martes, 22 de septiembre de 2009

El trasfuguismo político y la reforma electoral

Hoy se culmina el proceso de moción de censura en Benidorm, por el que el PSOE se convierte en equipo de gobierno en detrimento del PP. No es la primera vez que mediada la legislatura esta localidad alicantina cambia de alcalde como consecuencia de una moción de censura. Hace dieciocho años ocurrió también, pero de forma inversa y el entonces concejal, Eduardo Zaplana, se convirtió en Alcalde, y desde entonces el PP no ha dejado de gobernar Benidorm y la carrera personal de Zaplana se puede decir que cambió súbitamente, como todos sabemos. Tentador reclamo, sin duda.


PP y PSOE andan a la gresca sobre si es o no democrática esta moción o si se cumple o no esa pamema del pacto antitrasfuguismo, y la verdad es que el ridículo que hacen sendos dirigentes no puede ser más explícito, sobretodo porque ellos tienen la llave para que esto no vuelva a suceder.


La moción de censura es un mecanismo de control del cuerpo legislativo, elegido por el pueblo, sobre el ejecutivo, que a su vez se elige de forma indirecta a través de los representantes de los legislativos en las tres administraciones: generales, autonómicas y locales. Se trata de un mecanismo de control recogido en la Constitución; si es malo elimínese del texto, y si es bueno o recomendable no protesten cuando les perjudique.


Sin embargo, al cuerpo electoral se le suele quedar cara boba cuando la norma electoral les obliga a elegir entre candidaturas cerradas y bloqueadas, pero el escaño es "propiedad" del representante que, si decide dejar la formación política por la que se presentó, el escaño va con él. Ésta es una Ley Orgánica, que se puede modificar por mayoría absoluta del Congreso, luego ¿por qué en vez de firmar pactos que ellos mismos se encargan de no cumplir, no modifican la ley electoral? Simplemente por el estúpido argumento del "hoy por ti, mañana por mí". A las élites de los partidos les interesa tener el control de los integrantes en las listas electorales y no parece que deseen modificar la ley para incluir listas abiertas o parcialmente abiertas, y modificar la ley para que en caso de que un representante quiera dejar la formación, deje su escaño, supone quebar las bases sobre las que se asienta el sistema representativo y el miedo a introducir modificaciones en un ley sin modificar determinados criterios de proporcionalidad o tipos de listas, que la presión ciudadana les exigiría, impide que se inicie una inexcusable reforma de la Ley.


Por tanto, resulta pueril definir y firmar un pacto antitrasfuguismo que se resolvería por modificación de la Ley Electoral, LOREG; más infantil si cabe es que cuando no lo cumple ninguno de los firmantes encima se echen los trastos a la cabeza... ¿Pensarán estos politiquillos que somos tan tontos?


No es la primera vez que describo un sistema de listas parcialmente abiertas por el que el 10% de los cargos electos se elijan de forma abierta, lo que obligaría a los candidatos a darse a conocer y a que existan diferentes opciones de elección, mientras que el 90% restante sea una lista cerrada y bloqueada, pero elegible entre varias opciones por el cuerpo de afiliados del partido, de forma que esos escaños sería "propiedad" del partido y del representante, y en el caso de moción de censura, si el escaño es del grupo de representantes de lista abierta no podrían formar parte del nuevo ejecutivo, para el caso de administración local, y pasarían al Grupo Mixto. En el caso de los representantes de lista cerrada, si un representante avala la moción de censura en contra de su partido, éste debería cesar en su cargo de representante del partido.



De esta forma, se avanza en la democracia directa sin menoscabo del insoportable aumento del coste electoral que supondría una lista totalmente abierta y el papel de los afiliados de base ve incrementada su responsabilidad y los candidatos tendrían que convencer a sus bases y éstas ser lideradas con su consentimiento para aceder a los cargos electos.


Estas modificaciones no pueden ir solas. Pero resultaría incauto tratar en estas líneas de definir un nuevo procedimiento electoral, pero sí sirve para plantear el espíritu que debe guiar la reforma: limitar el control de las élites políticas sobre los candidatos electos, facilitar que nuevos políticos puedan acceder a los cargos públicos sin rendir la actual obligada pleitesía rindiendo únicamente ante los afiliados y asegurar que el voto del ciudadano realmente se corresponde con su elección y que el partido no pueda después modificar el sentido de la mayoría.


La pregunta clave es ¿quién le pone el cascabel al gato?

3 comentarios:

Manolo dijo...

Los partidos se parecen demasiado a la charcutería, una amalgama de ingredientes de sabores y texturas distintas, embutidos y cohesionados epidérmicamente. Si pinchas un poco, los ingredientes supuran, sangre en el caso de las morcillas, alcaldes y concejales en el de los chorizos, grasa en los salchichones. Cuando guardan el orden de corte parecen un único ingrediente, pero cuando los destripas… ¡ay, cuando los destripas!, es mejor no saber de qué están hechos ni los embutidos ni los partidos.

