jueves, 20 de noviembre de 2008

El PP y la comunicación, ¿caso perdido?

El horno está que arde. Por la izquierda los grupos PRISA y Mediapro están a tortas por, entre otras cosas pero la más importante, por la "pasta gansa" que supone los derechos del fútbol, y que este Ejecutivo ha favorecido a los segundos en perjuicio de los primeros. Se nota que el patriarca de PRISA está muerto (esperemos que Garzón no lo ponga en duda).

Por la derecha (el centro para algunos) la cosa está peor. La pérdida de las pasadas elecciones requerían a los ojos de los medios de comunicación afines un cambio de lider, que no de estrategia, y lo que se ha producido ha sido lo contrario: mismo líder y cambio de estrategia.

Lo que realmente no le perdonan estos medios a Rajoy es que ha provocado que parte de la sociedad se sitúe claramente en un bando, la derecha, para, después de perdidas las elecciones diga que eso de la derecha no es importante y puede resultar perjudicial. Esas personas han quedado huérfanas, pero cuando los huérfanos de líder son los medios de comunicación, la cosa se complica, porque estos medios viven precisamente de exponer su posicionamiento ideológico.

Cualquier estudiante de marketing sabe que un producto debe tener un público objetivo, un cliente potencial y presentará el producto para ese público teórico. Evidentemente existen técnicas tanto de fidelización de clientes como de ampliar la base de clientes con el fin de incrementar las ventas, pero siempre con un producto definido y enfocado.

En el ámbito político, el producto es la acción política, una acción de gobierno universal basada en una ideología compartida con parte del universo. En este caso, el público objetivo son los votantes, a los que hay que fidelizar y sobre los que se pretende ampliar su base de apoyo. La técnica para hacer esto no es fácil, ni existen recetas mágicas, y solo el resultado electoral da idea de si la estrategia llevada a cabo ha sido correcta o, y esto es importante, si siendo correcta la estrategia, su puesta en marcha ha sido lo qua ha fallado.

Y éste es el quid de la cuestión. Rajoy piensa que él lo hizo bien, no así su equipo, que ampliamente ha sido defenestrado, y que lo errado era la estrategia, otros pensarán que lo que se hizo mal fue la forma de llevar a cabo esa estrategia.

Podremos tener cada uno nuestra propia opinión, e incluso analizarla correctamente, pero post facto; no existe posibilidad alguna de certificación previa al resultado electoral, por muchas alarmas que se enciendan en otros comicios como los europeos o regionales o en las encuestas de opinión. Siempre serán conjeturas, pero lo que admite poca o ninguna discusión es que los medios de comunicación son el vehículo trasmisor de esa estrategia, envían y modulan el mensaje político y fidelizan y amplían la base de votantes. Eso es un hecho, y prescindir de los medios que te pueden apoyar ideológicamente a llevar a tu base de cliente actuales y potenciales tu propuesta es literalmente suicida. Esto ya es opinable.

En cualquier caso, el PP debe hacer un esfuerzo (es el vendedor) de acercarse a sus posibles votantes (sus clientes actuales y potenciales) a través de los medios de comunicación, y no parece que determinados medios sean proclives a favorecer esta trasmisión.

Además, y esto es lo peor, desdibujar el mensaje, vaciarlo de contenido ideológico para universalizar la base de votantes hace que pocos lo compren. No resulta creíble, y esto parece indicar la tendencia de la última encuesta del CIS en la que la intención de voto y la simpatía y las dos sumadas han descendido en el PP desde las pasadas elecciones. El consuelo: el PSOE ha descendido más. El problema: el PSOE ha descendido coyunturalmente y a poco que las cosas mejoren, y en algún momento mejorarán su valoración aumentará, mientras que en el PP, sin posibilidad de ejercer influencia alguna y enfadándose con sus correas de trasmisión, van a tener muy difícil cambiar la tendencia que se dibuja.

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