y comedor.
  5. Fomentar la competencia académica, mediante pruebas imparciales, que generen ránkings por los que los colegios, profesorado y alumnos reciban becas para estudio, formación, investigación o infraestructuras
  6. Realizar los mayores esfuerzos en localizar el talento, becarlo y protegerlo, fomentando el estudio, el esfuerzo, el mérito y la capacidad (muy en contra del movimiento posmoderno, como se puede apreciar)
  7. Asegurar la igualdad de oportunidades para que los padres puedan decidir si desean una educación privada, laica o religiosa, o una formación pública laica o religiosa ( de las confesiones más demandadas), mediante microcréditos para la educación.
  8. Un acuerdo de Estado entre las fuerzas políticas mayoritarias para fija un marco normativo en materia de Educación estable y que asegure una continuidad al menos a una genración de estudiantes.
  9. El currículo debe estar formado y consensuado por un órgano estatal, de composición heterogénea en la que padres, alumnos, políticos y fundamentalmente profesores de todos los niveles conformen el currículo. En este punto, he de destacar que el problema actual sobre la asignatura de religión me parece una memez. La asignatura de religión no es el problema, el que quiera aprender doctrina religiosa puede asistir a catequesis en sus parroquias, que para eso están. El problema reside en la asignatura de Historia y sus afines: ¿cómo y quién va explicar la Inquisición, el papel de los Papas en el descubrimiento de América, el Concilio de Trento, la batalla de Lepanto, la Reconquista, la Reforma luterana, o el papel de los jesuitas en la contrarreforma? Ése es el problema, y no si se debe o no rezar en las aulas.
  10. Creación del Estatuo del Profesor: tantas veces demandado. Que el profesor sepa hasta dónde puede llegar, cuáles son sus límites en materia educativa, disciplinaria y de autoridad. Sí, he dicho lo que quería decir: al estilo de Ortega y Gasset en La Rebelión de las Masas. Se trata de que el que sabe, el profesor, enseñe al que no sabe, el alumno, y éste debe respetar a su mentor y agradecerle que le saque de su ignoracia, con respeto. Por su parte, el profesor no puede ser ni el "colega" de los alumnos, ni su padre, ni mucho menos su juez. Tiene la inmensa responsabilidad de preparar a la generación del futuro, por lo que también caben medidas diciplinarias contra el profesorado incompetente o que se extralimite en su autoridad menoscabando el dercho fundamental de acceder a la educación. En este sentido cabe una reflexión, el derecho a proteger es éste el del acceso a la educación, y si bien existe un derecho de libre acceso a una profeión y una libertad de cátedra, el derecho fundamental de máxima protección y prevalencia deberís ser el de acceso a la educación, frente a cualquier otro. Ése derecho es el que asegura el valor supremo: la libertad de pensamiento.

jueves, 24 de abril de 2008

Sanidad Privatizada

Hoy desayunamos con la información de El País que nos anuncia que en 2006 la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid "privatizó"dos grandes ambulatorios de Madrid.
Para el que no haya leído más que el título, se habrá llevado la impresión de que en Madrid desde 2006 en dos ambulatorios de la Comunidad de Madrid, la sanidad es privada.
Desde luego, el titular, además de tendencioso es directamente falso. Falso porque la atención cumple los dos requisitos que en España cumple la Sanidad: gratuidad y universalidad, y gestión privada no significa sanidad privada y quien diga lo contrario miente o es un ignorante, al primero ni caso, al segundo habrá que enseñarle. Y es tendencioso porque la imagen que se quiere trasladar del equipo de Gobierno de Madrid es que existe una Sanidad para ricos y otra de para pobres.
No voy a evaluar el acuerdo, ni voy a criticar la "imparcialidad y profesionalidad" del periodista. Eso no me interesa. Sí me gustaría reflexionar acerca del modelo de financiación de la Sanidad pública, ésa que se supone que pagamos todos, pero que en realidad pagamos algunos y por duplicado.
A la sanidad en la Comunidad de Madrid, trasferida su competencia no hace muchos años, tienen derecho:
Con carácter general, todos los españoles y ciudadanos extranjeros que tengan establecida su residencia en el territorio nacional. Y para los extranjeros :
Si se encuentran inscritos en el padrón municipal en el que residen habitualmente, tienen derecho a la asistencia sanitaria en las mismas condiciones que los ciudadanos españoles.
Los menores de 18 años extranjeros aún cuando no tengan establecida legalmente su residencia en España y no estén incluidos dentro de una unidad familiar.
Las extranjeras embarazadas tendrán derecho a asistencia sanitaria durante el embarazo, parto y postparto.
En todo caso tienen derecho a la asistencia sanitaria publica urgente. Fuente: Consejeria de Salud de la Comunidad de Madrid
Es evidente que la financiación de la Sanidad proviene de los impuestos que pagamos, y más evidente es que no todos los que arriba se citan según fuentes de la propia consejería de Sanidad, pagan impuestos. Luego llegamos a la primera conclusión: La percepción de la Sanidad es universal, pero su financiación no.
Pasemos a otra reflexión. ¿A alguien le han pedido su DNI para comprobar si aporta mucho, poco o nada a la financiación de la Sanidad? Es claro que no. Y es igual de evidente que los facultativos, diagnosis, tratamientos, farmacología e instalaciones son las mismas independientemente de tu renta, posición social, si votas o no a Esperanza Aguirre, etc. Por lo que podemos llegar a la segunda conclusión: aunque no todos aportan en la misma cuantía, y aun existiendo personas que no aportan nada, la percepción de los servicios es la misma.
Tercera y última reflexión: la doble financiación por parte de algunas personas. Existen en España compañías privadas, éstas sí, que proporcionan, previo pago de su prima y aceptación del riesgo por parte de la compañía, servicios de salud. En concreto en España (no solo Madrid), por valor de 4.484 millones de euros durante 2005, con un crecimiento del 9.4% con respecto a 2004 (Fuente: Gracia Terrón. Consumer.es.Eroski). Esas cantidades son aportadas por personas que, además de pagar por la vía impositiva la sanidad pública, ejercen su derecho a pagarse una atención privada. Esto tiene tres consecuencias directas: la utilización de esta red privada asistencial libera de carga (coste operativo) a la sanidad pública, mejora por tanto el periodo medio de atención por descongestión en la atención sanitaria pública, y por último, por la vía impositiva a las empresas (impuesto de sociedades), el Estado vuelve a recaudar por la atención sanitaria, una de ellas sin prestarla. Con ello llegamos a la tercera consecuencia: algunas personas perciben un servicio de atención sanitaria, pero lo pagan dos veces.
Y con todo ello, ¿qué quiero proponer?
  • Sanidad pública gratuita y universal: rotundamente sí.
  • Deducciones en el IRPF para las personas que pagan un seguro de asistencia sanitaria privado.
  • Rebaja en el impuesto de sociedades a las empresas que prestan estos servicios, con un control del Estado acerca de las condiciones por las que estas empresas excluyen a determinados clientes (éstos sí son clientes) en función de su riesgo (edad, embarazo, situación de salud precedente, etc) de forma que la mayoría de ellos a los 65 años no pueden mantener la prestación y vuelven al sistema público o personas con tratamientos costosos y largos son excluidos, etc, de forma que estas compañías tengan la obligación de ciertas prestaciones independientemente de la edad o situación.
  • La factura médica: si bien la obligación de pago será cero, todos los usuarios del sistema público de salud deberíamos conocer qué nos hubiera costado una atención en urgencias, una consulta, una prueba diagnóstica, un tratamiento, una cirugía, etc, al menos para que se nos remueva la conciencia y se haga un uso responsable de estos servicios.
Con ello, ¿qué objetivo se persigue? Una mejora en el sistema público de salud. ¿Cómo se logra? A través de un sistema mixto de salud, por el que el sistema privado libera recursos de la red pública, que permiten mejorar la prestación pública. ¿Cómo se financia? Exactamente igual que ahora, mediante impuestos (pública) y pago directo (privada), pero con deducciones impositivas a los usuarios de la red privada en función de la renta, no del coste soportado, que sería una subvención y a las compañias una rebaja en el impuesto de sociedades a cambio e un mayor rigidez en la exclusión de pacientes

