miércoles, 12 de noviembre de 2008

Los medios de comunicación y el control del pensamiento

Lo recononozco. Hoy he consumido algunos minutos de noticiario de las seis de la mañana de la televisión pública española, y me ha resultado curiosa la forma en la que la locutora daba la noticia de la posibilidad legal que un tribunal británico ha concedido a una niña de trece años para renunuciar a que los médicos intenten salvar su vida, amenazada por problemas cardiacos.

La locutora hablaba acerca de que la niña había conseguido "ganar la batalla para morir dignamente". Con esta noticia se presentaba una batalla: a un lado una niña moribunda, a otro lado el sistema legal británico, con sus jueces importantes dirimiendo si la niña puede decidir o no poner fin a su vida. Y la batalla, para la locutora, la había ganado la niña.

Me ha resultado curioso, en primer lugar porque la niña morirá, por lo que no llego a comprender qué tipo de victoria se puede conseguir cuando pierdes tu vida. En segundo lugar, parece que la batalla no era para vivir o morir, sino para, una vez decidido que dejaba de luchar, rendirse "dignamente". Y me resulta curioso porque tampoco llego a entender cómo una niña de trece años puede morir indignamente.

En tercer lugar, me ha resultado curioso la inoportunidad de la noticia, locutada justo después de la noticia de la muerte de los dos militares españoles en la guerra de Afganistán. Dos personas a las que sí se les debe reconocer que murieron dignamente, por una causa que superaba el valor dado a la propia vida en pos de la vida de los demás.

Tras el impacto inicial de la noticia, me han venido a la cabeza dos reflexiones de muy diferente naturaleza: la primera el ejemplo que esta niña supone para otras de su misma edad en similares circunstancias que luchan por vivir (muy dignamente) y que la locutora presentaba como algún nuevo tipo de heroína; y la segunda acerca del poder de los medios de comunicación controlados por el poder político en la opinión social.

La locutora no pretendía locutar la noticia, pretendía dotarla de significación política al hablar de "ganar la batalla" y al hablar de "muerte digna", y sin duda no han pensado los redactores del noticiario en los miles, millones de personas, que hoy mismo, ahora mismo, luchan por su vida, pero todo ello queda supeditado a la necesaria moldeación de la opinión española cuando se presente en el debate político el proyecto de ley de eutanasia o suicidio asistido.

Mi respeto por quienes luchan cada día por seguir vivos, mi admiración por quienes mueren por nosotros y mis oraciones por esa niña que ha querido dejar de luchar: ella ha perdido la batalla, y los locutores han perdido la dignidad y la vergüenza.

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