lunes, 16 de abril de 2012

España sólo vale para el flamenco y el vino tinto

La afirmación no es mía, sino del Embajador de EEUU en la OCDE, pero ésta se une a las declaraciones de Sarkozi y Monti, que no dejan en buen lugar a nuestro país. Lejos de caer en la bravuconada y el aspaviento fácil, lo cierto es que en otras ocasiones, líderes españoles han dedicado afirmaciones en el mismo sentido con respecto a otros estados (célebre la afirmación de Zapatero en EEUU afirmando que España pasaría económicamente a Francia y que y había pasado a Italia), por lo que sería conveniente analizar el trasfondo de esa afirmación, por otra parte, falta de estilo, gusto y educación.

Nuestra economía no mejora, nuestro empleo cada vez escasea más, diecinueve de las empresas del IBEX cotizan por debajo de su valor contable, nuestros políticos, sobretodo los del Gobierno, dan muestras de inseguridad y del valor necesario para acometer las "verdaderas reformas", y para colmo, Froilán y la prima de riesgo se disparan mientras el Rey se hace añicos la cadera matando elefantes por África (como si no hubiera "elefantes" en España que matar).

He citado las "verdaderas reformas"; Esperanza Aguirre, así como UPyD, parcialmente, han pedido al Gobierno la recuperación de competencias en materia sanitaria, educativa y judicial, así como la fusión de ayuntamientos. Yo, por mi parte, ya he citado con anterioridad la necesidad de eliminar subvenciones a instituciones de dudosa representatividad, como sindicatos y patronales, la eliminación o privatización de cadenas de radio y televisión públicas en aquellas comunidades con más de una licencia de cada medio (Andalucía y Cataluña tienen tres canales autonómicos, todos ellos, deficitarios), la eliminación de prestaciones a los inmigrantes ilegales y el endurecimiento para que los extranjeros obtengan la nacionalidad, o la reducción de competencias de ayuntamientos que han impedido a la iniciativa privada entrar en sectores en los que las AAPP han impuesto unas barreras de entrada que hacen inviable que las empresas inviertan (efecto crowding- out). Hay que recordar que la formación de municipios y CCAA no se realiza atendiendo a criterios económicos, sino de identificación y adscripción, aunque sí es posible centralizar o fusionar servicios públicos, y ese campo, en España está, prácticamente, inexplorado.

Desde luego, de la misma forma que soy contrario a la amnistía de los presos y miembros de ETA, lo soy de la amnistía fiscal (¿Las AAPP también se podrán acoger a la amnistía fiscal?), como estoy en contra de que las rentas más altas paguen por la sanidad, puesto que ya las retenciones a cuenta son progresivas y, seamos sinceros, no imagino a Botín o Alierta en la sala de espera del Hospital Puerta de Hierro o La Paz. La dudosa eficacia de la reforma laboral, con innegables avances en determinadas partes de la Ley, pero con aspectos de la misma claramente mejorables, puesto que nos acercan más que a un mercado competitivo, al vasallaje, puesto que le da al empleador toda la ventaja en situaciones laborales injustas, del tipo " si quieres seguir trabajando aquí, lo harás con un contrato de cuatro horas pero trabajando diez o doce, y si no aceptas en los tribunales nos vemos dentro de algunos años mientras te mueres de hambre" (en Andalucía saben muy bien de qué estoy hablando).

Es evidente que el Gobierno todavía no ha terminado de coger el pulso de la nación y todavía presenciaremos, o peor todavía, sufriremos las consecuencias de esa improvisación impuesta desde fuera y también desde dentro, y nuestro escaparate nacional dista mucho de ser atractivo para los mercados y las empresas extranjeras. Nuestra política de comunicación es simplemente desastrosa, descoordinada y, por tanto, ineficaz. Nuestra capacidad de autocrítica inexistente, nuestro talento ejerciendo fuera de nuestras fronteras (Alemania, Brasil, Chile han pedido a nuestros investigadores, ingenieros y emprendedores que trabajen en esos países). Nuestra oferta de trabajo anticuada, escasa y mal remunerada. La calidad de nuestro trabajo se mide en criterios de coste y no de economía o inversión.

Sí, muchos han criticado la imagen de la Corona de safari mientras España se rompe, pero la imagen de los andaluces bailando flamenco y bebiendo vino (blanco), o la de los valencianos, o los de las diferentes partes de España que a falta de pan, bienvenido sea el vino, tampoco desmerecen a la imagen real, y a lo peor, España solo vale para el flamenco y el vino tinto.Los españoles sabemos que no es así, pero el escaparate que se ve desde fuera de España no puede dar una idea más certera en la expresión.

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