miércoles, 23 de abril de 2008

La moral del Estado

Uno de los elementos más dignos de ser censurados del régimen franquista fue la imposición de una moral de Estado. Se trataba de una moral pseudocatólica, con tintes catetos propios de una España inculta, analfabeta y con escasa, por no decir nula producción intelectual.
Era el caldo de cultivo perfecto para imponer una forma de pensamiento único, una nueva escala de valores, en definitiva, una moral de Estado.
Hace dos días el consejero socialista de Educación de Castilla- La Mancha, amenazó con no graduar a los chicos objetores y advirtió a las familias que "...su formación moral es correcta, sólo si se ajusta a los valores de la moral pública o de Estado".
Sobre Educación para la "inciudadanía" no voy a hablar mucho. Clara se puede presuponer mi posición y ya mucha gente ha escrito acerca de este atropello a la libertad individual de pensamiento.
Lo que hoy quiero traer a colación es el motivo que hay detrás para que, sin ambages, un miembro de un gobierno autonómico pueda justificar una moral de Estado, al más puro estilo franquista.
La razón estriba en la política posmodernista que está llevando a cabo el PSOE desde hace más de dos décadas, y que ha encontrado en ZP al máximo exponente.
Sería pueril pretender resumir la corriente de pensamiento posmodernista en solo breves líneas, pero valga como ejemplo que el posmodernismo se basa en la anulación de la persona entendida de forma individual, el yo muere y surge una forma de comunitarismo, en la que la comunidad está por encima de la persona, los valores que nos llevaron a mejorar, como el esfuerzo, el trabajo, quedan ahogados por nuevos valores que incitan a disfrutar la mejora de la vida y donde la reafirmación de las colectividades dan lugar a una emergencia de minorías que reclaman su espacio público y que se reafirman a través de su orientación sexual, su raza, su etnia, su lengua, y todo aquello que implique resaltar la heterogeneidad social, el famoso pluralismo social.
Ésas son las bases del posmodernismo. En ellas se ven identificadas muchas políticas socialistas de los últimos tiempos: la reafirmación del colectivo gay, educación para la ciudadanía, el reconocimiento de los nacionalismos, que España es un Estado plurinacional. Ahora lo "pluri" está de moda, no por moderno, sino por posmoderno.
Ya no existe una Política, sino Micropolíticas, realizadas desde todos los ámbitos sociales y a través, cada vez más, de organizaciones sociales: son los llamados movientos sociales, que reclaman su derecho de igualdad en la toma de decisiones.
¿Y qué es Educación para la Ciudadanía en este entorno? Una vía para amoldar las mentes de los más débiles intelectual y culturalmente como son los niños. Que crezcan aprendiendo que el multiculturalismo, las minorías, ya sean sexuales, políticas o raciales, hay que reconocerlas primero, aceptarlas después y demostrar solidaridad ante las pretensiones de estas minorías.
Por ello es necesario desterrar viejos valores como la jerarquía paterna, la heterosexualidad como única forma de identidad sexual, la autoridad, ya sea del maestro, del policía o la de los padres, el esfuerzo personal... ¿Y qué valores hay que instaurar? El respeto a la homosexualidad, la integración cultural del inmigrante, el respeto a la minoría lingüística, el respeto a las minorías políticas (nacionalismos) y sociales (medioambientalismo, feminismo, antiglobalismo), otro tipo de moral, como la religiosa...
¿Y cómo se lleva a cabo? Provocando situaciones límite hasta que sean aceptadas socialmente: Educación para la ciudadanía, el mestizaje, el escaparatismo gay (los Zerolos de turno), el matrimonio de homosexuales, el abuso del feminismo (último caso, la Ministra de Defensa), las multas al uso del castellano en Cataluña, la batalla anticlerical mediante el acercamiento al musulmán, etc.
Todo ello son síntomas de una política global orquestada desde el Gobierno, y mientras el PSOE se dota ideológicamente, tras el varapalo sufrido en el siglo XX sobre el modelo marxista, el PP pretende "vivir de rentas" ideológicamente hablando. Mientras unos se centran en la gestión, otros además preparan a las próximas generaciones a tener una única opción política, porque su escala de valores solo estará representada por un único partido.
Insisto que el posmodernismo, aquí burdamente expuesto, da para mucho, mucho más, y que en sucesivas entradas procuraré profundizar.
En cualquier caso, recomiendo las siguientes lecturas, de entre la ingente literatura existente:
"La era de la información " de Manuel Castells
"Globalización/ antiglobalización, sobre la reconstrucción del orden mundial" de David Held
"Modernización, Posmodernización" Ronald Inglehart
"Consecuencias de la modernidad" de Anthony Giddens
...