Por la conocida receta de los chorizos Gürtel sabemos que el dinero es el más poderoso amalgamador de ingredientes en las formaciones políticas, pero también sabemos que si dejas un partido a la buena de dios, comienzan a salirle gusanos en forma de ambiciones personales y venganzas que acaban pudriéndolo.

A la tripa que los sostiene se la suele llamar líder, y de su consistencia depende la durabilidad del producto.

Todo el mundo quiere darles un bocado. Estos días el bocado más apetitoso, un poco cansados ya del atracón de chorizos Gürtel, que se repiten y repiten, es el PSOE, acosado por el hambre de la jauría mediática. Como recogía la SER ayer, existe una gran “preocupación entre barones del PSOE por las críticas del Gobierno a los empresarios”.

Así, descubrimos que entre los ingredientes de un partido “obrero” y laico, además de militantes que besan las zapatillas de raso de Benedicto XVI, conviven quienes se preocupan más por el bienestar de los empresarios que por el de los trabajadores.

A esos barones les ha parecido que la receta de Zapatero es demasiado radical e indigesta. Ellos, finos socialdemócratas de paladar delicado, prefieren la nueva cocina, y no la receta basta de la morcilla de León.

Nacho dijo...

Aquellos que piden que PSOE y PP pacten los grandes temas de Estado pueden dormir tranquilos. Ya está pasando, y no sólo porque ambos partidos hayan votado juntos las principales medidas económicas contra la crisis. Puede que ante cuestiones menores, como la educación o la justicia, el consenso sea imposible. Pero cuando se debaten asuntos de verdadera trascendencia para esta España eterna, la gran coalición siempre está ahí para salvar la patria y sus valores. Cuatro ejemplos, esta misma semana.

El martes, en el Congreso, PSOE y PP rechazaron una propuesta de ERC para regular la prostitución y prohibir los mal llamados anuncios de “relax” –qué tendrá de relajante la explotación sexual–. El miércoles, todos los partidos, salvo IU y ERC, apoyaron el aumento de tropas españolas en Afganistán. “Vamos más para regresar antes”, dijo sin rubor la ministra Chacón; fijo que los 220 soldados españoles extras desempatan la guerra. Ese mismo día, en el Senado, Entesa Catalana de Progrés (donde también se agrupa el PSC) planteó pedir al Gobierno que no promocionase las fiestas donde se maltrata a un animal. ¿Adivinan el resultado? PSOE y PP cortaron las dos orejas y el rabo, así que animaladas como el Toro de la Vega seguirán siendo de “Interés Turístico Nacional”, una calificación que ayuda a conseguir subvenciones.

Como remate, ayer jueves en el Congreso, PSOE y PP tumbaron la propuesta de IU de reprobar las palabras del Papa contra el condón, como hizo el parlamento belga. Aunque en este caso, para ser justos, sí hubo una gran diferencia: el PP votó en contra, el PSOE se abstuvo. A Cánovas y a Sagasta les habría encantado el matiz.

Isaac dijo...

En situaciones como ésta es donde se nota la inoperancia de la ONU. No sé qué hacen que no han mandado ya una misión a España. Ni siquiera el Consejo de Seguridad ha sido capaz de emitir una condena y decidir un bloqueo comercial. Nada. España es un régimen de terror donde los adversarios políticos sufren persecución, y el mundo mira para otra parte.

Y no será porque los oprimidos callen, al contrario. La voz de los perseguidos se abre paso, y no consigue ser aplastada. Ahí está ese mártir de la libertad, Francisco Camps, que hace dos días, en reunión con sus parlamentarios autonómicos, denunció que los “marxistas y comunistas” del PSOE quieren eliminarle, y que “si pudieran lo gasearían”. No se rían, que no me lo invento; así se ha publicado en la prensa valenciana.

El heroico Camps, que no duerme dos noches en la misma casa para no ser capturado por la terrible policía política, hizo un emocionante llamamiento a la resistencia: “Vosotros sois los representantes de la esperanza y la libertad”. De eso se trata: un puñado de hombres valientes defendiendo la libertad, y un régimen de terror que quiere gasearlos.

No se crean nada de lo que se publica, ni por supuesto confíen en la Justicia, que es cómplice del opresor. Nada es lo que parece. En realidad el Bigotes es un guerrillero, el concejal Rodrigo de Santos iba por los prostíbulos repartiendo octavillas subversivas, y Jaume Matas se exilió a Estados Unidos para no ser torturado. Y por supuesto, no estamos ante un caso de financiación ilegal: es más bien una red de aprovisionamiento de fondos para cuando la persecución se recrudezca y tengan que pasar a la clandestinidad. Ya les queda menos.