miércoles, 24 de febrero de 2010

La acumulación de cargos: una forma de burla a la democracia

María Dolores de Cospedal comenzaba ayer su andadura como senadora. Ahora ya tiene, como mínimo cuatro sendas por las que andar: diputada, senadora, candidata a presidenta de comunidad autónoma y secretaria general del partido político más grande de España (grande por afiliados y estructura, no por votos ni elecciones ganadas).

A esto se le denomina, en el argot político y de derecho político acumulación de cargos. Hay países en los que este fenómeno está prohibido, en España, no. Y no lo está porque se entiende que es una forma de que unas administraciones y otras puedan acercarse o coordinarse de forma más directa y eficiente para el ciudadano. El problema es el de siempre: el poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente. Esta estratagema que mi Secretaria General (a la que no he podido votar) está llevando a cabo con el pequeñísimo círculo de confianza (a los que no he podido votar) de mi Presidente (al que no he podido votar), intenta, en este caso, aunar esfuerzos para que el discurso se unifique, a la vez que los criterios de oposición en ambas cámaras.

No trato aquí de inmolarme, ni pretendo escupir hacia arriba. Escupo hacia afuera porque esta forma torticera de actuar no es única en el PP, ni mucho menos.

Veamos el ejemplo de la mujer del President de Catalunya: Ejemplo de mujer total: la esposa de Montilla: Regidora d'Urbanisme de L'Ajuntament de Sant Just Desvern- 1ª Tinent d'Alcalde de L'Ajuntament de Sant Just Desvern.- Presidenta de PROMUSA, empresa relacionada con el caso Pretoria.- Presidenta de PROECSA. Gerent del Consorci de la Colonia Güell,Consellera del Consorci del Parc Agrari del Baix Llobregat de la Diputació de Barcelona. Consellera de Foment de Ciutat Vella de la Diputació de Barcelona- Consellera del Tunel del Cadí, Concessionaria S.A. Consellera de la Comissió Catalana de Trànsit i Segureta Viària,Consellera de La Caixa.- Consellera del Consell Comarcal del Baix Llobregat. - Vocal del Consorci Sanitari Integral. - Vocal de la Fundació Caviga. - Consellera de L'Area de Salut de L'Area Metropolitana de Barcelona... Consejera, consejera, consejera ¿sobre qué puede aconsejar esta señora?

Por tanto hoy lo que denuncio con estrépito, lo que cuento con atraganto y asco es la impudia con la que los cargos políticos acceden a los cargos públicos y cómo son capaces de aglutinar cada vez más poder sin que nadie pueda hacer nada. A esto le llaman democracia: yo simplemente le llamo caciquismo endogámico. Dan pena, cuando no dan risa, cuando unos y otros se dan clases de democracia y se les llena la boca de lo demócratas que son, bla, bla, bla

Según estipulan los Estatutos del PP, y esos me los conozco muy bien, "el acceso a cargos electos se realizará atendiendo a criterios de mérito y capacidad". No voy a valorar los méritos de personas como la mujer de Montilla o como otras muchas personas de mi partido, pero ¿y la capacidad? ¿Son cada uno de estos cargos capaces de realizar las tareas y funciones propias de los cargos que detentan (y que no ostentan)? Si es que sí son capaces, es que sobran muchos cargos políticos y si no sobran los cargos, entonces estamos ante la mayor de las incapacidades. Claro, que todos sabemos para qué sirven los Estatutos de los partidos políticos.

Algunos criticamos y con argumentación razonada, la dictadura castrista, la de la familia Castro (con alguna honrosa excepción), y precisamente por ello, es por lo que denunucio que en España ya no hay pudor en acaparar cargos, acaparar poder, acaparar sueldos por el bien de España. España necesita que la mujer de Montilla aglutine consejos de administración, vocalías, delegaciones, y mi Secretaria General, por el bien de España, por supuesto, debe estar en el Congreso, en el Senado, en la Asamblea de Castilla- La Mancha y en Génova 13, séptima planta (o donde diablos esté su despacho).

No sé cuántos españoles estarán de acuerdo conmigo, seguramente algunos incluso alguno del PP, pero, la enfermedad que atenaza a España, esa que ya denunciara Ortega y otros muchos antes que él, la necedad propia de quien prefiere ver cómo John Cobra se toca los huevos a la salud de los multiculti progres en una televisión pública, o de quienes se acaloran con el gilipollas del árbitro de turno, o quienes se atreven,en la mayor de la ignorancia, a llamarse periodistas políticos y valorar y analizar los hechos políticos como expertos en todas las televisiones, mientras algunos se lo están llevando tieso, metiéndonos mano en los bolsillos para que, vía presupuestos Generales del Estado, unos pocos pueden acumular cargos como el que acumula arroz en su despensa. Mientras ocurre todo eso, muy pocos son los que denuncian la degeneración de un sistema político que tarde o temprano caerá. Ya lo hizo en 1678 en Inglaterra, y en 1789 en Francia,en 1917 en Rusia, en 1919 en Austria, en 1931 en España, y en 1945 en Alemania o Japón,y en 1949 en China, o en Cuba, o en Yugoslavia, o en Albania, o en Checoslovaquia. Esas cosas tarde o temprano pasan, pero mientras tanto, a seguir "en la brecha", por el bien de los españoles.

y espero que si algún cargo de mi partido lee esta entrada y decide hacer algo, ojala que actúe y no sea para "sancionarme", y si lo hace, al menos que me traten como a Cobo o Costa.