martes, 22 de abril de 2008

Liberalismo social: un artilugio mediático

La Portavoz del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, Soraya Sáenz, ha explicado recientemente que, "...se siente cómoda con el liberalismo social". El presidente del PP, Mariano Rajoy ha afirmado que en su partido "...no quiero doctrinarios".
En mi opinión se trata de una estrategia clara de avanzar por la senda de conseguir apoyo ciudadano por la vía del acercamiento del lenguaje llano a la sociedad, de forma que se define al PP como una mezcla entre liberalismo y socialdemocracia, lo que vulgarmente llamaríamos el centro del espectro político, algo indefinido que me permite en cada momento ajustarme al discurso que necesito.
“Social-liberalismo” se titula un ensayo que Ludwig von Mises publicó en 1926, denunciando ya por aquel entonces la mezcolanza incoherente de principios liberales y antiliberales.
El liberalismo se basa, entre otros principios, en que el fruto del esfuerzo personal debe ser gestionado por aquel que lo ha ganado. Que una parte de ese "fruto del trabajo", se gestione por parte del Estado es justo y necesario, y que esta gestión intente paliar las desigualdades sociales que impiden a las personas tener las mismas oportunidades de desarrollo, es una obligación, pero pretender que todos tengamos los mismos derechos con distintas obligaciones y amparándose en " lo social" no se fomente el esfuerzo personal se conseguirá lo que el socialismo de este siglo pretende, pasar a un estadio posmodernista en el que el hombre se difumina en un grupo heterogéneo donde todos caben y de la misma manera, donde el resultado no es importante y lo importante es hacer una sociedad hedonista más preocupada por el disfrute personal.
Sin embargo, Soraya de forma pruedente no ha explicado qué entiende ella por liberalismo social, porque esto suena a algo así como socialismo popular, y es que llevamos tanto tiempo caminando hacia el centro que dentro de poco habremos perdido de vista a los socialistas para encontrarnos con los pocos leninistas y troskos que queden.
Y en el caso del Presidente he de reconocer que desconozco el sentido de la exclusión de "su partido" de "los doctrinarios". Si por doctrinarios entiende los que seguían la doctrina de los filósofos eclécticos y de los publicistas franceses de principios del siglo XIX, que hacían radicar en la inteligencia humana el principio de la soberanía, tenemos un problema,, aunque en mi opinión se trata de que el partido actúe de forma independiente a cualquier doctrina, y eso no es un problema, es simplemente un suicidio.
Que en el PP quepan personas de distintas corrientes no es lo mismo que pretender del PP un partido sin doctrina. Esto, además de aberrante e injusto es antidemocrático y totalitario. Yo decido en cada momento qué es doctrina y qué no lo es, y vosotros militantes, simpatizantes tenéis la obligación de asentir, y los ciudadanos de esta manera nos darán su confianza para gobernar.
Y yo me pregunto ¿confiarías tú, Presidente, en alguien que no tenga doctrina definida? Porque principios tenemos todos y decir que se cree en España es como creer en el sistema métrico decimal. Eso no es un principio, es una obviedad. Creer en la España de las Autonomías es tan obvio como necio. Diga ud, claramente dónde está el límite de gobernabilidad de las autonomías, qué competencias debería recuperar la Administración Central del Estado y por qué, por qué un artículo de un Estatuto es ilegal en una Comunidad y en otra no lo es, si está de acuerdo en que existan diecisiete sistemas de salud distintos, diecisiete sistemas educativos distintos, diecisiete sistemas fiscales distintos y diecisiete sistemas de protección social diferentes. Si lo necesita, tengo más temas de debate.

lunes, 21 de abril de 2008

Esperanza, Mariano, ¿qué os está pasando?

