jueves, 19 de febrero de 2009

Política en la sociedad 2.0

¿Cuánto tiempo hace que no hemos contado o nos han contado un chiste? Ahora los chistes no se cuentan, se envían y se leen. Las reglas ortográficas siguen conservando su carácter discriminatorio entre cultos e inclutos en papel escrito, pero en soporte informático o telefónico, no es signo de analfebetismo, sino de cultura cibernética, de pertenencia a la sociedad dospuntocero.

El despliegue físico de accesos a internet ha provocado que se desarrollen no solo nuevas vías de comunicación, como el correo electrónico, o las llamadas redes sociales, sino nuevos canales comerciales. Ello impacta en nuevas formas de relación social, económica y cultural.

Los medios de comunicación tradicionales están sucumbiendo a la explosión del uso de internet, y solo la televisión mantiene su poder de convocatoria, pero con tendencia claramente descendente.

Sin embargo, el mundo político y judicial todavía no ha conseguido llegar a los estadios precedentes de uso de determinadas tecnologías. Para ellos, internet, comercio electrónico, correo electrónico, feisbuc, son consideradas "nuevas tecnologías". Serán nuevas para ellos que no las conocen, pero llevan instaladas en nuestra sociedad medio siglo.

Que existe un mundo paralelo, que con razón podemos denominar virtual, creo que es innegable. En ese mundo las personas, unas veces desde el anonimato y otras desde la falsa identidad, desarrollan vínculos relacionales basados más en el quiero ser, que en el soy. Ello implica muchos riesgos. Delincuentes que, en el mundo real actuarían de otra forma, en el mundo virtual adoptan caracteres que les permiten desarrollar su maldad bajo otras protecciones.

La peor vulnerabilidad de muchas personas decentes es, precisamente, su desconocimiento de este mundo virtual. Concretamente, los padres de la sociedad cero o unopuntocero, es decir aquéllos para quienes el ordenador es ese elemento demoniaco que siempre se le estropea a otro cuando tú más lo necesitas, o de aquéllos para quienes internet se circunscribe al correo electrónico y visitar el "marca" (dícese marca como cualquier otra publicación el uso), pero que jamás comprarían por internet y que se preguntan qué es eso de caralibro o que creen que small world es un juego de videoconsola.

Sin embargo el uso continuado de internet no te saca de tu ignorancia. Los niños y jóvenes, más indefensos por su inconsciencia en la medición del riesgo, son víctimas de la desaprensión de delincuentes, mentes criminales o enfermas, o empresarios sin escrúpulos, son víctimas de seguimiento, publicidad sin regulación, espionaje de hábitos, mientras sus padres viven en Bavia pensando que su hijo utiliza internet porque le "ayuda a estudiar".

Muchos opinan que regular internet es como "poner vallas al campo" y que no es posible prohibir o regular el uso de internet. Pues, miren, yo estoy harto de ver vallas por el campo. De hecho raro es el campo en el que no hay vallas. Por supuesto que se puede regular la publicidad en internet, de igual forma que está regulado para la televisión, y por supuesto que se puede, desde los poderes públicos, ayuntamientos fundamentalmente, propiciar que el gap generacional entre padres e hijos disminuya por un lado, y que los hijos, más creídos en que conocen el suelo que pisan (realmente ni hay suelo ni lo pisan, pero ésas son las cosas de internet), conozcan realmente los riesgos de un uso inadecuado de intenet.

No creo que internet sea ni malo ni bueno, de igual forma que un coche no es ni bueno ni malo, y una escopeta no es ni buena ni mala, pero ¿dejaría un padre a su hijo de diez años solo en su habitación con una escopeta cargada, o conduciendo un coche por una autopista, o dejaría a su hija de doce años salir de paseo con un desconocido que le triplica la edad sin saber dónde va, con quién se junta y qué hacen? Pues eso es exactamente lo que estamos viviendo actualmente.

Si algunos padres lograran visitar los foros, redes sociales o leer los mensajes que sus hijos menores envían o reciben no saben a quién, a más de uno se le caerían los pelos del sombrajo.

Bienvenidos a la sociedad dospuntocero.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ya sabemos a qué dedica el tiempo libre el diputado desconocido, José María Michavila. El plusmarquista del PP en esas multas que impone Soraya a los parlamentarios que no van a los plenos del Congreso no está hecho para las labores de oposición. En la pasada legislatura, en los primeros cuatro años de Zapatero, sólo intervino en el hemiciclo con dos preguntas orales. Ante tal ímprobo esfuerzo, el PP lo recompensó con un nuevo escaño por Valencia. Desde las elecciones de marzo de 2008, Michavila ha duplicado su media anual: ya ha hablado una vez en el Congreso, sólo una vez. Fue una pregunta parlamentaria en noviembre al ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, en la que se interesaba por las recolocaciones de las personas desempleadas.

Michavila no está precisamente desempleado –cobra como diputado 4.782 euros mensuales–, pero de recolocaciones sabe un rato. Hace un par de años, y sin dejar ni el sueldo ni el escaño, el diputado se recolocó como representante para Europa de Shakira. La cantante colombiana lo contrató después de que se lo recomendase Alejandro Sanz, otro de los clientes de Michavila.

Pero el diputado desconocido no sólo vive de la farándula. También trabaja como abogado para el bufete preferido del ex alcalde de Boadilla, ahora imputado por Garzón. Según ha publicado El Mundo, Michavila pidió 6 millones de euros a la Mutua Madrileña por “mediar” en un proyecto urbanístico en Boadilla. ¿Una comisión? No hombre, no. Eso es lo que hacen los que no han estudiado derecho; Michavila se prestaba a presentar factura como asesor, probablemente por si la Mutua no entendía bien cómo funcionaba el complejo ordenamiento legal de Boadilla y se perdía por las ventanillas del Ayuntamiento.

Sí, los consejos del diputado Michavilla son caros. Pero no por nada hablamos del último ministro de Justicia del Gobierno de Aznar.