4 comentarios:

Manolo dijo...

Para conducir un vehículo por la vía pública es necesario demostrar habilidad suficiente para manejarlo y superar un examen psicotécnico a cargo de personal especializado. Yo soy partidario de que cada cual pueda hacer con su vida lo que le venga en gana y gozar de la facultad de elegir el cómo y el momento de su muerte, siempre y cuando ello no suponga llevarse por delante la vida de los demás.

Pero los efectos de conducir borracho o con las facultades mentales mermadas son apenas una anécdota comparados con los estragos que un político aficionado a las drogas como el caso del hijo tonto de los Bush o enfermo de alguna psicopatía pueden provocar en la población, desde una guerra con millones de víctimas a un genocidio sistemático.

Habrá un momento en que para ser presidente se exija por fin superar un examen psicotécnico, sentar a los líderes en el diván y empezar a investigar esos pequeños complejos que todos padecemos pero que el efecto mariposa en su travesía hacia el poder podría transformar en letales.

Quizá descubriríamos que la obsesión de Franco y Hitler por la hombría provenía de su complejo de padecer monorquidia (les faltaba un testículo) o que el gusto del Papa Ratzinger por el genocidio en África, con su campaña contra el preservativo, procede de su antigua militancia en el partido nazi.

Muy a menudo, los complejos nacidos en la infancia son como un pus que va creciendo a escondidas y que en la madurez acaba degenerando en septicemia.

A tenor de los últimos despropósitos de Esperanza Aguirre que certifican su desatada obsesión por el poder, sin pudor, sin control, me aterra pensar que llegue a desbancar a Rajoy en la carrera de las elecciones y, sin sufrir antes un examen psiquiátrico, acabe gobernándonos a todos.

Y acabe gobernándonos sin complejos, como dice ella, frase que sólo se pronuncia cuando uno es un manojo de complejos inconfesables. Sin complejos para considerar hijosdeputa a sus adversarios, sin complejos para convertir la televisión pública en el NODO franquista, sin complejos para hacer de su incultura y su patriotismo folclórico la nueva Educación para la Ciudadanía, sin complejos para subvencionar a toda asociación de ultraderecha que le pida ayuda, sin complejos para desmontar la sanidad y la escuela públicas, sin complejos para hacer del populismo bananero su estilo político.

Ya me diras si no habría que hacer obligatorio un examen psicotécnico a los que opten a conducir este país, para que tengamos suficientes garantías de que no van a atropellarnos… al menos intencionadamente.

Isaac dijo...

¿Qué puede decir el PP con la que le está cayendo? ¿Cómo defenderse de las acusaciones de corrupción generalizada? Muy fácil: que aproveche el sugerente paralelismo que hizo ayer José Bono, y recicle el argumentario que el Vaticano ha elaborado para amortiguar los escándalos de pederastia. Si a los obispos le sirve con sus fieles, ¿por qué no iba a resultarle al PP con los suyos? Para algo son el partido elegido de Dios –o al menos de sus representantes aquí abajo-.

Basta hacer un “corta y pega” con los mensajes vaticanos, tan sólo cambiando “pederasta” por “corrupto”. En el fondo, un corrupto es alguien que le pone la mano en la pierna a los fondos públicos, así que lo mismo vale.

En primer lugar, dejen claro que esto no tiene nada que ver con el partido, que son comportamientos individuales, y en un porcentaje mínimo. Añadan además que la corrupción es algo muy humano, que el mundo está lleno de gente que mete la mano donde no debe, y que todo viene del relativismo moral y la pérdida de valores, que igual que han llevado el pecado a las iglesias, han infectado a unos pocos desviados en este santo partido que era “incompatible con la corrupción”. Repitan con el Papa: “El que esté libre de pecado…”

A continuación, denuncien la existencia de una campaña de difamación para erosionar su imagen y hacer que los votantes pierdan la fe. El victimismo es siempre muy resultón, y mantiene prietas las filas.

Por último, busquen un mal mayor con el que comparar, para quitar gravedad a las denuncias. Si los obispos españoles hablan del aborto cuando les preguntan por los abusos a menores, los dirigentes peperos ya saben decir paro y crisis cuando oyen hablar de corrupción.

Nada nuevo en realidad, pues la estrategia de Génova y la del Vaticano ya se parecen bastante. Sólo hay una parte que el PP no puede copiar, mal que le pese: el traslado de los implicados para ponerlos fuera de la acción de la justicia. Mientras que a un cura lo cambias de diócesis y se acabó el problema, no parece que puedan recolocar a Matas en Logroño.

Anónimo dijo...

Si te sirve de consuelo tampoco has votado al jefe del Estado en el que vives. Feliz dia de la Republica! Por la vuelta a la democracia!

Pop 3.0 dijo...

Gracias por el post, me tranquiliza saber que en el primer mundo existen y persisten anomalías como las que se describen. Ellas, las anomalías, por llamarlas de alguna manera, son, desde este lado del tercer mundo desde donde les escribo, algo común y corriente. De que hay que abolirlas es claro y necesario. por lomenos hablar de ellas a raíz de haberlas reconocido ya es un gran paso. Suerte.
POP 3.0