No puedo negarlo: estoy preocupado, muy preocupado. Pero no lo estoy porque dos líderes del PP estén a la gresca dando su particular visión de cómo debe afrontar el PP la etapa surgida de las pasadas elecciones generales, sino porque lo que escucho es de tan escaso nivel político e intelectual que debo entender que estoy errado o no dispongo de la información necesaria. Pero, en cualquier caso, no puedo resistir comentar algunas cuestiones que, por aberrantes me producen estupefacción.
La primera de ellas la comentó Esperanza Aguirre al afirmar que "...Por fin hoy somos más liberales que socialdemócratas". La última la dijo ayer Mariano Rajoy: "... yo quiero un Partido Popular moderado, de centro, como Merkel y Sarkozy, como el PP europeo, como el grupo parlamentario del PP en Europa", "... no quiero doctrinarios en mi partido, quiero gente moderada, el que quiera que se vaya al Partido Liberal o al Partido Conservador".
Esto es el mundo al revés.
En primer lugar, las ideologías no son propiedad de nadie. Constituyen un acervo intelectual común a un conjunto de personas forjado a través del tiempo y por medio de una determinada cultura. Los partidos políticos son organizaciones de personas encargadas de agregar intereses y realizar políticas encaminadas a poner en práctica dichas ideologías. Y los líderes políticos son los encargados de dirigir la acción de puesta en práctica de esas políticas. Parece sencillo, ¿no? Pues no debe serlo, porque personas tan inteligentes y con tanta experiencia pretenden lo siguiente: el líder pretende que el partido lo sostenga para definir unas políticas que él considera adecuadas, y a través de esas políticas, que hoy no están siquiera definidas, pretende conformar una ideología nueva, llamada de centro.
Querido Mariano, los votantes son de centro, los partidos no. Las ideologías son duraderas en el tiempo, las políticas duran lo que dura una legislatura y los líderes deben ser pasajeros, con mucha responsabilidad, pero pasajeros.
Renunciar a la ideología liberal conservadora, es renunciar a lo que representa el PP. El PP nunca fue de centro. Por motivos coyunturales surgió un partido llamado UCD, que no tenía ideología propia, que nació de forma oportunista para dar salida a una complicada situación política en España. Desaparecida la situación, desapareció el partido. No había una ideología subyacente que lo sostuviera. El PP siempre ha sido y debe seguir siendo un partido de derechas, que no significa más que decirle a la sociedad, mire usted, frente a un modelo de la sociedad socialdemócrata, nosotros planteamos un modelo liberal conservador, que consideramos más justo, que asegura más la libertad individual y que proteje una serie de valores que han permitido a la sociedad evolucionar más y mejor, como la libertad de mercado, la propiedad privada, el imperio de la ley o la igualdad de oportunidades, la libertad individual de acción y pensamiento, solo limitadas por la ley y los derechos de los demás, y proteger la institución que de forma más segura y permanente y con mayor experiencia de éxito ha demostrado su valía: la familia.
Querida Esperanza: espero que no pienses que haber planteado una riña dialéctica a través de los medios, significa que has abierto un debate ideológico, que éste se va a producir en tres días de congreso, y que en esos días el PP presentará una ideología renovada. Aparte de jocoso podría rayar en lo chabacano.
Si de verdad deseas presentarte a este Congreso y los Estatutos impiden que alguien "extraño" lo intente, tienes la opción de pedir la abstención de los compromisarios. Que voten en blanco.
Te recuerdo que esos estatutos son los mismos que impidieron a Manuel Cobo presentarse en el Congreso Rerional del PP en Madrid. El modelo antidemocrático es el mismo a nivel nacional que a nivel regional, que no se nos olvide a nadie.
Esperanza, Mariano. El PP está en el mejor momento de su historia. Tiene en estos momentos el mayor apoyo social que nunca ha tenido. Han sido muchos los que han visto en el PP representados sus intereses, muchas las personas que piensan que el PP puede ayudarles mejor que el PSOE a desarrollar sus vidas y, si bien no tenemos la responsabilidad de gobierno a nivel nacional, lo seguimos teniendo en muchos ayuntamientos y en muchas CCAA. No dilapidemos estos activos porque no son nuestros. Nos fueron dados y debemos darlos mejorados y aumentados a los que vengan detrás, y espectáculos como el que estamos viendo están destruyendo las ilusiones de muchas personas que el año que viene volverán a decidir con su voto.
Hay muchos ayuntamientos que dependen del PP, y esto no ayuda, hay muchas CCAA que necesitan un partido fuerte, que soporte la responsabilidad de llevar a cabo políticas basadas en una ideología precisamente la liberal conservadora, y el debate no es de ideas, no es de ideología, es un debate de estrategia política, de cómo convencer a la sociedad de nuestra visión de la sociedad, que no hemos contado bien, es un debate de cómo ayudar en la gobernación de España desde la oposición, es un debate de cómo ser altertnativa real de gobierno basado en principios. El gobieno no es un fin, es un medio, posiblemente el mejor medio para llevar a cabo políticas, pero no es el único, y desde luego no se puede convertir en el fin de nuestras acciones. Y el partido no puede ser el instrumento, ni la ideología la excusa para llegar al objetivo del poder. Ése no es el objetivo. El partido no es vuestro, ni mucho menos seréis vosotros los que defináis la ideología del partido. La ideología la va definiendo la sociedad, el partido lo constituyen personas, y algunas de ellas, temporalmente, tienen la inmensa responsabilidad de representar esta agregación de intereses.

