jueves, 2 de octubre de 2008

Maria Teresa Fernández de la Vega: el modelo del miedo

Que la izquierda es mentirosa, lo sabíamos, que lo podemos demostrar, también lo sabemos (http://es.youtube.com/watch?v=Oy-y55Me_t0), que la Vicepresidenta representa el carcamalismo de la izquierda queda de manifiesto en el video que indico, pero lo que más repugnancia me da es el estoicismo de la Vicepresidenta del Gobierno de España dirigiéndose a la opinión pública desde la tribuna de la Portavocía del Gobierno mintiendo sin necesidad de esfuerzo. Llegan , incluso, a creerse sus propias mentiras. Son como el prisionero del mito de la cueva de Platón. Y es tal la seguridad en sí mismos que llegan a convencer a aquéllos necesitados de escuchar lo que quieren oír.

Mucho se ha criticado a la derecha española (sí, derecha, lo siento, pero nos sentamos a la derecha en el Congreso, y por eso nos llamamos derecha, ¿lo has entendido Gallardón?), que no emplee las mismas armas que la izquierda, que mintamos si es necesario para obtener más votos, y si te pillan en la mentira, que con toda la desfachatez del mundo se niegue, pero es que hasta para eso hay que valer.


Hay que tener en cuenta que la mayoría de la izquierda proviene del sindicalismo rancio, de ese que no se preocupa por los trabajadores sino por no trabajar (a diferencia de los verdaderos sindicalistas que se esfuerzan por mejorar las condiciones d los demás y no las propias). Son personas que nacieron para vivir del cuento, intentar "liberarse" (no me digan que el término "liberado" no es revelador), y su máxima recompensa es justificar por qué se le debe seguir pagando el sueldo a una persona que no trabaja (el último ejemplo de la fantástica y nunca bien pagada y reconocida labor sindical la sufrió ayer el consejero Güemes en Madrid), y claro, cuando uno ha nacido para engañar, estafar, mentir, llega un momento que ha depurado tanto la técnica que no le supone esfuerzo.


No, no creo que la derecha deba utilizar más herramientas que la capacidad de gestión allí donde gobierna, y demostrar que los valores ideológicos liberal-conservadores producen más bienestar al conjunto de los ciudadanos.

La ideología socialista se asienta en el principio de conservar el poder a cualquier costa para inducir una forma de pensamiento único en la sociedad, y para ello utilizan tanto las instituciones del Estado, como los medios de comunicación. De esta manera, cuando temporalmente pierdan el poder, la derecha gobernará teniendo muy presentes presupuestos puramente de izquierdas.

Un ejemplo de lo que digo ocurre en la Comunidad de Madrid. La Presidenta, que presume de liberal donde las haya, se jacta de construir más vivienda protegida que Cataluña, Extremadura, Andalucía y Castilla- La Mancha, juntas y sumadas, como dice ella. En mi tierra a eso le llamamos intervenir en el mercado inmobiliario, y lo ha estado haciendo incluso en épocas de prosperidad económica, y con tasas de paro en la comunidad que rayaban la tasa friccional de paro, es decir, la que no es posible bajar como consecuencia de la propia mecánica de la contratación y cambios de trabajo.

Otro ejemplo lo representan las obras públicas, en las que se retrasan sine die infraestructuras necesarias para la seguridad de las personas en determinadas carreteras para no talar determinados árboles.

Y esa es la gran falacia de la izquierda. Presentar como universal y únanimemente demostrado que el pensamiento socialista es el que verdaderamente representa el progreso.

Pero no debemos caer ni en la tentación de coger el camino fácil y crear bases clientelistas, como hace el PSOE, por ejemplo con los pseudoartistas (me refiero a esos que van a recibir más de cien millones de euros en 2009 porque nadie quiere ver sus películas), ni en el desánimo de pensar que no seremos capaces de gobernar atendiendo a criterios liberal- conservadores. Y aquí tengo que citar que, efectivamente Esperanza Aguirre representa, más o menos, ese carácter, y demuestra que la gestión de derechas produce bienestar para todos. Mientras el PSOE de Madrid es capaz, con el mismo desparpajo de su correligionaria Vicepresidenta, de decir que los presupuestos generales del Estado son, dentro de la austeridad, buenos para Madrid

Y es que la izquierda, a pesar de lo que se piensa, es incorruptible... No hay forma de inducirles a que digan la verdad.

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