miércoles, 1 de julio de 2009

Liberados sindicales y otros cánceres

Los sindicatos en España, desde hace más de treinta años, consituyen el ejemplo "de libro" de lo que significa un "grupo de presión": organización estable que pretende influir en el Gobierno sin tener la pretensión de llegar a él. Bajo la cobertura de una necesidad como es la defensa del débil en la relación laboral empleador- empleado, los sindicatos se han convertido en los principales interlocutores en materia laboral entre las administraciones y entre las grandes y medianas empresas. El problema es que los sindicalistas, al igual que los políticos, han prostituido la esencia del sindicalismo, como los segundos de la Política.

La figura del trabajador sindicalista liberado es reciente en nuestro ordenamiento jurídico y el objetivo de su creación fue y es que determinadas personas queden liberadas de sus obligaciones contractuales con sus empleadores para la mejro defensa de los intereses de los trabajadores. resulta contradictoria esta figura dentro de la Administración Pública ya que el funcionario tiene unas diferencias con el resto de trabajadores que hacen que la figura sindical en la Administración resulte en sí inncesaria y estridente, porque ni el funcionario pasa por un proceso de selección arbitrario, sino sujeto a normas de oposición, es decir el gerente de la administración no puede negarse a incorporar a un opositor que haya "sacado su plaza", ni tienen porqué preocuparse por su estabilidad laboral independientemente de su calidad en el trabajo producido.

Pero si es estridente el sindicalismo en la Administración, resulta indignante la figura del liberado sindicalista funcionario, más preocupado por sus propios intereses político-sindicalistas que por el objetivo que, le supongo, le llevó a hacerse sindicalista. Y si esto resulta indignante, raya en la locurta aberrante propia de la deriva de la izquierda el número de liberados que campan a sus anchas en tiempos como los que corremos.

El ejemplo de "grupo de presión" mezquina y politizada lo tenemos en la Comunidad de Madrid. Con datos oficiales de la CAM: en la Administración regional de la Comunidad de Madrid hay nada más y nada menos que 3.242 liberados, que suponen más de tres millones y medio de horas pagadas. ¿CUÁNTO CUESTAN A LOS MADRILEÑOS LOS LIBERADOS SINDICALES? El dato es simplemente estremecedor: 77 millones de euros.

Hagamos, pues demagogia de la que le gusta hacer a la izquierda: ¿QUÉ SE PODRÍA HACER CON LO QUE CUESTAN LOS LIBERADOS? Aquí tenemos algunos ejemplos de lo que se podría hacer con este dinero 77.155.160 EUROS
  • Hospitales: 1
  • Centros de Salud: 23
  • Colegios: 15
  • Escuelas infantiles: 44
  • Plazas escuela infantil: 14.924
  • Bibliotecas: 9
  • Becas universitarias (matrícula, desplazamiento, libros): 51.000
  • Plazas de mayores en residencia: 42.860
Y sigamos con la demagogia democrática: ¿podríamos los trabajadores madrileños (incluidos los autónomos que pagan a esta caterba de inútiles sin que se acuerden de ellos) decidir si queremos o necesitamos más de 3.200 liberados o más de 50.000 becas de estudios?

1 comentario:

PP BAEZA dijo...

Estoy totalmente de acuerdo contigo, los liberados sindicales son trabajadores comprados por el dinero, incapaces de luchar por los que representan en estos tiempos que corren.