viernes, 18 de abril de 2008

La política de los signos: nuestras Fuerzas Armadas

Por lo que parece, en breves días, la Ministra de Defensa, visitará a las tropas españolas desplazadas en Afganistán. Esto no deja de ser un signo para la galería mediática española; y de signos va esta entrada.
La Administración de Zapatero nos tiene acostumbrados a gobernar a golpe de signo. Hace de ellos el objeto de su política, son un fin en sí mismo, y de esta forma entretiene a los medios masivos de comunicación, más preocupados por el titular grandilocuente que por el análisis crítico de la política del Gobierno. El signo, el signo es lo importante, y nadie repara en su falta de contenido. Poner a una mujer al frente del Ministerio es un signo, crear el Ministerio de la Igualdad es un signo, la Alianza de Civilizaciones es un signo, proponer a Rosa Aguilar como consejera de la Junta de Andalucía es un signo, y así podríamos pasarnos horas y horas.
En el caso que nos ocupa, por ejemplo, la noticia salta porque una Ministra, mujer y embarazada va a visitar a las tropas españolas en zona de guerra (signo), pero nadie, ni explica cuál es el objetivo, qué política piensa desarrollar y qué medidas concretas va a tomar para que las fuerzas allí desplegadas puedan realizar su trabajo sin que los políticos de los signos mediaticen su acción (contenido).
El militar allí desplazado, por su parte, entiende poco de política de signos. Su acción se basa en las órdenes, en la estructura jerárquica, en la confianza en el compañero y en el respaldo de los mandos. Se mueven por vocación, por unos ideales por los que están dispuestos a morir. El signo para el militar es importante, pero como reconocimiento, respeto, obediencia debida y orgullo de su patria.
Sin embargo, ZP está determinado a hacer del Ejército español una especie de OSG (Organización Sí Gubernamental), dedicado al "haz el amor y no la guerra", consiguiendo que los jóvenes españoles desprecien la carrera militar y, cuando se encuentra como ahora que no es posible cubrir las necesidades del Ejército en cuanto a tropa y mandos se refiere, anima al reclutamiento vendiendo la posibilidad de aprender nuevos oficios en el Ejército , como si de un Instituto de Formación Profesional se tratara. Se interesa por mostrar imágenes de soldados rodeados de niños, repartiendo galletitas, dando una imagen irreal como una mezcla de "Médicos sin Fronteras", Madre Teresa de Calcuta y los Reyes Magos.
Pero el militar tiene que dormir cada noche pensando en si mañana será el último día, si podrá volver o no a estar con los tuyos, tiene que apretar los dientes y pensar que está allí por algo muy superior a él mismo. Que es su deber, y a su país se debe. La confianza en el compañero del que depende tu vida, el trabajo en equipo, el respeto a la jerarquía, la valentía, la compasión, son los valores que han hecho glorioso a nuestro Ejército. Y esos valores tienen un objetivo: España. Lo hacen por España, porque España es parte de un mundo libre y así queremos que siga siendo.
Pero para ZP el Ejército es el espacio perfecto para desarrollar su política de signos: una mujer Ministra, no reconocer a nuestras tropas en zona de guerra, (hubo incluso un Ministro de Defensa, Bono, que prefería morir a matar), o si se produce alguna baja, hacer del distintivo de la medalla el objeto de la confrontación política. Signos, signos, signos.
No reparamos en lo fundamental que es España en el panorama mundial, como nación puerta entre tres continentes. Toda la Historia de España es una Historia de conquistas y reconquistas, de equilibrios diplomáticos, pero sobre todo es una Historia forjada a partir del orgullo de ser español.
Algo tendrá que hacer la Ministra para que los militares perciban apoyo y respaldo. Y a ello no ayuda tratar al Ejército español como una especie de OSG pacifista que está allí únicamente para ayudar al reparto de comida y medicinas, o a la construcción de casas y puentes. Afganistán es un foco desde donde se planifican, y organizan acciones terroristas que afectan a todo el mundo, y el valor de nuestras tropas allí es fundamental, para la misión en sí y para el papel que debe representar España en el concierto internacional.
Y a esto es a lo que se debe comprometer la Ministra visite o no a las tropas. Y si el signo es importante, más importante debería ser el contenido, y para este contenido no es necesario poner en riesgo ni un embarazo, ni alardear de signo.
La Ministra va a visitar a militares profesionales, comprometidos y que se están jugando la vida por los demás y por España. No lo olvide, muestre Sra Ministra el respeto debido (que estoy seguro que hará) y permita a los militares que hagan su trabajo con los medios físicos y humanos necesarios. El Ejército y España se lo agradecerán. Por lo demás, feliz viaje y suerte, mucha suerte.
... a mi amigo Quique, Comandante del Ejército de España.

