lunes, 9 de marzo de 2009

El derecho a abortar no existe

La progresía del Gobierno ineficaz, ya ha tenido que sacar a pasear al cachorro político de Aído. Tres son sus aportaciones fundamentales a la mejora de la vida de los ciudadanos de este país: "miembra", el dispendio de subvenciones a las mujeres de la ceja torcida y su proyecto de ley sobre el aborto.

Me centraré en la tercera aportación política de semenjante hembra, que no es mía.
En España no existe y nunca ha existido el derecho de las mujeres a abortar. El aborto es y se considera un crimen, sin embargo, el legislador (siempre socialista) ha decidido despenalizar este crimen en una serie de situaciones. Es decir, reconoce que el aborto supone un crimen pero decide no juzgar a las mujeres y profesionales que lo realizan bajo unos supuestos de hecho.

La práctica abortiva ha derivado en un aborto libre debido a los laxos controles y la imprecisión de uno de los supuestos que ha llevado a que más del 90% de los abortos legales practicados en España se realicen bajo la suposición de riesgo mental para la futura madre.

Resultan curiosos varios hechos. El primero es considerar a la mujer que aborta como madre, pues ello supone que lo que lleva dentro es un hijo, al que mata, pero por el que no le juzgarán.

El segundo es que el padre no tiene derechos para decidir ser padre, pero sí tiene obligaciones si la madre decide no matar legalmente a su hijo (interesante debate para la igualdad).

El tercero es que el hijo lo es a partir de una determinada fecha que los políticos deciden. Antes de ello es un ente vivo no sujeto a derecho, y a partir de una supuesta fecha de gestación, por la gracia de ZP, ya tiene derecho a que el Estado le proteja. No he oído a los politicastros del "proyecto simio" rebuznar acerca de los derechos del feto que tienen el 100% del genoma humano, en vez de defender los derechos del simio.

Y, como ya sabíamos, qué mejor forma de evitar que se hable de paro, de economía, de ineficiencia gubernativa, que dividiendo a la sociedad para que unos y otros se enzarcen en un debate inducido y conducido para tirarse los trastos a la cabeza.

La principal aberración consiste en establecer el derecho a abortar de las mujeres. Ahora ya no se habla de despenalizar, sino de otorgar el derecho a alguien sobre la vida de otro. El argumento no puede ser más pueril: que la mujer pueda decidir sobre su cuerpo. ¿El siguiente derecho a otorgar a la mujer para decidir sobre su cuerpo es el del suicidio?¿Por qué puede una mujer matar a otro y no se puede matar ella misma?

Por otro lado, se fijan dos fechas un tanto artificiales y electorales: la fecha en el que la mujer adquiere el derecho a matar, dieciséis años, y la fecha en el que una persona tiene derecho a vivir, dieciséis semanas desde que existe.

La primera fecha es cuanto menos conflictiva. Pocas cosas se pueden hacer responsablemente con esa edad. Es decir, hacerse, se pueden hacer muchas cosas, pero que se sea legalmente responsable, es decir que se tenga capacidad jurídica para obrar, muy pocas. Con dieciséis años no se puede votar, comprar alcohol o tabaco, no deben ver películas violentas o de sexo, no se puede conducir un coche, no se pueden casar (Ministra, para casarse con dieciséis años es necesario el permiso paterno), no pueden firmarse las notas del colegio y no pueden ir al bingo. Pues bien, una cosa que sí podrán hacer ellas (no ellos) será matar legalmente. Coherente, muy coherente para quienes buscan el voto fácil entre las tiernas mentes juveniles. Ahora, pagaremos todos los españoles en términos morales, políticos, religiosos y económicos, los "descuidos" de esa mujer de dieciséis años del sábado por la noche. Porque digo yo, que sólo será un descuido de la mujer, porque si el hombre necesario también se considera que ha obrado, parece lógico pensar que también es sujeto de derecho , y como no lo es, entendemos que los chicos no son responsables de los embarazos no deseados. Bien, Ministra, bien.

La segunda fecha es un brindis al sol, porque nadie es capaz d determinarla con exactitud. Dieciséis semanas es una fecha algo así como "más o menos". No es muy exacta, pero tampoco es necesario que lo sea porque, total, el que va a morir no se puede defender, además su voto tampoco importa mucho, por lo que ¿a quién le importa?

Desde luego, parece que el socialismo, las feministas de pacotilla y la progresía intelectual subvencionada tienen carnaza para rato, vamos, hasta que nuestra situación económica escampe, que es para lo que sirven los debates morales en este país.

2 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anónimo dijo...

Yo soy partidario de la legalización del aborto, tengo un interés limitado (y muy casto) en las menores, pero estoy en contra de su sacrificio (y del de los adultos también), tanto a intereses económicos o a ideas como a esos avarientos dioses que reclaman sacrificios humanos.