sábado, 4 de abril de 2009

La representación en el modelo político español

Los españoles nos enfrentamos periódicamente a cinco comicios electorales: municipales, comunidad autónoma, congreso, senado, y parlamento europeo. Cada uno de ellos es diferente y tiene particularidades propias, pero comparten, entre otras características, la elección de unas personas que representan a un determinado colectivo de personas. El problema principal de la representación es que el resultado de las eleccions raramente es representativo del electorado.



En el caso concreto de las elecciones al Congreso, la circunscripciòn de elección es la provincia, la fórmula de asignación de escaños es una variante de la fórmula D´Hont y el techo electoral se sitúa en el 3%, es decir, por debajo de esa repersentatividad no se aplica la fórmula de asignación.



En el primer elemento, la provincia como circunscripción electoral, es muy discutible que una entidad administrativa que prácticamente no tiene asignadas más funciones que las propias de la Delegación de Gobierno, conforme la unidad de elección de representantes.



No voy a ser extenso, debido a los amplísimos estudios realizados por eminentes politólogos acerca de los diferente elementos que configuran el sistema electoral del Congreso, pero, creo que si la representación que después hace el representante, que no está sujeto a mandato imperativo, lo es de todo el Estado español, debería existir una única circuscripción electoral, que sería España, como sucede en las elecciones al Parlamento europeo.



Esto evidentemente dejaría sin representación a las provincias más pequeñas, que hoy se encuentran escasamente representadas y nulamente defendidas, pues nadie defiende los intereses provinciales en el Congreso. En su defecto, tal vez podría ser la Comunidad Autónoma, pero si se reformara el mecanismo de elección del Senado, creo que sería más correcto que éstas estuvieran mejor representadas en el Senado.



Supuesto una única circuscripción, estaría de auerdo en una fórmula representativa sobre una de corte mayoritario, para que todos los partidos que se quisieran presentar pudieran estar representados, pero claro, lo tendrían que hacer en todo o la mayoría del territorio nacional.



Por último, elevaría el techo electoral al 5% de los votos útiles, como ocurre en la municipales y autonómicas, de forma que se exigiría una cierta representatividad el partido en cuestión.



Otro elemento que se debería analizar es el que tiene que ver con el objeto de elección: la lista electoral. Actualmente, y para este tipo de elección, la lista es cerrada, bloqueada y completa para cada provincia. Esta opción sobre otras posibles presenta, como casi todo en la vida ventajas e inconvenientes, pero mejoraría sustancialmente el hecho de que

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ahorrarías muchas palabras si dijeses que propones simplemente que se presenten dos partidos políticos simplemente, que defiendan los mismos intereses y que hagan lo mismo.