jueves, 17 de abril de 2008

IX Legislatura

Ayer, el Rey dio por iniciada la IX Legislatura. En su discurso apeló a los "acuerdos de Estado" y a hacer frente a la crisis económica en la que estamos inmersos.
Para llegar a "acuerdos de Estado", primero hay que identificar los asuntos sobre los que se espera llegar a un acuerdo. Éstos serían los "asuntos de Estado". La primera dificultad estriba en determinar cuáles son esos asuntos que, en mi opinión deberían ser aquellas cuestiones que son independientes de quién tenga la responsabilidad de gobierno y que, por la popia naturaleza del asunto, las consecuencias del acuerdo no se ajustan al periodo legislativo.
Mariano Rajoy consideró de Estado tres asuntos: la política exterior, la idea de España y la lucha antiterrorista. El Rey pretendía incorporar en su discurso de apertura un asunto más: la gestión económica. Y en mi opinión, diré que solo puedo estar de acuerdo en parte.
La política exterior y la gestión económica son precisamente los pocos argumentos que le quedan al Ejecutivo para justificar la necesidad del Estado- nación tal y como se viene conociendo, y por tanto creo que es obligación del Gobierno dirigir esa política y a las Cortes su control.
Sí considero como asuntos de Estado los siguientes: la organización del Estado en todas sus administraciones, incluida la organización del funcionariado público y militar, la financiación de las distintas Administraciones, en especial las municipales, la educación, incluida la universitaria, la gestión de los recursos naturales, la distribución de competencias exclusivas del Estado y de las Comunidades Autónomas, los Tratados Internacionales que vinculen a España fuera de sus fronteras y la política energética.
¿Y por qué no la lucha antiterrorista? Porque la lucha antiterrorista no debe instalarse en el debate político sino en la acción de los Cuerpos de Seguridad y en el Poder Judicial. Al terrorista se le aplica el Código Penal, no el Diario de Sesiones.
Asunto distinto, y en el que hoy no entraré, es el debate, este sí político, de los nacionalismos.
En estos asuntos, los grupos parlamentarios del PSOE y PP, como únicas fuerzas hoy día con posibilidades reales de formar mayorías parlamentarias cualificadas, deberían llegar a acuerdos estables, que queden fuera de la contienda política excepto cuando sea necesaria su revisión, es decir, no tienen porqué ser permanentes, dependerá de la evolución de nuestra sociedad y que sean objeto de control conjunto a través de Comisiones Parlamentarias permanentes.
El Ejecutivo sería el encargado de llevar a cabo las leyes que se aprueben en virtud de esos acuerdos, y las Cámaras controlarían esa ejecución y administración. Estos acuerdos serían revisables cada nueva legislatura, ya que los representantes serían distintos, y sería en campaña electoral cuando, en buena lid, todas las formaciones deberían posicionarse antes de concurrir a los comicios, y no después.
Sin embargo, las palabras tanto del Rey como del Presidente del Congreso, ayer de las Cortes, no parece que incidan en estos temas. Prefirieron las vaguedades y obviedades que lejos de concretar, solo sirvieron para dar un boato virtual a esta legislatura. Como muestra de lo vacío de los discursos de ayer, la comentada por los medios de comunicación del Presidente del Congreso proclamando defender la igualdad de todos los españoles, y esto dicho delante del Rey, curiosa paradoja.

miércoles, 16 de abril de 2008

La vivienda protegida: un error garrafal

La Comunidad de Madrid pretende, durante 2008, incrementar un 78% con respecto a 2007, el número de viviendas con protección pública, incidiendo sobre la oferta, de forma que propone una serie de medidas que permitan a los promotores aumentar su rentabilidad. De esta forma piensa atraer a la iniciativa privada a la construcción de 42000 nuevas viviendas.
De esta forma se pretende conseguir:
  1. Disminuir la tensión sobre el empleo en la Comunidad, una parte importante de esa fuerza de empleo, es inmigrante, y una parte de esa fuerza de trabajo inmigrante es ilegal, y por tanto queda fuera de las prestaciones públicas en momentos de paro forzoso
  2. Incrementar los ingresos fiscales procedentes del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados. En 2008, los ingresos por la modalidad de transmisiones patrimoniales serán de 1.615 millones de euros, lo que supone una reducción del 28,29% respecto a 2007. Pero también cae la modalidad de actos jurídicos documentados, en concreto un 7,6%. En conjunto por las dos modalidades, esta comunidad estima ingresar 3.100 millones, 759 millones menos sobre 2007 (un 13,8% inferior).

En mi opinión, el problema del mercado inmobiliario no se debería atajar sobre la oferta, sino sobre la demanda.

El mercado se volverá a reactivar cuando la demanda lo haga. Los promotores no van comenzar a construir mientras no tengan vendida la promoción sobre plano y se autofinancie en un alto porcentaje , porque no obtienen financiación externa, y los compradores no comprarán mientras la financiación de la deuda sea cada vez más costosa e incierta como consecuencia del crecimiento en los tipos de interés.

Intervenir en el mercado inmobiliario mediante subvención es, probablemente, el error más típico y clamoroso de las administraciones, lo que provoca: la falta de necesidad de mejora competitiva, ineficacia empresarial, perpetúa las situaciones de dependencia y la aparición de prácticas corruptas (léase, compra- venta de VPO con "dinero negro", relaciones laborales extracontractuales, disminución de las medidas de control en la seguridad en el trabajo o disminución en la calidad de construcción y terminación de las viviendas).

Por contra, desde una perspectiva liberal, propongo las siguientes medidas sobre la demanda:

  1. Aplicar deducciones por la adquisición de viviendas y alquileres de media y larga duración, complementarias a las estatales por parte de la Comunidad de Madrid.
  2. Que las deducciones incluyan los costes de rehabilitación, mudanza, constituciones hipotecarias y registro
  3. Invertir en "obra civil", convirtiéndose la propia Comunida en agente económico demandante: nuevas infraestructuras y mejora y mantenimiento de las existentes (¿qué tal, por ejemplo, la eliminación de los puntos negros de tráfico de las carreteras de competencia de la Comunidad de Madrid que es la que más tiene de España, según datos de la DGT?)
  4. Subvencionar situaciones y no personas: desaparecida la situación de protección, desaparece la subvención. ¿Cómo? Desde luego no con precios tasados de vivienda, sino con microcréditos temporales, especialmente destinados a colectivos que requieren especial protección por parte de las Administraciones (víctimas de maltrato, situaciones de pobreza, situaciones de exclusión social, situaciones de cambio de unidad familiar, es decir aquellas personas que pasan de un núcleo familiar biparental a uno mononuclear, discapacitados etc) y todos ellos, en situaciones de baja renta o patrimonio. una vez conseguido el nivel de renta mínimo, desaparecería la subvención crediticia.
  5. En coordinación con el resto de Administraciones, aumentar los controles fiscales en la construcción, de forma que no se creen economías sumergidas, fuera del alcance del fisco.

Éstas y otras medidas similares irían en la línea de favorecer el clima de confianza necesario para que la demanda se reactive. La emancipación de las personas no debería ir sujeta al ciclo económico sino a al ciclo vital, de forma que cuando la persona decida instaurar su propia unidad familiar, mononuclear o polinuclear, los elementos básicos sean independientes del ciclo económico, entendidos éstos como vivienda y salario.

En suma, las Administraciones, y en concreto la Administración autonómica de Madrid, debería enfocar sus esfuerzos económicos y políticos no en la intervención del mercado inmobiliario para el mantenimiento de la tasa de empleo, sino hacer políticas de demanda a través de la deducción fiscal, la obra civil, el crédito temporal y el control fiscal.

martes, 15 de abril de 2008

Trasvase desde el Ebro, perdón: trasferencia puntual del Ebro

Ayer Elena Espinosa, nuestra novel Ministra, a la sazón, de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, no pudo evitar una mueca de dolor cuando la Vicepresidenta le entregaba la cartera ministerial.
En su interior ya tenía la primera encomienda: terminar de negociar con Il Capo, Montilla, el trasvase de agua desde el Ebro para la provincia de Barcelona.
Su primera misión es no equivocarse y llamarle trasvase: es una trasferencia puntual. Lo del trasvase es cosa del PP, y por tanto desechable, criticable y despreciable.
Ante tan magno engaño a los ciudadanos, entra en escena Sir Lancelot Camps que, cual caballero que defiende el honor de su dama Valencia, reclama venganza en noble justa, y proclama que la Comunidad Valenciana no se humillará ante ZP, entre otras cosas porque no tiene la "categoría personal y política" para humillar a los valencianos. Semejante brindis al sol no requiere más seña por mi parte.
Pero lo que me pregunto es por qué esta clase política se empeña en parecer inútil, mentirosa e incompetente. La propuesta que desde aquí voy a hacer supongo que no es nueva y que a alguien se le habrá ocurrido antes, pero por razones que no consigo adivinar los responsables de llevarlas a cabo se muestran incapaces de asumirla.
Todo pasaría porque las competencias sobre la gestión de los recursos naturales, a saber, cuencas hidrográficas, ríos, bosques, aguas marinas territoriales, bancos de pesca, fueran estatales y no autonómicas, y fuera el Senado el que de forma exclusiva pudiera legislar en estas materias.
De esta forma:
  1. se racionaliza la gestión de unos recursos que, mire usted, se rebelan a pertenecer a una sola Comunidad Autónoma,
  2. se dota a la Cámara del Senado de entidad propia y se le atribuye la función constitucional de Cámara de representación territorial, donde todas las CCAA tendrían voz y voto (además la gente sabría a qué se dedican Sus Señorías),
  3. se permitiría mayor agilidad legilativa al Congreso (antes de los Diputados, y ahora solo Congreso para que las de la cuota no se ofendan), que podría a su vez estar representado de forma más adecuada a la realidad española, sin necesidad del Senado como Cámara de segunda lectura y sobre todo,
  4. los ciudadanos estaríamos más seguros de que los recursos disponibles se destinan donde hace falta y no donde políticamente es conveniente.

Ésto requeriría modificar algunos Estatutos de Autonomía ( esas leyes orgánicas que no suele votar casi nadie y que nadie ha leído jamás, pero que permite a ciertos políticos tener un protagonismo que de otra forma no tendrían), posiblemente una reforma constitucional sobre títulos no fundamentales ( es decir, no se requeriría más que el acuerdo de las dos fuerzas principales del Congreso y Senado, sin necesidad de disolver Cortes ni convocar nuevas elecciones) y modificar la Ley Orgánica de Régimen Electoral General (LOREG), lo que permitiría modificar el sistema electivo español de una vez, que buena falta hace.

Por desgracia al PSOE no le interesa perder poder territorial, pues tiene vocación federalista y de ahí la variedad de discursos socialistas, y al PP no se le ve con el ímpetu necesario para abrir este debate ante la sociedad. Es más fácil, eso es verdad, clamar por la defensa del honor de la ultrajada dama valenciana. Al menos, podía haberse solidarizado con el resto de damas ultrajadas (Murcia, Almería, etc) y haber creado una ONG de subvención catalana de damas ultrajadas por el machismo catalán, a lo mejor "cuela".

lunes, 14 de abril de 2008

Hablaremos del Gobierno

Por fin se habla del nuevo Gobierno y no de la batalla interna del PP. ZP ha configurado un nuevo equipo y, de forma muy española, todo el mundo se ha tirado a la piscina a evaluar a los ministrables, que hasta el momento de su "jura", "promesa" o lo que hagan, no serán Ministros de pleno derecho.
En mi caso, desde luego no voy a cometer la imprudencia de evaluar a quien todavía no se ha examinado, pero sí me gustaría comentar algunos aspectos de quien sí ha tomado ya sus primeras decisiones. Por tanto el objeto de esta entrada no serán los futuros Ministros sino el actual Presidente del Gobierno.
ZP ha decidido que en su nuevo Gobierno haya el mismo número de mujeres que de hombres, que al frente de del ministerio de Defensa se encuentre una mujer y ha creado un nuevo Ministerio de la Igualdad.
En segundo plano queda el momento de saldar algunas deudas pendientes, como la que le debía ZP a Sebastián por los favores prestados en las pasadas elecciones municipales.
Y por último comentaré lo que hasta el momento no deja de ser un ejercicio, que no por repetido, deja de ser ignominioso y torticero, como es que el secretario de organización del PSOE, Pepiño, sea el que presente a los nuevos ministros: juraría que para eso pagamos a la Ministra Portavoz, a la sazón Vicepresidenta del actual Gobierno en funciones.
Comencemos por el principio. No hay que olvidar que el Gobierno de España está compuesto por el Presidente, Vicepresidentes, Ministros, Seretarios de Estado, y de forma muy genérica los que determine la Ley, por lo que mi afirmación anterior, por ahora, solo se cumple para los tres primeros elementos: Presidente, Vicepresidentes y Ministros. Pero lo importante es que ZP sigue empeñado en demostrar que, mérito y capacidad están subordinados a un valor mucho más importante a la hora de nombrar un Ministro: que haya tanto número de hombres como de mujeres. Aquí no se trata de buscar las mejores "personas", los mejores Ministros. Esto queda relegado a un segundo término. Lo primero es cubrir las cuotas: un Presidente (y porque no puede haber dos), dos Vicepresidentes (un hombre y una mujer) y dieceisiete Ministros (nueve mujeres y ocho hombres).
A esto, cabe sumar la creación de un nuevo Ministerio, denominado de Igualdad, y esto asusta. ¿A qué igualdad se refiere ZP? ¿En que tenemos que ser iguales ahora?¿ No estaba asegurada la igualdad en la Constitución? Y lo más preocupante ¿A qué se van a dedicar las personas y los recursos económicos de este Ministerio? Supongo que el tiempo nos dará la oportunidad de comentar más, acerca de este Ministerio.
Hoy pasa revista, por primera vez, a las Tropas, como Ministra de Defensa, una mujer, lo cual, en mi opinión, no es ni noticia, ni siquiera digno de reseña, aunque espero que se apiaden de ella y no le hagan, en su esperanzado estado, permanecer demasiado tiempo de pie.
Lo que sí me ha resultado "curioso" es que, el actual Ministro en funciones de Defensa y actual Portavoz Parlamentario en el Congreso del Grupo Socialista, ha destacado de ella "su contrastada sensatez" y su experiencia política. ¿Cómo habrá contrastado este Portavoz, la sensatez de la ministrable? Y esto sí resulta intolerable. Por favor, a los que os vais a dirigir permanentemente a los ciudadanos, os ruego que aprendáis a hablar y no decir vaguedades, obviedades, y expresiones sin contenido. El tiempo es dinero para todos. Pronto empezamos: contrastada sensatez. Si esa es su credencial, aviadas van las tropas, eso sí, con paso marcial. En mi opinión, ni la sensatez ni su experiencia política han sido los avales de esta persona. ZP ha querido demostrar que al frente de un montón de "tíos de uniforme", y algunas mujeres, estará una mujer. Volviendo al argumento anterior, no se trata de buscar y encontrar al mejor Ministro, sino de encontrar a la mejor Ministro mujer.
Por último, quisiera reseñar lo que, a mi modo de ver, es la mayor estafa democrática que, por tantas veces repetida, ha conseguido instalarse en la vida política española. El Sr. Blanco es un dirigente de un partido político, y diputado de un grupo parlamentario ¿quién es esta persona para avalar a los miembros del próximo Gabinete?¿En razón de qué cargo ejecutivo lo hace y en nombre de quién? Es conocida la frase de Alfonso Guerra acerca de lo muerto que estaba Montesquieu, pero oiga usted, nunca se había utilizado de forma más flgrante las instituciones del Estado en un uso partidista. El PSOE utiliza la tribuna del Gobierno para hacer publicidad del partido al que pertenecen sus miembros, y eso no es de recibo.
En fin, como decían los inimitables Tip y Coll, ...y mañana, hablaremos del Gobierno.

viernes, 11 de abril de 2008

La batalla de las ideas

Hoy inicio este blog, que espero sea lugar de encuentro, confrontación y refutación de ideas, planteamientos y propuestas políticas.
El pasado lunes 7 de abril, Esperanza Aguirre afirmaba que el PP necesita dar la batalla de las ideas al PSOE. No puedo estar más de acuerdo. No coincido con ella, sin embargo, al considerar que las ideas que defiende el PP sean superiores a las del PSOE ( no sé qué significan "ideas y principios" superiores a los de otra formación política). Sí creo que los principios que defiende el PP pueden ayudar a que las personas puedan vivir mejor y desarrollarse de mejor manera, creando una sociedad más libre, más justa, y por tanto más diferenciada.
Y lo primero que debemos decidir en el PP es qué queremos ser. En el pasado Congreso Nacional, el PP se definió como un "partido de centro derecha reformista", sin embargo en el programa electoral del PP para las últimas elecciones generales, el PP se definía como un partido de centro reformador (curiosa evolución).
Por alguna extraña razón que no acierto a comprender en el PP están decididos a renunciar a que la sociedad pueda elegir libremente entre opciones distitntas. Se les hurta la posibilidad de elección a través del enmascaramiento de nuestras posiciones, y eso, no es democrático.
Para que una persona pueda decidir es necesario que las opciones sean diferenciadas, y frente a un planteamiento de izquierdas del PSOE, el PP debería haber planteado una opción de derechas, en la que claramente sean perceptibles las diferencias en las propuestas, y además no se habría renunciado a lo que nosotros mismos nos hemos llamado a ser.
¿Por qué tengo la sensación que no parece oportuno llamarnos de derechas?¿Por qué el PSOE puede llevar tan a gala "ser de izquierdas" sin tapujos y el PP debe andar con vaguedades y medias verdades?
Desde luego, es necesario librar la batalla de las ideas, querida Presidenta, pero creo que es necesario empezar por nuestra propia casa y cuando tengamos claro dónde estamos y dónde queremos estar, podamos empezar a librar la "otra batalla".